«Una relación enfermiza»

Los innumerables antecedentes por «desavenencias conyugales» que menciona la sentencia de ayer se tramitaron en un juzgado de familia e incluso motivaron otra causa penal en la que Tansy logró la suspensión del juicio a prueba. Esos antecedentes jugaron en este juicio a favor del imputado, si bien no en la pena que recibió, al menos en la calificación final. Y es que si bien había sido excluido del hogar por hechos de violencia que le adjudicaron, regresó para vivir en un sector de la casa, y Tracy Mollet lo toleró.

Los Tansy ingresaron al país en 2002 con una criatura de poco más de un año y dos chicos de 13 y 15 años del anterior matrimonio de Tracy, y se afincaron en San Isidro, donde nació otro hijo de la pareja. Al año siguiente la familia se trasladó a esta ciudad, donde construyeron su vivienda y planificaron el futuro, pero las desavenencias trascendieron el ámbito doméstico y tuvieron por testigo a todo un vecindario.

En la sentencia aclararon que Tansy no tiene antecedentes computables en el país, pero que tras instalarse en la Argentina la Corte Suprema del Estado de Oregon pidió su extradición por tenencia ilegal de arma de fuego. El juez Rodolfo Canicoba Corral le concedió la libertad bajo caución juratoria, porque ese delito se sancionaba con pena de un mes a un año de prisión.

Después tomó intervención el juez federal de esta ciudad, Leónidas Moldes, quien el 22 de mayo de 2005 concedió la extradición de Tansy, pero dentro del tiempo previsto su abogado apeló ante la Suprema Corte de Justicia y se desconoce hasta ahora el resultado de su presentación. La falta de resolución de esa situación impidió que Tansy obtuviera la residencia definitiva en nuestro país, de la que sí gozan su esposa y los tres hijos de Tracy nacidos en los Estados Unidos. Cuando cumpla su sentencia será expulsado del país, tal como les ocurre a los extranjeros condenados por delitos dolosos de cierta gravedad.