El ‘balconcito’ de la bajada 0 de Las Grutas: un punto clave para los buenos piques

Hay lugares emblemáticos de Las Grutas, que permiten resolver, en un mismo punto, las expectativas de todos los que comparten las vacaciones.

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Porque siempre está el que adora pescar, el que sólo busca tirarse en la arena a disfrutar del sol y el que está dispuesto a acompañar al resto y plegarse a todos los planes, pero con la única premisa de no tener que alejarse mucho del centro…

-Buenos piques cerquita del centro...la combinación ideal para muchos-

Si ésa es la situación que vivís a diario con el grupo de amigos o de familiares con los que decidiste viajar, ponerse de acuerdo para elegir el rincón ideal para hacer playa será muy fácil. Porque, en la bajada 0, la estructura forma un balconcito que se convierte en el apostadero ideal para los que aman dejar pasar las horas probando con los piques. Y, si bajás a la arena una vez que el mar comienza a replegarse, estarás cerca de la primera bajada y de la oferta tentadora que se extiende al seguir el recorrido.

Es decir, en un mismo sector todos podrán disfrutar contentos, ya sea con la pleamar cubriéndolo todo o con la bajamar dejando al descubierto gran parte de la costa.

Volviendo a la pesca, como, por su geografía, esa bajada es de las que quedan cubiertas por completo cuándo el agua está en su plenitud, los descansos de las escalinatas que descienden a la arena se convierten en el lugar justo para tirar la caña, tal como si se tratara de la cubierta de un barco. Allí los que pesquen durante el día podrán capturar pejerreyes y sargos, mientras que por las noches son habituales los piques de peces gallos.

Si la idea es esperar a que baje un poco el mar y tirar la red desde la costa, los cornalitos serán el blanco ideal, porque suelen darse en buen número.

-De día se dan pejerreyes y sargos. De noche, peces gallos-

Claro que no todo es pesca en el lugar. El sector es ideal para bañarse y pasar el día. Además, en bajamar, están, muy cerquita, las piletas labradas en la restinga (esa superficie rocosa que obra de lecho marino) para seguir a puros chapuzones aunque las olas se alejen de la orilla.

Esas piletas tienen su historia. Se construyeron hace décadas, cuándo no había tanta consciencia ambiental, porque dañar la estructura del suelo para crearlas no es recomendable, para el resguardo del entorno. Pero con los años pasaron a ser un punto elegido por muchos, que llevan a los más chiquitos a chapotear en ellas.

La cercanía con la primera bajada y toda la energía de la peatonal que se extiende arriba, sobre la zona urbana, también invita. Este sector es “vecino” de la feria artesanal ‘Víctor Menjelou’ que cada año muestra lo mejor de las producciones de artesanos del país y de la región. Funciona en la plaza a la que se accede desde las escalinatas que suben desde la costa.

Eso, y el colorido de artistas callejeros que por la noche invaden la zona es una postal que suma su encanto a la oferta de la naturaleza que hace único ese rincón.

Como para tenerlo en cuenta al finalizar la jornada playera, porque esa colorida oferta también quedará a la mano. En fín… un espacio clave, para no perderse durante estas vacaciones.