Las cinco cosas que no recomiendan hacer el 24 y el 31 de diciembre para no espantar la buena suerte 

Para algunos es simple tradición; para otros, una forma simbólica de cerrar el año con intención y conciencia.

Las 5 cosas que no debes hacer el 24 ni el 31.

En la antesala de las fiestas de fin de año, vuelven a circular supersticiones y rituales que prometen cuidar la energía, atraer prosperidad y evitar la mala suerte. Algunas de estas creencias, aunque parezcan curiosas, se repiten año tras año y son seguidas por miles de personas. 

Según estas tradiciones, hay cinco cosas que no se deberían hacer ni el 24, ni el 31 de diciembre, ya que podrían bloquear la abundancia y afectar las relaciones personales. 

Las cinco cosas que no recomiendan hacer el 24 y el 31 de diciembre para no espantar la buena suerte 


  • No barrer ni limpiar la casa 

Barrer o limpiar durante esas fechas está asociado a “llevarse la prosperidad y la buena suerte”. La recomendación es dejar la casa limpia el día previo, como forma de recibir el nuevo ciclo con energía positiva. 

  • No usar ropa negra 

El color negro, según estas creencias, atrae negatividad y mala suerte en las noches clave del cierre del año. En cambio, se aconseja optar por colores que simbolicen abundancia, amor o prosperidad, como amarillo, rojo, blanco o verde. 

  • No lavar la ropa 

Lavar ropa el 24 o 31 estaría vinculado a la mala suerte y al estancamiento energético. La sugerencia es adelantar esta tarea y dejar todo listo el día anterior. 

  • No sacar la basura 

Tirar basura en esas fechas simboliza expulsar la buena suerte del hogar. Muchas tradiciones recomiendan hacerlo antes de que comience la noche y evitar hacerlo durante la celebración. 

  • No cortarse el pelo, afeitarse ni cortarse las uñas 

Según la superstición, realizar estos cortes puede traer dolor o conflictos en las relaciones personales y afectivas durante el año que comienza. 

Creencias que se repiten cada fin de año 


Aunque no tienen sustento científico, estas prácticas forman parte del folklore popular y de rituales energéticos que muchas personas eligen respetar “por las dudas”. Para algunos es simple tradición; para otros, una forma simbólica de cerrar el año con intención y conciencia


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