Advierten sobre las trabas para que quienes consumen drogas puedan acceder a un tratamiento

Se encuentra en plena vigencia de la “emergencia nacional en adicciones”, pero eso no se traduce en acciones para traer alivio a la salud de los afectados y sus familias.

Familias de adolescentes afectados por el consumo problemático de drogas, organizaciones sociales y especialistas alertaron sobre las dificultades que enfrentan los menores de 16 años para acceder a una internación en virtud del déficit de centros habilitados y las restricciones que impone la ley de Salud Mental, a pesar de las estadísticas que demuestran un crecimiento del consumo en ese sector de la población.

Según las estadísticas difundidas a fines de junio por la Sedronar, un 44% de las personas de cualquier edad que buscaron tratamiento en el último año no tuvieron acceso al mismo, un déficit que es más marcado entre las mujeres (67%) que entre los varones (44,2%), de acuerdo al trabajo presentado por la Sedronar.

El presidente de la Federación de Organizaciones no Gubernamentales de Argentina para la Prevención y el Tratamiento de Abuso de Drogas (Fonga), Fabián Chiosso, aseguró que las dificultades de los menores de 16 años para acceder a un tratamiento residencial pasan más por la negativa de los profesionales de la salud mental a firmar órdenes de internación a raíz de la nueva Ley de Salud Mental inmersa en el paradigma de la “desmanicomialización”.

“Centros de rehabilitación hay y muchos están trabajando muy bien, pero determinada lectura de la ley de salud mental impide muchas de las internaciones necesarias de adolescentes y niños en programas terapéuticos porque se lo confunde con encierro y se ha instalado que los tratamientos residenciales son violatorios de los derechos humanos, lo cual es absolutamente falso”, dijo.

Chiosso señaló que además “no hay una normativa para la habilitación y supervisión de instituciones de tratamiento de salud mental y adicciones” desde que en julio del año pasado se derogó la resolución 1484/2015 de la cartera de Salud y se dispuso la creación de una comisión ad hoc para elaborar nuevas reglas.

“Algo que vemos saludable es el trabajo que estamos haciendo con la Sedronar en la definición de estándares de calidad en el tratamiento de drogas: eso no se hizo nunca y en el corto plazo generará mejores condiciones de tratamiento para todos”, concluyó.

Conocido el caso de “El Polaquito”, el niño de 11 años que contó su realidad en una entrevista para el programa Periodismo para Todos, el subsecretario de Prevención y Tratamiento de la Sedronar, Roberto Camay, negó que no existan centros residenciales para menores de 16 años, aunque reconoció “deficiencias” en la oferta en todo el país.

“Hay centros de rehabilitación pero tanto en relación a niños y niñas como a mujeres en general es donde existen las mayores deficiencias en todo el país”, dijo.

Ante esta situación, el organismo oficial “se encuentra trabajando en este tema contemplando un pago diferencial para las instituciones (privadas u ONG) que se abocan a estas poblaciones, capacitando en estrategias de tratamiento e intervención temprana; y estimulando la ampliación o creación de nuevos centros de atención para estas poblaciones”, explicó.

“En muchos casos tendemos a poner la ‘droga’ en el centro de la escena y a pensar en la internación como ‘la solución’; cuando no podemos perder de vista que estamos frente a situaciones muy complejas, que requieren abordajes integrales”, afirmó Verónica Brasesco, directora del Observatorio Argentino de Drogas, dependiente de la Sedronar.

En el marco de este abordaje integral que incluye también la prevención se enmarcan otros programas de la Sedronar que también trabajan con adolescentes, como los Dispositivos Integrales de Abordaje Territorial (DIAT), las Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario (CAAC) y el Centro de Contención, Orientación y Derivación (Cedecor).

Estadísticas

En plena vigencia de la “emergencia nacional en adicciones”, el último 29 de junio la Sedronar dio a conocer nuevas estadísticas según las cuales en los últimos siete años se triplicó la cantidad de chicos de entre 12 y 16 que tomaron alguna vez cocaína o éxtasis, al tiempo que la edad promedio de inicio en esa droga sintética se redujo de 16 a 14 años.

Por otro lado, del total de personas que desarrollaron una dependencia a la cocaína, el 2% son niños y adolescentes.

Además, un tercio de los adolescentes entrevistados para elaborar el estudio considera que le sería fácil conseguir cocaína en el lapso de 24 horas, dos de cada 10 la probaría si se presenta la ocasión, y la cuarta parte tiene dos o más amigos que consumen drogas.


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