Jornadas de Energía 2023: Vaca Muerta, de cara al salto de escala

Las décimas Jornadas de Energía del Diario RÍO NEGRO llegan en un momento bisagra para el shale argentino. Proyectos, infraestructura, marcos regulatorios e inversiones. La actualidad de la industria en el exclusivo ciclo de conferencias.

El presente de Vaca Muerta confirma que el desarrollo del shale argentino fue y será un game changer para el país. No sólo se revirtió el declino de la producción local, lo que le permite pensar en el autoabastecimiento, sino que también su efecto comienza a reflejarse en la balanza comercial. Una serie de obras de infraestructura, con eje en Neuquén, le permiten a la formación encausar su acelerado crecimiento para concretar un nuevo salto de escala.

Este 2023 se cumplen 10 años ininterrumpidos del evento periodístico más importante de la industria energética, que nació en Vaca Muerta y que acompañó su desarrollo desde el primer día. «El futuro de Vaca Muerta: de los récords al salto de escala» es el lema elegido para la décima edición de las Jornadas de Energía del Diario RÍO NEGRO y es un resumen del momento que atraviesa el sector y de lo que hablarán ejecutivos y funcionarios el próximo miércoles en el ciclo de entrevistas (ver aparte).

Lo demostrado por Vaca Muerta estos últimos años y el potencial de su recurso demandó, tanto al sector privado como público, la toma de decisiones estratégicas en cuanto a la infraestructura necesaria para el mediano plazo. Los constantes récords de producción dejaron a las redes de transporte al tope de su capacidad y se necesitan más para alcanzar los objetivos de crecimiento pactados. 

Con las demoras características de la política, hay proyectos en marcha para ambos segmentos que le darán aire a las petroleras y a las ajustadas cuentas del Estado. Entre todos, que están en diversos estadios de avance, y sin contar el gasoducto Néstor Kirchner, abarcan inversiones de orden de los US$6.600 millones.


Vaca Muerta: el petróleo a las góndolas del mundo


La manera más simple de definir el presente del segmento del petróleo es señalando que todo barril que suma Vaca Muerta, así como cada caño, tienen destino de exportación. El consumo de las refinerías locales (adecuadas en su mayoría para procesar buena parte del shale) es de unos 527.000 barriles por día (bbl/d), mientras que en abril se bombearon 638.000 bbl/d.

Ante este escenario, que se expande casi de manera mensual, es que hubo y hay una serie de obras en marcha, tanto internas de yacimientos como de la cuenca, que van en la misma línea: ampliar la exportación.

En números

638.000
barriles de petróleo por día fue la producción nacional durante abril de este año. Más de 111.000 barriles por encima del consumo local.

La más reciente fue la reactivación parcial del Oleoducto Trasandino (Otasa) que hoy exporta hasta 41.000 bbl/d a Chile. Hacia fin de año se ampliará a 70.000 bbl/d (su techo es de 109.000 bbl/d). Este caño permite liberar capacidad de la red de Oleoductos del Valle (Oldelval) que va hacia Puerto Rosales, en Buenos Aires.

Para llegar al objetivo de finales de 2023 será clave la inauguración del oleoducto Vaca Muerta Norte de YPF, que posibilita la interconexión de yacimientos (propios y ajenos) para llevar más crudo a la cabecera de Otasa y también hacia la zona industrial de Mendoza.

Paralelo a esto, Oldelval tiene en marcha el Duplicar Plus. Se trata de nuevas líneas y mejoras que permitirán transportar unos 300.000 bbl/d adicionales desde Vaca Muerta hasta Puerto Rosales. Se planea llegar a los 620.000 bbl/d en 2025.

Este proyecto derivó también en un plan de ampliación de la terminal de Oiltanking Ebytem (OTE) en Puerto Rosales, que permitirá darles salida a unos 540.000 bbl/d en 2025. Se expandirá el almacenamiento y también los muelles para recibir buques de mayor porte.

Las empresas Shell, Pan American Energy y Pluspetrol inauguraron en febrero el Oleoducto Sierras Blancas – Allen, que será importante para llevar más crudo hasta la cabecera de Oldelval que parte hacia Puerto Rosales. El caño tiene una capacidad de 125.000 bbl/d y es clave para interconectar varios yacimientos de esa región.

En números

125.000
barriles de petróleo por día puede transportar el Oleoducto Sierras Blancas – Allen, de Shell, Pan American Energy y Pluspetrol.

Otros dos desarrollos, que están en etapas más preliminares, son la terminal de exportación en Sierra Grande, Río Negro, que tiene YPF actualmente en etapa de estudio, previo al inicio de la obra. El objetivo es que este operativo, como tarde, para principios de 2026. Todo el proyecto será escalable.

Esta terminal podría almacenar 7 millones de barriles y para unirse con el corazón del shale se emplazará el Oleoducto Vaca Muerta Sur, que recorrerá 700 kilómetros. Este caño transportará unos 360.000 bbl/d y hoy está en espera de fecha de la audiencia pública, del lado rionegrino.


Vaca Muerta: el gas también presiona por más caños


La obra más importante para el segmento del gas que tiene Vaca Muerta en marcha es el gasoducto Presidente Néstor Kirchner. Por su centralidad, es la más importante en, por lo menos, dos décadas. Y si bien hay otros proyectos que son críticos, como la reversión del Gasoducto Norte, la línea que se inaugurará en pocos días es en buena medida el habilitador.

El 20 de junio comenzaría a fluir el shale gas a través de la primera etapa del Néstor Kirchner, que permitirá expandir el transporte, en un primer momento, en unos 11 millones de metros cúbicos por día hasta Buenos Aires. Remplazará importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) y de combustibles líquidos, tanto en el invierno como en el verano.

En números

11 MMm3/d
es la producción que podrá transportar el gasoducto Néstor Kirchner, cuando se inaugure este mes.

Se espera que el día que se inaugure la primera etapa, el Gobierno haga un anuncio con respecto a la segunda, que conectará a Salliqueló con San Jerónimo y, a través de la reversión del Gasoducto Norte, se llegará con más gas hasta la frontera con Bolivia.

Según comunicó el Gobierno, la licitación de la reversión del Gasoducto Norte es inminente. Este caño permitirá reducir las importaciones todavía más y, al mismo tiempo, aumentar la producción de Vaca Muerta. Además de revertir cinco plantas compresoras, el plan contempla la construcción de un gasoducto de 122 kilómetros, para unir las redes de TGS y TGN, y un loop de 62 kilómetros entre Tío Pujio y Ferreyra.

El presupuesto para todos estos trabajos alcanza los US$712 millones, de los cuales hay unos US$540 millones que serán aportados por la Corporación Andina de Fomento (CAF), mientras que hay otros US$172 millones que deben buscarse.

Si bien se reactivaron las exportaciones de gas a Chile de manera firme, incluso durante el invierno, hoy la exportación a gran escala está lejos en el horizonte. Primero se resolverá la situación interna del país y luego se pensará a largo plazo.

En este escenario, será fundamental el futuro del proyecto de Gas Natural Licuado (GNL) que presentó Nación esta semana que pasó. Es una norma que cuenta con el consenso de la industria, pero en la que las dudas pasan por su tratamiento, en medio del calendario electoral.

La producción de gas de Vaca Muerta aumentará este año por el gasoducto Néstor Kirchner. Foto Matias Subat

Hay por lo menos dos desarrollos que estaban esperando un avance en términos de normativas nacionales para definir su futuro. Uno de ellos es el que presentó YPF junto a Petronas en septiembre del año pasado.

Contemplaría inversiones que arrancarían en $10.000 millones y podrían llegar a los US$40.000 millones. Aún está en etapa de ingeniería y para operar necesitaría un caño dedicado para abastecer con gas a la planta que se ubicaría en Bahía Blanca.

El segundo, que sería modular y de baja escala, es el plan que tienen en carpeta TGS con Excelerate. En un primer momento, operaría en el período estival y solo atendería el mercado spot. Actualmente hay diversas empresas trabajando en la ingeniería del proyecto.


Vaca Muerta: la clave para dar el salto


Las bondades de la roca generadora dejaron de lado la discusión de “mercado interno o externo” y los niveles de actividad y de producción de gas y petróleo en Vaca Muerta este 2023 así lo demostraron. El shale es sin dudas la llave para alcanzar primero un autoabastecimiento energético y después una balanza comercial superavitaria.

Con el recurso probado y el know how necesario (y en constante evolución), el futuro de Vaca Muerta depende de inversiones, marcos regulatorios y una macroeconomía saneada. El ansiado salto de escala hacia un verdadero proyecto de exportación ya está en marcha, pero su supervivencia dependerá no de lo que suceda bajo tierra, sino en la superficie.


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