El lunes vuelven las bibliotecas en Neuquén: ¿cómo es el protocolo?
Sólo se podrán retirar y devolver libros. Tras ser devueltos los libros estarán en aislamiento por siete días.
Las bibliotecas populares podrán comenzar a funcionar desde el lunes 8 de junio en Neuquén.
El próximo lunes (8/6) las bibliotecas populares de la provincia podrán comenzar a funcionar. Lo harán de lunes a sábados, de 8 a 21, y con un estricto protocolo sanitario. No se podrá leer en los salones, pero si retirar los libros.
Tal como lo anunció el gobernador Omar Gutiérrez las bibliotecas son una de las actividades que formarán parte de las nuevas flexibilizaciones junto a los talleres de arte y danzas, gimnasios y restaurantes. En todos los casos será necesario respetar el uso de barbijo, la distancia mínima de metro y medio y la higiene de manos y elementos.
Muchos de los protocolos se están ultimando los detalles, pero el de las biblotecas ya se pudo conocer y será estricto para evitar la propagación del virus.
Quien quiera asistir a una biblioteca popular de la provincia para retirar un libro y leerlo desde su casa, lo primero que deberá hacer es sacar un turno en la biblioteca en la que se encuentra asociado, siempre procurando que sea la más cercana al domicilio.
Con el turno previo obtenido, podrá acercarse al lugar a concretar el préstamo a domicilio; y en las que está habilitado también se podrán realizar préstamos en líneas. En ningún caso podrán usarse los salones para leer allí.
A la hora de la devolución también se deberá obtener un turno y una vez realizada, el material bibliográfico devuelto deberá ser puesto en aislamiento en cajas especiales (etiquetadas y desinfectadas regularmente) durante al menos 7 días antes de poder volver al circuito del préstamo.
Cada biblioteca podrá decidir sus horarios de funcionamiento, pero obligatoriamente deberá estar encuadrado en la franja horaria que va desde las 8 hasta las 21, de lunes a sábado.
Susana Ceballos, directora de Bibliotecas Populares, explicó que “el protocolo se trabajó a través de capacitaciones realizadas con la Universidad Nacional Autónoma de México de México, representantes de la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas), y bibliografía brindada por la Biblioteca Nacional”.
“A través de los foros fuimos recopilando información de especialistas de Chile, Guatemala, España y México que nos brindaron consideraciones a tener en cuenta para confeccionar el protocolo presentado”, concluyó Ceballos.
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