Historias de Neuquén: Les ganó a un estadista y a un cacique

En 1964 se aprobó la construcción del monumento a las madres. Pero en el mismo lugar ya que había autorizado un busto de Kennedy y la estatua del indio pehuenche. Quedaron sin efecto.

En 1964 hubo un día en que las madres les ganaron terreno a un estadista norteamericano y a un cacique pehuenche. Fue precisamente el 18 de diciembre, cuando se sanciona la ordenanza 240 que ordena, a solicitud del cuerpo de policía que había donado la tierra, el emplazamiento del monumento a la madre en avenida Olascoaga, entre San Martín y las vías del ferrocarril.


A los escritorios de los entonces concejales llegó un proyecto que decía “los señores José U. Arriagada, Diolindo Gerardo Bruce y Pedro Bianchi, todos funcionarios de la Policía de la Provincia, en representación de la repartición a la que pertenecen, expresan que con motivo del día de la Policía que se conmemorará el 22 de enero próximo, han resuelto donar un pedazo de tierra para que se inaugure el monumento a la madre”.

La plazoleta que escogieron es la que se ubica frente a la Vuelta de Obligado, pero el problema que se presentaba acá era por un lado que ese sector había sido denominado con anterioridad, también por ordenanza “Jhon Fitzgeral Kennedy” y ya había sido colocada la piedra fundamental para el emplazamiento de un busto homenaje al “gran estadista”.

Por otro lado, ese mismo lugar había sido designado, por voto mayoritario de los concejales para levantar el monumento al indio pehuenche, al que en la norma se lo mencionaba así: “Nuestro indio que sin doblegarse aceptara la civilización y el progreso del blanco, asimilándose a la comunidad que integró sin perder su arrogancia su audacia, valentía y altivez…”.

Al debate sobre qué hacer frente a este dilema, los autores del primer proyecto, sostenían que era necesario interpretar en un monumento el fiel sentimiento que por ella exteriorizan sus hijos.

Finalmente y luego de muchas discusiones se acordó trasladar el monumento al indio pehuenche hacia otro lugar de la ciudad, cuestión que nunca se definió completamente.


Dato

320.000
pesos moneda nacional costó la construcción del monumento, encargado a un escultor de Cipolletti.

El nombre que anteriormente se le había impuesto al lugar, el del presidente norteamericano, no fue demasiado duro de desestimar y así finalmente el 18 de diciembre se sancionó una norma para la creación de una comisión que iba a estar encargada de las gestiones para construir el monumento a la madre. Ese grupo estaba integrado por un representante de Ejecutivo, un concejal, un funcionario policial, el jefe de Técnica de la municipalidad, un arquitecto y un vecino destacado de la ciudad.

Años después, el icono de la ciudad, se convirtió en la principal referencia de la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, por sus hijos desaparecidos y asesinados durante la última dictadura militar de Argentina.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios