Tras el apagón: por darle energía a Buenos Aires, dejaron sin luz a la región

Además de la falla general hubo serios problemas regionales debido a la falta de controles y la decisión nacional de enviar la electricidad hacia Buenos Aires.

La falla que el domingo dejó sin electricidad todo el país podría haber tenido consecuencias mucho menores en la zona de la Confluencia neuquina y el Alto Valle rionegrino, donde viven cientos de miles de personas, si se hubieran cumplido con los procedimientos que establecen las normas de regulación del servicio. No sólo la empresa que es garante del “arranque en negro” de dos centrales no tenía las instalaciones en condiciones para hacerlo, sino que además cuando se logró que el subsistema Comahue funcionara “en isla”, el gobierno nacional y la empresa de transporte de energía en extraalta tensión decidieron dirigir la carga hacia Buenos Aires y provocaron un nuevo colapso, más pequeño y a nivel regional.

Impericia, desapego de las normas y falta de controles se combinaron para que la enorme oferta de electricidad que tiene la región no pudiera proporcionarle ni un vatio de potencia a las familias, comercios, establecimientos agrícolas e industrias de las ciudades del eje de la Ruta 22, desde Zapala hasta Choele Choel.

En momentos de normalidad pero mucho más en tiempos de contingencias, el mercado mayorista argentino tiene una sola autoridad: Cammesa, que es una empresa mixta manejada por la secretaría de Energía de la Nación con participación de todos los actores del mercado.

El domingo hubo mucha confusión por el origen de la falla y porque por momentos la voz de mando era de Transener, la concesionaria del transporte en extraalta tensión (500 kilovoltios, kV) que maneja Pampa Energía. En sus instalaciones del Litoral fue la falla original que desenganchó todo el país.

El gobierno neuquino ya anunció que pedirá explicaciones a Nación por la violación de los procedimientos para casos como el del domingo.

Alberto Weretilneck fue más duro: “En lugar de preocuparse por sus amigos de la empresa distribuidora, las autoridades de Cammesa deberían estar ocupados en que no padezcamos estos apagones”, disparó por Twitter. Se refería a las gestiones del gobierno nacional para que Edersa tenga un aumento de la tarifa.

¿Por qué una parte de Bariloche tuvo electricidad desde el mediodía y la zona más poblada del norte patagónico debió esperar hasta la noche? El presidente del EPEN, Francisco Zambón, dio temprano algunas pistas, aunque no quiso ponerles nombres a los responsables. Lo que habló el neuquino más lo que surgió de consultas a otros actores del mercado eléctrico regional, permite establecer que:

• A las 7:07 se produce el corte en todo el país. El Centro de Operación del Transporte por Distribución Troncal del Comahue inicia las maniobras para que el subsistema Comahue funcione “es isla” con el tendido de 132 kV, es decir aislado de la red nacional de 500 kV.

• Las dos centrales que deberían haber alimentado originalmente este funcionamiento “en isla” son la hidroeléctrica Planicie Banderita y la térmica Alto Valle, ambas de Orazul. Deben tener ambas usinas en condiciones de “arrancar en negro”, con un “servicio auxiliar” que le permita iniciar la operación. Por esta función, la empresa cobra una remuneración mensual.

• Recién a las 11 comenzó a la operación “en isla”.

• Para entonces, Bariloche ya recibía el aporte de la central térmica de La Paloma, que cubría alrededor del 40% de la demanda.

• Hacia las 14, cuando en el Alto Valle se estaba consolidando la configuración en la red de 132 kV (con el aporte de Capex desde Senillosa), llega la orden de derivar toda la carga hacia la red de Transener, de 500 kV.

• La maniobra fue un desastre: no sólo no lograron enviar la energía del Comahue a Buenos Aires sino que además malograron el intento de darle energía a la región.

• Zambón reveló que la orden fue de Transener, lo cual es grave porque se trata de una de las empresas que operan en el sistema, no de la autoridad del despacho, que es Cammesa y luego el centro de operación regional que funciona en las instalaciones de la central Alto Valle.

Desde el sentido común es difícil asimilar que en la zona más energética del país, donde sobra la potencia eléctrica instalada y hay gas disponible desde las profundidades de Vaca Muerta, no haya electricidad disponible en abundancia. Es una cuestión de proporción: ni Piedra del Águila ni El Chocón están diseñadas para dar electricidad a mercados pequeños sino para abastecer la zona más poblada del país. Es como intentar servirse un vaso de agua con la manguera de los bomberos.



Análisis: decisiones políticas en territorios técnicos


El secretario de Recursos Renovables y Mercado Eléctrico de la Nación, Juan Garade, es contador. Mario Cairella, el gerente de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista (Cammesa) es economista. Los ingenieros que conocen la región y manejan sus empresas eléctricas los ponen como el ejemplo que demuestra el desplazamiento de técnicos de carrera en la estructura energética nacional.

La función de Cammesa no es menor. Quedó demostrado el domingo, pero no por los aciertos sino por la impericia, más allá de lo inentendible de la falta de protecciones que pongan barreras para evitar que una falla, aunque fuera en la zona de Yacyretá, arrastre a todo el país hacia la oscuridad. A todo eso hay que sumar que Transener, la concesionaria privada del transporte en extraalta tensión, en manos de Marcelo Mindlin, no estuvo a la altura de la contingencia.


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