Adiós al Obispo de Neuquén que abrazó el camino de De Nevares

Agustín Radrizzani falleció poruna neumonía. Tenía coronavirus. El recuerdo neuquino: “siempre del lado del pueblo”.

La muerte de Agustín Radrizzani, el segundo obispo de Neuquén, fue para muchos algo sorpresivo y doloroso. Se supo que la causa de su deceso fue insuficiencia respiratoria debido a una neumonía bilateral y un hisopado confirmó que estaba contagiado de coronavirus.


Las personas que compartieron con él sus diez años al frente de la Diócesis de Neuquén lo recuerdan como alguien humilde, inteligente, sensible y que estaba siempre del lado del pueblo. El Papa Francisco lo definió como un “abnegado pastor”.


Hasta hace no mucho me decía que los años más felices como obispo los pasó en Neuquén. Por esa iglesia neuquina que encontró fruto de las siembras y del trabajo de Don Jaime y de tantos que acompañaron”, contó el padre Rubén Capitanio, que mantenía conversaciones frecuentes con Radrizzani.

De sus años como obispo de Neuquén, Capitanio relató dos momentos. Cuando fue la pueblada en Cutral Co. “No solo fue a escuchar a ese pueblo, sino a ponerse de ese lado del pueblo y la gente lo recuerda muchísimo”.


Después mencionó cuando estuvo en un reclamo docente en 1997. “Estaban en el puente Cipolletti-Neuquén. Hubo una represión y Agustín estuvo del lado de los trabajadores de la educación, los reprimidos”.


Capitanio dijo que recorrió más de 14 mil kilómetros con Radrizzani en la Ford 100 que había usado antes Don Jaime. Cuando llegó a Neuquén quería “conocer a los que venía a servir y recorrimos todos los rincones”.

“Agustín tuvo la grandeza de no querer reemplazar al obispo que sucedía, sino de sumarse al camino de Don Jaime en Neuquén”.

El padre Rubén Capitanio y su recuerdo del Obispo.


“Tenía un profundo deseo de aprender de la gente. Estuvo al lado de los mapuches, de los trabajadores, de los más olvidados”, expresó Capitanio.


El hombre nacido en Avellaneda fue ordenado sacerdote en la Sociedad Salesiana de Don Bosco de Italia en 1972. Radrizzani elegido por Juan Pablo II se convirtió en 1991 en el sucesor de Jaime de Nevares.

El 17 de agosto de ese año cuando se hizo cargo de la diócesis, “ en el puente carretero se abrazaron los dos, Don Jaime y Radrizzani. Uno ofreciéndole su pueblo y el otro Agustín, se arrodilló y besó la tierra”, rememoró Capitanio.


Estuvo en Neuquén por diez años. En 2001 fue trasladado como obispo de Lomas de Zamora y después en 2007 fue promovido como arzobispo de Mercedes-Luján.

Dos veces, en 2010 y 2015, celebró el Tedeum en la Basílica de Luján con la presencia de la presidenta en ese entonces, Cristina Kirchner.


En octubre del año pasado el Papa Francisco aceptó su renuncia al haber cumplido 75 años. El mismo Santo Padre lamentó su muerte y expresó que “ofrece sufragios por el eterno descanso de este abnegado pastor”.


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