De Neuquén a Alaska en combi: así armaron el viaje soñado

Laura y Mariano partirán este domingo 12 a las 9 desde Centenario. Acá te cuentan el paso a paso de los preparativos y cómo vencieron el miedo a dejar los trabajos y una rutina previsible para salir a la ruta a vivir una gran aventura.

¿Qué hay que llevar para salir de viaje en una combi desde Neuquén a Alaska? ¿Cómo hay que adaptar el vehículo para poder dormir? ¿Qué miedos hay que vencer para animarse a dejar los trabajos, el hogar y una vida previsible para salir a la ruta y cumplir un sueño? En los últimos 14 meses, Laura Benavides (27) y Mariano Candiotto (28) fueron buscando las respuestas a estas y otras preguntas, hasta que pusieron la fecha de salida: será el próximo domingo 12 de enero a las 9 hs desde la Plaza del Bicentenario (entre la primera y segunda rotonda de Centenario), con amigos y familiares invitados a la despedida, incluida una minicaravana que los acompañará hasta que solo queden ellos en la ruta, con su combi y su destino viajero.

A nuevo. Le hicieron chapa y pintura, la aislaron, revistieron y le sumaron un sofá cama.

Todo empezó en Hielo Azul
La fecha no es casual: un 12 de enero del 2017 se conocieron en el refugio de montaña Hielo Azul en El Bolsón, cuando ella quería colgar su campera empapada después de un trekking al glaciar, no llegaba por la altura y él la ayudó. Ahí empezó una charla divertida que se interrumpió pronto, cuando Laura volvió a Neuquén y Mariano a La Plata.

Se conocieron en el refugio Hielo Azul (El Bolsón) el 12 de enero del 2017.

Pero la historia no terminó ahí: continuó a la distancia con los mensajes por Whatsapp, las llamadas por Skype y visitas cortas, hasta que un día de febrero del 2018 él se subió a un colectivo que lo dejó en la terminal de Cipolletti. Desde entonces están juntos.

Laura supo pronto que Mariano soñaba con salir a la ruta para vivir una larga aventura por el continente. Y él insistió hasta que consiguió el ok de ella para subirse juntos a una combi para recorrer América.
“Siempre tuve ganas de hacer algo así –cuenta Mariano–. Me cansó lo de trabajar todo el año para si tenés suerte poder tomarte 15 días y gastar un montón de plata. Siempre tuve ganas de decir ‘me voy’. Se lo propuse a Lau”.

Se dedicaban al transporte escolar; ya lo dejaron. Él también hacía suplencias como profe de Educación Física. Y ella trabajó en un estudio contable.

“Y yo, obvio, le decía no, no, no –recuerda Laura–. Tenía otra idea: recibirme, el auto, la casa. Ese era mi plan. Pero Mariano me abrió la cabeza. Al principio discutíamos un poco, hasta que entendí que me invitaba a pensar en otra opción de vida. Empecé a seguir a gente que viajaba, gente lo que lo hacía. Y sí, empecé a darme cuenta de que era posible”.

Sigue Mariano: “En octubre del 2018, una mañana la veo medio rara, como pensativa. Le pregunté qué pasaba. Ahí me dijo que sí, que quería hacer el viaje. Empezamos a pensar a dónde y surgió este plan”.

Trajeron la combi andando desde Buenos Aires.

Nacía Soltar y viajar, como los encontrás en las redes. Y el debut no pudo ser mejor. “En febrero del año pasado publiqué en Facebook un posteo contando el plan y mis dudas antes de decidirme”, recuerda ella. “Nos fuimos a un cumple y cuando volvimos tenía miles de me gusta, comentarios y compartidas. Fue increíble”, recuerda él.

Aunque se mantienen esta red, con el tiempo decidieron centrarse en Instagram. Para Soltar y Viajar, soltaron el trabajo que compartían, el de transporte escolar en Centenario en un emprendimiento familiar. Él también hacía suplencias como profe de Educación Física y ella trabajó en un estudio contable. A fines del 2019 se recibió de licenciada en Administración de Empresas.

En Mari Menuco. Esta foto la publicaron el día que les dieron la visa para entrar a los Estados Unidos.

A bordo de una leyenda
Desde el principio, el sueño tenía forma de combi, esa legendaria máquina que nació en Alemania y se fabricó también en la Argentina. Encontraron en venta una modelo 88 en Buenos Aires. Perdieron el avión, fueron a dedo, llegaron, compraron. Era negra, bien roquera, con caja de cuarta, motor boxer 1.6 original, naftera, velocidad máxima de 80 km/h. “La trajimos andando”, cuenta ella.

En estos días hacen los últimos ajustes a la combi en Centenario.

Y empezó la transformación en Centenario: le hicieron chapa y pintura, la pintaron de celeste y blanco, la aislaron, revistieron, le pusieron muebles como un sofá cama y arreglaron la parte eléctrica, entre muchos otros detalles que terminarán en estos días de vértigo.

Trabajo compartido en la combi. La manejarán los dos.

La cofradía
Pronto descubrieron también que la comunidad viajera es una cofradía solidaria. A partir del primer posteo, hospedaron a parejas y amigos en viaje en su casa de Centenario y una mujer de Canadá les escribió que pasen por su casa camino a Alaska, entre muchos cálidos mensajes. “La mayoría dice que encontrás mucha gente buena en el camino y que podés viajar con poco”, dice ella.

“Muchos se quedan más con la gente que con el paisaje, eso te motiva, te da ganas de salir a experimentarlo”, dice él. “Por eso nuestra idea es disfrutar del camino a paso lento, sin apuro”, completa Laura y agrega que llevarán llaveros, cuadros y pulseras hechos por ellos para vender y financiarse.

Con otros viajeros que hospedaron en Centenario. @fotoviajandoenkombi de Ranchos, Buenos Aires y @aochentavamos: pareja de Funes, Santa Fe. Ambas parejas iban hacia Ushuaia para luego remontar hasta Alaska.

El itinerario inicial: hacia Bariloche, cruzar a Chile por Villa La angostura, agarrar la famosa Carretera Austral y volver al país para conocer El Calafate y El Chaltén. Y después, a Ushuaia para empezar a subir por la costa. Pasar por La Plata para despedir a la familia de Mariano. ¿Qué seguirá? Puede ser la idea inicial, rumbo al oeste hacia Bolivia, Perú y Ecuador en la ruta del Pacífico. O que cedan a la tentación de ir a las Cataratas del Iguazú. Ya verán. «Es que en esos 15 días de vacaciones al año que decía Mariano viajamos muy poco. Yo siempre iba a Bariloche y Villa La Angostura. Y él a Mar del Plata. Tenemos tantas ganas de conocer tantos lugares…», cuenta Laura.

El día que Laura se recibió de licenciada en Admnistración de Empresas, a fines del 2019.

“Pero es más importante el camino que el destino”, agrega Laura, mientras Mariano asiente y se despiden: ya es tiempo de volver a hacer los últimos ajustes y estar listos para partir con la combi cargada de sueños.

«Levante la mano quien soñó alguna vez con dejar todo y dedicarse viaja! Particularmente en nuestro caso el loco soñador es Mariano, que terminó por convencerme. Y si lo soñaron, cuál creen que sería el motivo por el que NO lo hicieron! Y los que lo hicieron o están haciendo, que les recomiendan a los que no se animan?», escribió Laura. Aquí están en el Dique Ballester, del lado de Río Negro.

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