“Incendios forestales, como el de Cuesta de Ternero y el de la Comarca, llegaron para quedarse”

Así lo manifestó el subsecretario de Recursos Forestales de Río Negro. En medio de la sequía y la suba de la temperatura promedio, avanzan en medidas para esperar el verano.

Tanto el incendio forestal que arrasó 8.500 hectáreas en Cuesta del Ternero durante el último verano como el que destruyó más de 500 viviendas en El Hoyo y Lago Puelo el 9 de marzo, no son hechos aislados y podrían reiterarse en la región. Así lo consignaron los meteorólogos.

“Son situaciones que han llegado para quedarse. Es una consecuencia del cambio climático. Por eso, hemos planificado medidas de prevención para reducir la mayor cantidad de combustible posible donde se puedan generar incendios de interfase”, advirtió Fernando Arbat, subsecretario de Recursos Forestales de Río Negro.

Aseguró que los equipos técnicos ya articularon el trabajo con los referentes de diversas instituciones, como Bomberos, Defensa Civil, el Servicio Forestal Andino y Splif, para recorrer diversos sectores de la zona andina donde se podrían generar incendios de interfase, de características similares al que se desató en Las Golondrinas, “el más grande en la historia de la Comarca Andina”.

Por un lado, el trabajo consistió en la reducción de combustibles y en la realización de cortafuegos. También se contactó a los dueños de campos con pinares “sin manejo” y se avanzó con la empresa de electricidad rionegrina Edersa para reducir la masa forestal debajo de las líneas de media tensión a fin de “reducir la posibilidad de algún incendio en plena temporada”.

Por otro lado, se hizo un relevamiento de los reservorios de agua y se generaron varios encuentros con miembros de juntas vecinales y ocupaciones para concientizar respecto a la limpieza de los terrenos. “No importa el entorno. El incendio en Cuesta del Ternero se inició en una toma y terminamos perdiendo 8.500 hectáreas de bosques en la zona”, dijo Arbat.

A raíz de este siniestro, el Splif gestionó un fondo de emergencia de 21 millones de pesos, para la instalación de reservorios de agua donde hacía falta, mejorar el sistema de comunicación y proveer de diversos elementos a juntas vecinales para iniciar “de manera rápida y efectiva” un primer ataque del fuego.

Con los municipios de El Bolsón y Bariloche, se acordó incrementar las cámaras de seguridad y avanzar en planes de evacuación en aquellos barrios ubicados en zonas de interfase.

Mallín Ahogado, Villa Turismo y el cerro Amigo son las zonas más críticas en El Bolsón. “Hay bosques nativos de cipreses. Es una masa forestal importante y, en caso de incendio forestal, podría generarse situación complicada. Por eso, este año hubo varias autorizaciones de volteo y raleo tanto en Bolsón como en Bariloche”, expresó Arbat.

El último temporal de viento en Bariloche que provocó caída de árboles, voladura de techos y cortes de luz en numerosos barrios generó nuevas complicaciones. “El temporal dejó mucho material forestal, mucho combustible disponible y ya fuera de temporada para la quema. Es una preocupación extra que nos suma tener un resguardo mayor en la zona andina”, admitió.

Dijo que, en las próximas semanas, se declarará la emergencia ígnea en la región andina, tal como ocurrió el año pasado. De esta forma, solo se podría hacer fuego en los lugares habilitados y personal de Gendarmería y la Policía se sumará a los controles.

Arbat recordó que, el último verano, pese a la situación de emergencia que se vivía en Cuesta del Ternero con el incendio, el Splif Bariloche apagaba entre 10 y 20 fogones por día en zonas prohibidas, como Ñirihuau, Ñireco o el oeste de Bariloche.

“Este tipo de situaciones complica mucho el control. Hay gente que, por ignorancia o falta de cuidado, hace fuego y lo deja mal apagado. Y no hay que olvidar que así se inició el incendio en Cuesta del Ternero. Fue un fuego mal apagado”, insistió. Y recalcó que “una vez que se desata el incendio como pasó en Cuesta del Ternero, solo podemos proteger las estructuras, las vidas humanas y combatirlo con las organizaciones de combate”.

Destacó que, en la zona de El Manso, también trabajan desde hace tiempo en el mantenimiento de las líneas eléctricas, desde la ruta 40 hasta la frontera. “Había una densidad boscosa importante debajo de las líneas, que se pudo extraer en su totalidad. El trabajo se vio reflejado el año pasado con las nevadas importantes ya que no se cortó la luz, algo muy común en la zona. Tampoco se cayeron árboles sobre la ruta, ni hubo cortocircuitos que pudieran ocasionar incendios”, manifestó.

Reconoció que preocupa la llegada del verano. El funcionario recordó que en el invierno, las escasas nevadas en la cordillera retrasaron la apertura de los centros de esquí y, los meses de septiembre y octubre registraron temperaturas más elevadas que lo normal, durante varios días seguidos. “Hemos llegado a tener 28, 30 grados cuando lo normal son 10 grados menos, es decir, entre 18 y 20 grados. Eso generó un deshielo precipitado y pronunciado. Nos falta llegar a diciembre y enero y, la sequía prominente será un factor peligroso para el inicio de los incendios forestales”, concluyó.


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