La falta de transporte demora el desarrollo de un tercio de las áreas de Vaca Muerta

Una quincena de las áreas concesionadas deberían pasar a la fase de desarrollo intensivo en un año. La falta de capacidad de evacuación, tanto en gas como en petróleo, imposibilita cumplir con los plazos fijados en los contratos.

En 2010 se realizó el primer pozo hacia lo que era más que una promesa, un sueño, una formación no convencional llamada Vaca Muerta. La decisión de encarar un tipo de explotación, que era incipiente en el mundo, se dio a partir de un enorme punto a favor de Vaca Muerta: resulta que está exactamente debajo de los grandes desarrollos convencionales de Neuquén, por lo que los oleoductos y gasoductos ya están hechos.

Hoy, tras más de una década, Neuquén lleva otorgadas 43 concesiones para la explotación no convencional de hidrocarburos a una quincena de empresas de todo el mundo, pero los grandes oleoductos y gasoductos siguen siendo exactamente los mismos y es por esto que un tercio de esas áreas tienen frenados sus desarrollos.

La provincia de Neuquén como poder concedente tiene la facultad de reclamar y hasta penalizar esas demoras en lo que son contratos firmados por las empresas a la hora de recibir las concesiones, pero la realidad marca que poco puede pedirse que se extraiga más gas y petróleo si no hay dónde inyectarlo.

Hagamos un poco de historia para comprender lo que está sucediendo. En 2014 la nueva ley de Hidrocarburos, la 27.007, dejó en manos de las provincias las concesiones y habilitó a Neuquén a comenzar a otorgar concesiones para la explotación de hidrocarburos de forma no convencional, las denominadas CENCH, que a la fecha suman 43.

Esas concesiones son a 25 años, más una prórroga de 10 años y si bien contemplan una inversión total potencial, sujeta a lo que se encuentre en su etapa de exploración, tienen detallados planes pilotos que son precisamente esa etapa inicial, tras la cual se espera el desarrollo a mayor escala, o masivo, de cada área que pasan a ser evaluados en los planes que año a año presenta cada firma.

Esos pilotos son, en síntesis, contratos con la provincia concedente. Contemplan montos de inversión precisos, obras estipuladas, pozos a realizar y sobre todo, plazos que van de los 3 a los 5 años para completar estos estudios que sería lo que en el convencional se conoce como la etapa de exploración.

De las 43 CENCH otorgadas por Neuquén a la fecha, 30 se dieron entre 2014 y 2018, por lo cual en el mejor de los casos, esos pilotos vencerán el año que viene.

A principios de 2019 la demora en la definición del paso a la etapa de actividad masiva de varios bloques estuvo entre los principales puntos de atención del gobierno neuquino, que incluso llevó a Houston el tema para ser analizado mano a mano con las principales autoridades de empresas internacionales.

El reclamo de la provincia en ese momento era que cumplan con los plazos y llegado el vencimiento de los pilotos no duden en pasar a la siguiente fase que implica más inversiones y más producción.

El presidente Alberto Fernández anunció esta semana el inicio de la obra del gasoducto a Vaca Muerta, a partir de septiembre. ( Foto: Matías Subat)

Pero desde principios del 2019 a la fecha hubo varios cambios que alteraron la postura del gobierno neuquino. Y el principal es que ya no hay capacidad de transporte ociosa para exigir con vehemencia que se aumente la producción.

El plazo de gracia de esa ventaja inicial que tenía Vaca Muerta de contar con la infraestructura construida desde hace décadas se acabó y hoy pasó de ventaja a ser el gran limitante.


El gasoducto Néstor Kirchner y los oleoductos


Mientras el gobierno nacional se apresta a comenzar la construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner que marcó esta semana la segunda visita del presidente Alberto Fernández a Vaca Muerta, la obra aún tiene todo el plazo de construcción por delante para permitir la evacuación de una mayor cantidad de gas.

Y aún así terminada, en su primera etapa la capacidad adicional de transporte no tendrá un cambio de 180 grados sino que solo sumará 11 millones de metros cúbicos más al sistema, que para graficar es menos que lo produce solo uno de los yacimientos gasíferos de la formación: Fortín de Piedra.

En el caso del petróleo, el camino del crecimiento aparece un poco más empinado. En 2019 la firma Oleoductos del Valle (Oldelval), la concesionaria de la red troncal de transporte de petróleo de la Cuenca Neuquina anunció su plan Vivaldi para duplicar la capacidad de transporte de crudo hacia Puerto Rosales y las grandes refinerías bonaerenses.

Sin embargo ese plan fue modificado luego al calor primero del congelamiento del precio del petróleo que impuso el gobierno de Mauricio Macri en 2019, y luego por el desplome del consumo que marcó la pandemia, o mejor dicho, la cuarentena.


Un plan B para transportar más petróleo


El plan se seccionó en dos, y de momento solo se está ejecutando una ampliación de 50.000 barriles por día de crudo que elevará a 265.000 barriles por día la capacidad de transporte.

La segunda etapa del plan, que sí permitiría duplicar la capacidad y con ello, la producción, quedó de rehén en un reclamo al gobierno nacional por la extensión de la concesión de Oldelval, que vence recién en cinco años.

Con esta limitación a la vista, desde la principal productora de petróleo de Vaca Muerta como es YPF se decidió apostar a un plan B, para atacar la capacidad de transporte de petróleo por dos puntas.

Desde la firma se avanza junto a la chilena Enap en la reactivación del Oleoducto Trasandino (Otasa) para permitir que entre fines de este año y principios del año que viene se puedan exportar al menos 50.000 barriles por día hacia Chile, y hasta 107.000 un año más tarde.

Tanto la ampliación de los gasoductos como de los oleoductos dependen del gobierno nacional. (Foto: Matías Subat)

La semana pasada Energía On publicó los trabajos que las principales operadoras de Vaca Muerta están realizando para ampliar su producción a partir de que los cuellos de botella sean desactivados en la zona, marcando así no solo que desde el empresariado hay un interés en acelerar el desarrollo del shale argentino, sino también anticipando que si la ampliación de transporte es acotada, habrá una puja entre las firmas para lograr tener una tajada de ese espacio extra.

De momento, Vaca Muerta cuenta con 16 áreas en la condición de desarrollo masivo, un enorme crecimiento si se tiene en cuenta que en 2018 eran solo cuatro. Pero la cuenta podría ser mucho mayor y, si en la década de actividad de Vaca Muerta se hubieran realizado las obras necesarias, el año que viene podría haber encontrado a la formación con el doble de bloques en la fase industrial.

Arrojando así un marcado cúmulo de exportaciones en contraposición con lo que hoy, es bueno, pero apenas son saldos destinados a la exportación.


Las áreas en desarrollo masivo y las que avanzan más lento


Entre las áreas concesionadas de Vaca Muerta que ya llegaron a la fecha en la que se debía definir el paso a la siguiente etapa de actividad se encuentran por un lado los bloques que ya lograron acelerar su producción.

En esa nómina se encuentran Loma Campana, Bandurria Sur, La Amarga Chica, Rincón del Mangrullo y El Orejano operadas por YPF. También Cruz de Lorena, Sierras Blancas, Coirón Amargo Sur Oeste (CASO) y Bajada de Añelo, son operadas por Shell.

Tecpetrol tiene en esa instancia a Fortín de Piedra. Pluspetrol aceleró a ese nivel en La Calera, al igual que Vista en Bajada del Palo Oeste.

ExxonMobil tiene en ese estado el área Bajo del Choique-La Invernada. Total al bloque Aguada Pichana Este (APE). En tanto que El Mangrullo de Pampa Energía y Lindero Atravesado de PAE completan el cuadro aunque en especial en el segmento del tight.

Pero otros bloques también deberían haber ingresado en ese nivel de producción e inversiones entre el año pasado y este año pero están en un escalón más bajo o con mínima actividad.

En esta segunda condición se encuentran La Escalonada y Rincón de la Ceniza, La Ribera I y II, Pampa de las Yeguas I, Bandurria Centro y Bandurria Norte, aunque en este último caso el área fue recientemente vendida.

En la cuenta regresiva, en tanto, figuran Río Neuquén, Coirón Amargo Sur Este (CASE) y Aguada Pichana Oeste, entre otros.


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