Después de la bajante histórica, en Confluencia Traful se recuperó el nivel del embalse

La confluencia de los ríos Traful y Limay está ubicada a unos 65 kilómetros de Bariloche. En el verano la postal era de una "playa del desierto" con grandes bancos de arena. Hoy recuperó el caudal.

Después de una prolongada sequía que redujo en forma notable los embalses del río Limay, el caudal de los ríos comenzó a recomponerse y ya se notan las primeras señales en Confluencia Traful, donde durante el último verano había quedado a la vista una bajante histórica.

En realidad el nivel de los lagos artificiales depende no solo de las lluvias sino de las decisiones de apertura o cierre que se practican sobre las presas. En las primeras semanas de mayo hubo una importante crecida en Confluencia. Luego el agua volvió a bajar de manera abrupta y en estos días el nivel comenzó otra vez una fase de ascenso, que comenzó a cubrir las playas e islotes de sedimento volcánico que habían quedado al descubierto.

La confluencia de los ríos Traful y Limay está ubicada a unos 65 kilómetros de Bariloche, y es atravesada por la ruta nacional 237, por donde transita el grueso del flujo turístico que recibe la ciudad.

En condiciones normales la intersección de ambos cursos de agua queda absorbida por el gran lago que forma la presa Alicura. Pero en el último tiempo ese espejo de agua quedó reducido a sus mínimos históricos.

En el puente de Confluencia mejoró el caudal de agua. Foto: Chino Leiva

Cristian García tiene un puesto de sandwiches y comidas al paso a metros del puente, sobre el ingreso a la vieja estación de servicio que está cerrada desde hace cuatro años. Recordó que durante el verano el Traful era “apenas un hilo de agua”, producto de una crisis hídrica que sorprendió incluso a los lugareños. García es oriundo de Villa Traful, actualmente vive en Cuyín Manzano y aseguró que había que retroceder en la historia “unos 20 ó 25 años” para recordar una bajante similar.

“Estuvimos así hasta los primeros días de mayo, cuando empezó a subir y a subir. Se ve que cerraron las compuertas. El agua tapó una bajada al Limay que se venía usando mucho e inundó hasta los sauces de la costa. Después en solo tres días bajó de vuelta. Tanto que se podía cruzar el Limay a pie. Ahora otra vez sube de a poco”, relató.

Ayer el río Traful lucía también bastante escaso de agua y bajo el puente de la 237 pasaba con un ancho no mayor a los 40 metros. Pero los arenales no son tam grandes como hace tres meses y una playa sobre la costa este que estaba a la vista ahora en gran parte permanece sumergida.

En la costa rionegrina del Limay se distinguen con facilidad las marcas de las máximas crecidas, a no menos de dos metros del nivel actual del agua. La fuerte sequía lleva ya varios años y las últimas precipitaciones, si bien fueron importantes, están lejos de compensar ese déficit.

Entre los pobladores crece la idea de que los lagos llenos que se vieron hasta hace unos años tal vez no lleguen a recuperen nunca. “Estos son cambios ambientales muy fuertes y no sabemos adonde pueden llegar”, afirmó García.


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