Mercados alterados: dólar en $ 57, el Merval cayó 38% y hoy seguirá la volatilidad

Los inversores respondieron en forma contundente a los resultados de las PASO del domingo. La paridad cambiaria se ajustó 23% en un solo día. Las acciones argentinas en Nueva York se desplomaron hasta el 55%.

La divisa ayer llegó a perforar el techo de los 60 pesos.

El gobierno nunca había enfrentado una situación tan adversa. Ayer desde muy temprano, los inversores buscaron desprenderse de todos sus activos que mantenían en pesos.


Los mercados respondieron en forma contundente a los resultados de las PASO del domingo. La cotización del dólar salto más del 30% a primera hora, tocando los 62 pesos por unidad para terminar en promedio en 57,3 pesos sobre el cierre del mercado con un incremento interdiario del 23%. Los valores de las acciones argentinas en Estados Unidos (ADR) se desplomaron hasta el 55% y esta misma tendencia se observó en la bolsa porteña que registró una caída cercana al 38%.


El riesgo país se disparó y los bonos argentinos derraparon un promedio del 17% en la jornada de ayer. Los credit-default swap muestran una probabilidad implícita de 75% de que Argentina suspenda los pagos de deuda en los próximos cinco años, en comparación con solo el 49% al cierre del viernes. Los mercados preanuncian la llegada de un gobierno más proteccionista que asumirá el control en diciembre y aumenta la opinión de que los bonos en circulación y el programa del Fondo Monetario Internacional deberán ser renegociados antes del cierre del primer trimestre de 2020.


Las consecuencias del contundente triunfo de la fórmula Fernández-Fernández golpearon de lleno sobre los activos locales, anticipando los resultados de octubre.


Nada quedó a salvo. Ni siquiera la empresa YPF, que tiene sus principales activos en Vaca Muerta, pudo sortear esta tormenta ya que sus acciones se desplomaron 30% en Estados Unidos tocando los mínimos de los últimos siete años.

“Si Mauricio Macri pierde la elección en octubre vas a tener la ‘Puerta 12’ y todo el mundo se va ir del peso y de los títulos públicos”.

Carlos Rodríguez, economista y ex funcionario


¿Cómo puede seguir esta película? Está claro que la volatilidad continuará y esta podría mantenerse en el tiempo si el gobierno no da garantías de gobernabilidad en esta compleja transición hasta el 10 de diciembre. Las palabras de ayer de Mauricio Macri, en conferencia con su compañero de fórmula Miguel Pichetto, no transmitieron tranquilidad a los allí presentes y menos aún a los inversores que esperan medidas concretas para reencauzar la economía.


Desde el Banco Central, ayer a media mañana, intervinieron el mercado para poner techo sobre un descontrolado dólar. El titular de la entidad, Guido Sandleris, decidió elevar, por un lado, la tasa de Leliq más de 10 puntos porcentuales a niveles del 74% en la primera subasta de estas Letras de Liquidez. Por el otro, realizó dos licitaciones y ofreció 50 millones de dólares por cuenta propia al mercado para defender el valor del peso, y terminó colocándolos a un precio promedio de 55,4 por dólar. La oferta se suma a los 60 millones que vende diariamente el BCRA por cuenta del Tesoro por un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Aun así, el peso volvió a caer, y la divisa terminó en promedio en 57,3 dólares en el mercado.

“El mercado financiero reaccionó, por algo que les hicieron creer y no era. El escenario muy delicado”.

Agustín D’Attellis, economista y asesor de Alberto Fernández.


Para la jornada de hoy, nada está dicho. La divisa seguirá inestable hasta que encuentre su nivel de equilibrio. La incógnita es saber, en este escenario, cuál es ese punto de equilibrio. Para la mayor parte de los analistas, el Banco Central tiene todavía un alto poder de fuego para controlar una corrida cambiaria como la de ayer. Pero el tiempo también le juega en contra.

Precios en alza
Uno de los efectos más directos de la depreciación del peso frente al dólar es la erosión del poder adquisitivo.
Los ahorros que parte de la clase media tenía en pesos quedaron pulverizados con esta suba de la paridad cambiaria.


Pero lo más importante hay que centrarlo en los efectos que la devaluación generará sobre la parte más vulnerable de la población. Los precios de los alimentos básicos no tardarán en subir (ya comenzaron a hacerlo ayer alguno de ellos) y la canasta se volverá a disparar. Este escenario predice que el nivel de pobreza crecerá en forma sensible y no se descarta para fin de año se alcancen cifras récord de pobreza e indigencia en el país.
El modelo económico de la gestión Macri ingresa en un círculo vicioso de devaluación, traslado a precio a los alimentos y expulsión de más trabajadores del sistema.


En el actual contexto, es muy difícil cortar esta espiral negativa que se retroalimenta cada vez con más fuerza. El gobierno poco puede hacer sino sale del corsé en el que se encuentra su programa económico. A esto se le suma que ya no tiene tiempo ni credibilidad suficiente como para cambiar sensiblemente la inercia de los acontecimientos.


La desaceleración que se venía observando en estos últimos meses también se frenó con esta nueva devaluación y se anticipa que el cierre de agosto para el índice de precios al consumidor (IPC) será mayor al de julio y todo indica que la inercia ascendente del IPC seguirá hasta fin de año.



La inflación estimada para julio en el 2,4%

El Indec dará a conocer el jueves el índice de inflación minorista de julio que, según la mayoría de las consultoras privadas, arrojó una suba del 2,4%, por debajo del 2,7% de junio.


El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que realizó el Banco Central a fines del mes pasado entre los principales agentes financieros arrojó esa estimación de 2,4% que, de confirmarse, dejaría una inflación en torno al 55% para los últimos doce meses.


A mediados de julio, y luego de que el Indec informara que la inflación de junio había alcanzado al 2,7%, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, había anticipado un menor nivel de aumento de precios, aunque “todavía estamos en niveles muy altos”.


“Hay un proceso sólido de desinflación. Esto nos lleva a pensar que en julio vamos a volver a ver una baja de la inflación, reconociendo que todavía estamos en niveles muy altos”, dijo el funcionario en declaraciones a la prensa.


“Tenemos que aspirar a tener una inflación como la que tienen los países de la región”, dijo Dujovne, para quien “lo que está empujando la inflación para abajo es una caída de la inflación núcleo, no en base a factores transitorios”.


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