Del barrio al centro, las viandas de Lalito’s

En 1991 Pehuenia Cultural nació para viajar a Copahue y Caviahue cada temporada a los encuentros folclóricos. La nueva generación mantiene este encuentro con la cordillera, pero con un sello distintivo de trabajo en la capital.

Alexander Castro, Ailen Blazquez y Marcelo Robledo conjugan la pasión por cocinar rico con las actividades culturales y artísticas y lograron darle forma a un emprendimiento particular: venden viandas y sostienen la cantina de las veladas artísticas en el centro cultural de Villa Ceferino.

Integran una organización que nació de la promoción de la actividad folclórica pero que ahora amplió su mirada hacia todo el quehacer musical: danzas, rock y noches de kermés.

También mantienen la tradición de viajar a la cordillera una o dos veces al año para participar de festivales folclóricos, que era la antigua impronta de la peña.

Pehuenia Cultural se está reinventando y los fines de semana en el espacio que ocupa en Villa Ceferino se llevan a cabo encuentros musicales y de recreación; donde el aporte culinario para amenizar la velada lo ofrece Alex.

“Trabajaba en una empresa de servicios petroleros hasta que me lastimé la espalda y, como sucede siempre en ese rubro, mejor arreglar cómo salir antes de dar muchas vueltas; porque ya no te quieren”, explicó Alex.

Decidió entonces (con el arreglo económico) equipar la cocina del centro cultural para hacer comidas para vender y “dedicarme a cocinar, que fue lo que siempre me gustó”, dijo.

Soy cocinero de pasión, me encanta hacer esto; construí la cocina y compré todo para hacer funcionar la parte culinaria de un centro cultural porque me pareció que podrían funcionar bien las dos cosas: de lunes a viernes vendemos viandas con Marcelo, y los fines de semana activamos la cocina que puede acompañar un espectáculo o una actividad artística que se desarrolla en el escenario”, detalló.

El espacio está abierto a los músicos de todos los estilos, y la consigna del lugar es que los artistas tengan un escenario donde poder hacer su música sin tener que pagar.

“En muchos lugares para actuar les cobran o solo cobran a partir de la venta de un determinado número de entradas. Aquí nosotros no les cobramos y preferimos que si cobra una entrada lo defina el artista, siempre y cuando sea accesible para que todos puedan venir y ver el espectáculo, y por supuesto comer algo”, dijo Alex.

En agosto, por ejemplo, en el escenario estuvo Noe Pucci, una cantante consagrada. “Pero así como estuvo ella, que es una gran música, puede pasar alguien con su guitarra y hacer unos temas; podemos programar una película o hacer una tarde de juegos, con ping-pong y otras actividades de kermés”, dijo.

Alex, Ailen y Marcelo son Lalito’s Viandas.
Con la cocina habilitada, se dedican de lunes a viernes a las viandas y, si no están en el bufé o tras la barra el fin de semana en el local cultural de Pehuenia, están arriba del escenario, porque también Alex integra la banda Somoza Descontrol, que se dedica al “brutal pop”, “una combinación de metal, rock y punk”, detalló.

“Todos los músicos son bienvenidos, que vengan a crear su propio espacio, buscar un lugar de expresión”.

Alex trabajaba en una empresa petrolera

De lunes a viernes el menú suele combinar las variables de pastel de papas, canelones con salsa blanca, pollito al disco, tallarines con una salsa especial, puré con hamburguesas, budín de carne, supremas de pollo o sorrentinos, entre otras variantes de las viandas que viajan desde Villa Ceferino a las oficinas donde añoran una buena porción de comida con sabor casero.

A las 21 de los sábados funciona la kermés sobre la calle Jarillal. “Todos los músicos son bienvenidos, que aquí creen su propio espacio, buscar un lugar de expresión que los atendemos con unas ocho o nueve variedades de pizzetas”, explicó.

Explicaron que la actividad de viandas y reparto les permite sobrevivir mientras activan la documentación en personas jurídicas de Pehuenia para dar más fortaleza al centro cultural.

“De a poco la gente va conociendo el lugar; hay siempre requisitos que debemos cumplir como el seguro de espectador y otros detalles pero también la cosa es ir creciendo. Hay quienes vienen a dar talleres y entonces les pedimos siempre que sea con una cuota accesible a todos. Un vecino quiso venir a dar un taller de electricidad aquí en el centro y nosotros le abrimos la puerta. A cambio nos mejoró todas las instalaciones.

Si vienen a usar el lugar la condición es que los precios sean al alcance de todos nuestros vecinos”, sostuvo.


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