Una pintura para combatir el calentamiento global

Después de un intenso trabajo, científicos de una universidad norteamericana lograron desarrollar un tipo de pinta que reduce las temperaturas a partir del enfriamiento radiativo.

Como suele ocurrir con diversas advertencias que nos brinda el planeta hace cientos de años, el calentamiento global es un tema “de agenda” que arrastramos desde varias generaciones atrás, pero al que aún no le encontramos soluciones concretas o, peor aún, no las llevamos a cabo.


Claro está, un problema que se fue generando a lo largo de miles de años de malgastar recursos naturales y olvidarnos completamente de cuidar el planeta no se soluciona en un par de décadas.

En este contexto, de tanto en tanto registramos algún invento que en mayor o menor medida tiene como objetivo ayudar a frenar el calentamiento o a reducir su impacto.

Así ocurrió con la creación de un grupo de investigadores de la Universidad de Purdue en Indiana (Estados Unidos), que desarrolló una pintura especial que entre tantas propiedades logra reducir considerablemente la acción del calentamiento en nuestro planeta.

Se trata de una pintura “ultrablanca” que cuenta con la posibilidad de reflejar el 95,5% de la luz solar, generando que los rayos infrarrojos se dispersen.

Ayudará a reducir en gran medida el uso de aires, por ejemplo.


¿Qué sucede a partir de esta situación? Básicamente, se consigue bajar la temperatura de todo lo que esté recubierto por este tipo de pinturas, logrando así por ejemplo que una pared se mantenga a un promedio de entre 8 y 15 grados.

Esta idea, según explicaron, está basada en el concepto de “enfríamiento radiativo”, mediante el cual los objetos pueden perder calor a través de la radiación térmica.

Según se difundió a través de un estudio de la revista “Cell Resports Physical Science”, los investigadores que desarrollaron esta pintura realizaron también un trabajo de campo a lo largo de dos días, para chequear el alcance de la invención.

¿Cómo fue el estudio? Se pintaron dos cuadrados de metacrilato blanco, uno con la pintura desarrollada por este equipo y otra de una marca comercial.


Luego se dejaron los dos cuadrados expuestos a temperatura ambiente a lo largo de 48 horas, y se midió la temperatura de ambos para determinar si la prueba había sido exitosa o no.

El resultado arrojó que, al punto máximo de exposición solar sobre la superficie, el cuadrado pintado con la nueva pintura “ultrablanca” estaba a casi 2 grados menos que el resto de las superficies y el otro cuadrado.

No solo eso: algo más interesante ocurrió luego, porque a la noche, la superficie con la pintura desarrollada estuvo hasta 10 grados menos que el resto del ambiente.

Más tarde se realizó una segunda prueba: en una superficie recubierta con pintura comercial, se realizó un dibujo con el material desarrollado por los investigadores. Se llevó a cabo el mismo proceso de exposición y, como se esperaba, la medición arrojó que el dibujo estaba a una temperatura más baja que el resto del cuadro.


Claro, esto no solo puede servir para hogares. Por ejemplo, podría ayudar a reducir considerablemente la utilización de refrigeración y ventilaciones en grandes ambientes, mucho más en lugares comerciales o en fábricas, situación que a la larga impactaría positivamente en relación al calentamiento global.

“Desarrollar una solución de enfriamiento radiativo en el medio ambiente […] es una prioridad. Esto es fundamental para la amplia aplicación del enfriamiento radiativo y para aliviar el efecto del calentamiento global”, afirmaron en un comunicado desde la Universidad de Purdue.

¿Esto va a terminar el problema? No, claro que no. Pero es un paso más, y de a pequeños pasos se consiguen grandes logros. Ahora es cuestión de que se pueda implementar masivamente.


¿Cómo se desarrolló el proyecto?



La investigación y el desarrollo de la pintura tomó aproximadamente unos 6 años de trabajo por parte del equipo de la Universidad de Purdue. Xiulin Ruan, profesor de la Universidad, fue el autor del proyecto y uno de los que más arduamente trabajó en el proceso de desarrollo.

Para determinar que materiales eran los precisos para reducir el impacto del calor, los científicos probaron en tandas. De los primeros 100 materiales testeados quedaron 10 seleccionados. Luego se volvió a hacer lo mismo con 50 variaciones de cada uno.

Así llegaron a la conclusión de que el carbonato de cálcico era el componente fundamental para lograr llevar adelante esta pintura. “La clave es garantizar la confiabilidad de la pintura para que sea viable en aplicaciones exteriores a largo plazo”, explicó Ruan, a cargo del proceso.


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