Energizantes en la montaña: una tendencia en alza que enciende alertas

Los especialistas advierten un mayor consumo de energizantes por parte de algunas personas que practican trekking y en las carreras de aventura. El antecedente trágico de un montañista del Club Andino Bariloche en una expedición al Himalaya.

Las actividades de montaña despiertan cada vez más interés. Foto: archivo

A partir de la pandemia, mucha gente empezó a experimentar las salidas a la montaña. Y a los tradicionales cerros que ofrecen refugios para pernoctar, se sumaron muchos otros no tan populares en la región que alientan los ascensos y bajadas en el día. También proliferaron las carreras de aventura que registran cada vez más inscriptos.

En el último tiempo, los especialistas advierten un mayor consumo de energizantes por parte de algunas personas que practican trekking. “Actúan un tiempo, pero no mucho. El efecto dura poco. Por eso, la gente debería tomarlos si sabe que, después de las cuatro horas, llega a un lugar seguro. Porque un segundo energizante no hace efecto. El cuerpo se deshidrata y produce síntomas graves”, indicó un integrante de la Asociación Argentina de Guías de Montaña en Bariloche, al tiempo que reconoció que “muchos participantes de carreras de montaña los consumen sin control. Lo cierto es que no hay dopping en las actividades de montaña”.

El libro “Tragedia en el Himalaya”, de Luciano Pera, relata la quinta expedición argentina en 1981, organizada por el segundo comandante de Gendarmería Mario Serrano, a fin de conmemorar el 50 aniversario del Club Andino Bariloche. El objetivo fue Dhaulagiri, la primera montaña elegida por los argentinos para coronar en el Himalaya.

El 23 de mayo de ese año, el clima no mejoraba y los integrantes de la expedición decidieron emprender el descenso. Serrano, de 34 años, se quedó en uno de los campamentos (a 7.100 metros) debido a su estado de agotamiento. Sus compañeros lo esperaban al día siguiente, pero nunca llegó. Desde otro campamento, se pudo observar su cuerpo, a través de prismáticos, deslizándose a toda velocidad por la montaña. Terminó cayendo en una grieta a unos 6.200 metros de altura y nunca fue posible recuperarlo.

Pera -que participó de esa expedición- dio cuenta del informe oficial remitido al Club Andino Bariloche en agosto de 1981 en su libro: «Al acondicionar los efectos personales de Mario para la marcha de regreso, encontramos envases vacíos tanto de estimulantes como de sedantes que, según el médico de la expedición, eran dosis excesivas. Esto se mantuvo en reserva simplemente por el significado que tendría para cualquier auténtico deportista». Y agrega: «Deducimos que el estado ‘óptimo’ en que manifestaba encontrarse Mario era ficticio, razón por la cual no pudo lograr superar 200 metros en un terreno sin dificultades«.

Sus compañeros comprobaron que Serrano había tomado esos estimulantes durante el ascenso. Por eso, decayó tanto. «Se puede tomar una anfetamina o Pervitin en caso extremo al bajar, cuando se está cerca de un lugar seguro. Pero nunca en un ascenso. Eso es suicida«, acotó el montañista Alfredo Rosasco, compañero de Serrano, en el libro.

Energizantes, en bebidas o geles, de fácil acceso

Ramón Chiocconi, médico de Bariloche especialista en montaña y rescatista, advirtió que hoy en día, los energizantes son de fácil acceso en supermercados y kioscos. “Hace 20 años no existían. La gente los consume para manejar viajes largos o en fiestas de noche. Menos podemos suponer que no se usan en actividades físicas o salidas a la montaña”, lamentó.

En las carreras de aventura, acotó, se observa que muchas veces, los participantes los consumen en versión de “geles”: “Es energía pura que pasa rápidamente al músculo para ser usado. Son hidratos de carbono que el cuerpo absorbe rápidamente. Lo cierto es que lo único que el cuerpo necesita es entrenamiento. Por eso, muchas veces la gente que consume estos geles por primera vez termina vomitando y generando el efecto inverso al que buscaban. Se terminan deshidratando y pierden minerales”.

Chiocconi, que también es guía de montaña e instructor de esquí, especificó que quien consume esos geles necesitan hidratarse y, a veces, no lo hacen. “Todo debe ser usado en su medida y armoniosamente, sabiendo cuáles son los efectos beneficiosos y los posibles efectos adversos”, dijo.

El médico recomendó que, al salir a la montaña, no solo hay que tener en cuenta las horas del ascenso a la cumbre sino también la bajada. “Hay que saber administrar el uso de la energía y las reservas con la hidratación, por ejemplo, pero también el tiempo. Dejar un margen de tiempo para lo que pueda pasar y administrar las horas de luz. El agotamiento lleva a la torpeza y esta, a su vez, puede llevar a accidentes”, alertó el médico.

Por último, recomendó no usar los energizantes a la hora de salir a la montaña. “Cualquier sustancia ajena al cuerpo no es lo ideal en ninguna circunstancia. Solo en caso de alguna emergencia. Pero alguien que sale a disfrutar de la montaña debe alimentarse e hidratarse bien, planificando de manera adecuada la salida, buscando información y tomando recaudos”, concluyó.


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