Buscadores de tesoros en ríos, lagos y mar: quiénes son y qué botines descubrieron

Un grupo de detectoristas de metales se dedica por placer a rastrear los fondos acuáticos en busca de secretos que por decisión o por omisión alguien pudo haber tirado para siempre. Una particular forma de entretenimiento a través de la búsqueda de elementos de metal en el fondo de los curso de agua.

Los fondos de los ríos, lagos o mares tienen infinidad de secretos, entre ellos sus objetos debajo del agua. En Neuquén y Río Negro existe un grupo de aficionados (que integran Patagonia Detectores), que organizan por hobby salidas y a través de equipos especiales buscan objetos de metal de valor. Son los buscadores de tesoros de la región. Sus hallazgos son de los más variados.

“Hasta el momento que no sacás con la pala, no sabés lo que hay. Entonces todo te da adrenalina. Para mi todo es importante, sea anillos, cadenas, cuchillos, monedas viejas, cruces de plata muy antiguas. Es siempre todo una sorpresa. Si bien el detector te orienta con el sonido y también la numeración, pero hasta que no lo tenés en la mano no estás cien por cien seguro qué es”; expresó Pablo Sandoval, de Cipolletti, uno de los que realiza la actividad.

El frío no es un impedimento, para este grupo, porque se colocan la ropa de los pescadores y calzas térmicas y extienden sus búsquedas más allá del verano.

“Ahora está frío pero igual algunos tenemos el traje que se usa para pesca y nos metemos hasta la cintura más o menos. Depende la zona. Si no es muy correntoso, te sumergís un poco más. Y en esta época es mejor porque no anda tanta gente”, dijo Pedro Vergara, de Neuquén, que es detector hace más de dos años.

Las búsquedas son sobretodo en el río Limay y río Negro. También se hacen en los lagos Ramos Mexia, Mari Menuco y Pellegrini. Algunos también durante sus vacaciones la llevan a cabo en el mar.

Para realizar la actividad, hay distintos equipos. “Comparando con un auto, yo arranqué con un Fiat 600. Y a medida que te vas metiendo en el tema, vas mejorando los equipos. Hay algunos que son sumergibles y otros que no. Yo arranque con algo básico, me encontré dos anillos de oro, los vendí y fui mejorando el equipo”, señaló Vergara.

Los buscadores utilizan equipos para detectar metales bajo la superficie. Fotos: Yamil Regules.

Describió que hay equipos multifrecuencia o con una sola frecuencia. “Cuando encuentra un metal, emite un sonido y en la pantalla indica una profundidad estimativa de donde está y el metal que puede ser. El mío va de 0 a 99, y yo que de 0 a 20, es todo ferroso (tornillos, clavos, tuercas, chapas)”, amplió sobre su funcionamiento.

También se usa un pinpointer, que es manual y se emplea una vez que se retiró con una pala especial la porción de tierra donde el detector localizó algún metal. Esto permite ubicarlo entre los sedimentos.

Pedro Vergara contó que ha detectado en Neuquén, por ejemplo, sobre calle Saturnino Torres al final, “Buscamos en lugares donde a la gente se le pueden llegar a caer los objetos. En toda la zona de los balnearios y de los clubes, nos metemos y vamos recorriendo”, relató.

Y marco: “No siempre que pasás encontrás algo importante. Muchas veces hemos salido y no encontrás nada”.

Entre sus descubrimientos, lo que más celebra, son las alianzas de oro o algún anillo importante de 4 o 5 gramos. “Es como cuando jugás al fútbol y hacés un gol”, comparó.

Entre sus hallazgos que le llamaron la atención mencionó uno a la altura de calle Gatica. “Un plato con monedas pegadas, en el agua. También monedas de un peso envueltas en un trapo”, contó Vergara.

El primer contacto con la actividad, lo tuvo mientras navegaba en Youtube. Ahí se encontró con un video de unos mexicanos detectores en playa Su primer equipo lo adquirió por Facebook y luego lo reemplazó por uno sumergible, gracias a sus “tesoros descubiertos” que le permitieron costearlo. Desde que comenzó hasta diciembre del año pasado, había encontrado 13 anillos de oro. Pero contó que en lo que va este año no ha localizado nada. “Son rachas”, expresó entre risas.

“Arranqué hace casi tres años. Tenía otros hobbies. Me gustaba la pesca, luego me dediqué al radiocontrol. Y después apareció lo de detectar. Me ayudó a despejarme y estar tranquilo. Cuando vos te ponés los auriculares y el equipo y empiezas a caminar, se te pasa la hora. Yo he estado como siete horas caminando. Cuando ya está claro de nuevo (porque he salido de noche), preguntás la hora y te das cuenta que estuviste varias horas”, contó Pablo Sandoval.

Los buscadores enumeraron que encontraron objetos de los más variados. Collares, monedas, anillos, plomadas, chapas, cadenitas, aros, cuchillos, tapas, son solo algunos de una lista que con cada salida se va agrandando.

Forman parte del grupo Patagonia detectores, integrantes de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz.

“Si uno le dedica tiempo, recuperás la inversión del equipo. Una alianza de casamiento de oro, de 5 gramos puede llegar a valer 40 mil pesos. Hay que encontrarlo. El oro puede estar ahí pero hay que salir a buscarlo”, sostuvo Sandoval.

Ángel Lucanera, es otro de los detectores de la región. Sus búsquedas son en el mar y en los ríos. También recorre con frecuencia el canalito, en Roca.

“A mi me gusta mucho el mar. Pescás cuando la marea está alta, y detectás cuando está baja. Cuando encontrás algo en el mar, es el doble de satisfactorio porque es más complicado”, sostuvo.

Los buscadores encuentran distintas piezas, muchas de ellas de oro. Foto: Yamil Regules.

Amigo del ambiente


Las búsquedas de este grupo ayudan también al ambiente. Ya que limpian y retiran la basura que se encuentra bajo las aguas. “La regla número uno del detectorista, es que todo lo que se levanta se lleva. Si levantás chapas, tapitas o lo que sea se guarda en una bolsa y después se tapan los pozos. La basura se trae siempre”, remarcó Pablo Sandoval.

“Lo que hacemos es por hobby, no para lucrar. Es también una descontaminación. El 90 % de lo que sacamos son tapitas de cervezas y de las latitas. Podrás ganar por un anillo, pero cuántos kilos de basura se sacan. Un montón”, agregó Ángel Lucanera.

Como lo que hay debajo del agua es una incógnita, para estos buscadores los hallazgos no siempre se relacionan con objetos de valor económico. En el fondo de algún cauce de agua, pueden haber piezas históricas, que luego entregan a algún museo.

“Arranqué primero restaurando y después empecé con la detección. Si encuentro algo de interés histórico se lo donó a los museos. En una chacra de un conocido, en Stefenelli encontré dos botones militares. Justo uno tenía grabado atrás, el nombre de Muñoz, e iban a investigar si había sido alguien importante en todo lo que fue la creación de los canales en la zona. Al museo de Carmen de Patagones, doné también un botón de 1858 que hallé en la zona de Tornquist. Ese día encontramos 14 kilos de plomadas y ese botón”, expresó Ángel, quien hace tres años y medio que hace detección.

Arrancó de manera particular en San Antonio Oeste. Ahora vive en General Roca. Otro descubrimiento que contó con emoción, fue el de un Patacón, de 1891, en San Antonio Oeste.

Buscan en ríos, lagos y también en tierras. Foto: Yamil Regules.

La curiosidad de quien los ve


Los detectoristas, además de tener salidas individuales, organizan búsquedas grupales en jornadas donde se comparte alguna comida. Entre “los buscadores de tesoros”, se resaltó que hay un grupo de Whatsapp y con más de 50 integrantes y otro de Facebook “Patagonia Detectores”, donde se anuncian y organizan próximas salidas según los tiempos disponibles de cada uno. También se comparten fotos de los diferentes descubrimientos.

Vergara dijo que mientras usan los equipos, llama mucho la atención de los que lo observan. “Nos preguntan si estamos analizando el agua o si somos de la municipalidad. Y nos empiecen a preguntar sobre la actividad”. Y agregó: “los chicos son los que más se acercan a ver”, dijo Sandoval.

Ángel Lucanera sostuvo que “es un hobbie sano, lindo, que te encontrás con excelente personas. Te juntás, hay asados y detección.

Vergara marcó que el grupo es abierto, y “a alguien que recién inicia, se le da una mano y lo orientamos”. También que se les da recomendaciones para la adquisición de equipos a los que buscan comenzar.


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