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Por qué hay que prestarle atención a las garrapatas en Patagonia

Científicos del Conicet y la UNRN identificaron garrapatas que hay en la fauna silvestre y en mascotas. Cuál es el riesgo para la salud humana.

Se tiende a creer que el clima más frío de la Patagonia desalienta la presencia de garrapatas. Sin embargo, esos pequeños parásitos sí están dentro de perros domésticos, zorros, peludos o armadillos. También la garrapata puede picar a las personas y transmitir patógenos que viven en ella.

Un grupo de investigadores del Centro de Investigaciones y Transferencia de la Universidad Nacional de Río Negro y del Conicet en Viedma lograron por primera vez y de manera sistemática describir qué especies de garrapatas hay en Patagonia Norte a través de la identificación morfológica y la confirmación por técnicas de biología molecular. Las garrapatas estaban en animales silvestres, como zorros gris, peludos y hurones, y en perros domésticos. También han logrado determinar qué tipo de bacterias patógenas estaban a su vez en las garrapatas.

No son solo una molestia


Pueden parecer insectos, pero tienen 8 patas y son parientes con las arañas. “La creencia en general es que las garrapatas solo generan alergia y molestias por las picaduras después de rascarse. Pero eso es lo de menos. Si la carga de parásitos que tiene una garrapata es muy grande, pueden matar al hospedador por dejarlo con una cantidad de sangre tan baja que es incompatible con la vida. Como soy veterinario, lo he observado en perros domésticos. Más grave aún es que las garrapatas pueden transmitir microorganismos patógenos, como ocurre con varias especies de bacterias”, expresó Sergio Abate, en diálogo con Diario RIO NEGRO.

“En países de clima cálido o en el norte de la Argentina, la gente quizá está más acostumbrada a escuchar y hablar sobre garrapatas y de microorganismos transmitidos por garrapatas – contó a Diario RIO NEGRO la doctora en biología Marina Winter, de la UNRN y el Conicet. En cambio, cuando pensamos en Patagonia, no se asocia a la región con garrapatas más allá de que se sabe más que los perros pueden tener”.

Una garrapata hembra sobre la vegetación espera el momento para subir a un nuevo hospedador /Crédito Santiago Nava

La investigadora junto con el profesor Abate y otros colaboradores ya hicieron varias publicaciones en revistas científicas sobre los hallazgos relacionados con las garrapatas, que se alimentan de la sangre de personas y animales de sangre caliente. Al alimentarse, las garrapatas pueden transmitir bacterias patógenas que ya habían adquirido de otros organismos o infectarse del organismo al cual pican.

“Por el avance de la urbanización, las personas, los animales domésticos y las especies silvestres ahora se superponen más en el espacio. Quizá no hay encuentros directos, pero sí hay uso del mismo hábitat en distintos horarios del día”, señaló la científica.

Desde la perspectiva “Una salud” (que incluye la interacción entre las diferentes especies, incluyendo a los humanos), los investigadores desarrollan la original línea de investigación. “En primer lugar, un objetivo era saber qué especies de garrapatas circulaban en la vida silvestre de esta región y su vínculo con las áreas urbanas”, comentó.

También les interesaba saber si las garrapatas locales eran portadoras de bacterias patógenas. Para eso, contaron con la colaboración de investigadores del INTA Rafaela, provincia de Santa Fe.

Dentro de las garrapatas, detectaron la presencia de las bacterias Ehrlichia sp. y Anaplasma sp. En una garrapata de la especie Amblyomma pseudoconcolor extraída de un armadillo o peludo se encontró una coinfección con dos bacterias patógenas: Candidatus Rickettsia andeanae y Ehrlichia sp.

“Las infecciones por Anaplasma y Ehrlichia son enfermedades causadas por patógenos de la familia anaplasmataceae. Las rickettsias son otra familia de bacterias muy pequeñas. Ambas familias de bacterias tienen implicancia para la salud de los animales y de las personas”, comentó Winter.

Además, agregó: “Si bien en Patagonia no hemos encontrado por el momento las especies más relevantes desde el punto de vista médico, nuestra investigación aporta al conocimiento de la diversidad de las bacterias y de sus potenciales hospedadores. En un contexto de cambio global resulta fundamental conocer la diversidad de vectores y patógenos presentes en una región”.

Un aumento de la temperatura global -advirtió- podría conducir a que las garrapatas (así como otros vectores) alcancen un mayor rango de distribución. Por eso, “los resultados del estudio deben ser considerados por el personal de salud ya que muchas de estas infecciones con signos clínicos inespecíficos suelen pasar inadvertidas”.

De acuerdo con Abate, el nuevo conocimiento que han generado sobre las garrapatas debería ser tenido en cuenta por los profesionales de la atención primaria de la salud para identificar síntomas de infecciones que pudieran desarrollar la población de la región.

Desde el Instituto ANLIS/ Malbrán, en Ciudad de Buenos Aires, se generó una red nacional de nodos de referencia para atender enfermedades transmitidas por garrapatas, pero aún se incluyó a una provincia patagónica. “Queremos abrir un nodo de referencia para Río Negro (y la Patagonia en general) sobre este tema. Para eso nos capacitamos”, detalló el veterinario. Buscan también armar un mapa epidemiológico de riesgo de enfermedades transmitidas por vectores como garrapatas en la región.

Este hurón fue hallado sin vida por atropellamiento y tenía dos garrapatas fijadas/ Sergio Abate

Qué se recomienda para evitar picaduras de garrapatas


● Se debe seguir una plan regular de control veterinario con las mascotas y administrar antiparasitarios externos.

● Si se va a zonas donde se sabe que hay garrapatas, hay que vestir con mangas largas en brazos y piernas y cubrir los tobillos. Si se transita por un ambiente natural o con abundante cobertura vegetal, se recomienda revisarse una vez finalizado el paseo, incluyendo orejas, cuero cabelludo, o axilas.

● Hay que tener en cuenta que la presencia de una garrapata puede pasar inadvertida. En caso de encontrar una garrapata adherida al cuerpo de una persona o de una mascota, se debe quitar despacio. No se tirar del extremo distal de la garrapata y hay que asegurarse que no quede la estructura de fijación dentro de la piel.

● Se debe promover la conservación de los ambientes naturales para evitar que muchos vectores como las garrapatas lleguen a un ciclo doméstico. Es decir,

muchas especies de garrapatas parasitan especies silvestres y en ese ámbito completan su vida. Pero si se reducen los ambientes naturales y como consecuencia los animales silvestres, las garrapatas tienen la capacidad de adaptarse y reemplazar sus hospedadores silvestres por hospedadores domésticos y así también se transmiten las bacterias de las que son portadoras. Conservar la biodiversidad nativa es una medida de prevención sanitaria.


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