Lectura recomendada: «Si te vieras con mis ojos»

La profesora Cecilia Boggio sugiere hoy una novela multipremiada de Carlos Franz. El pintor alemán Mauricio Rugendas y la escritora chilena Carmen Arriagada son sus protagonistas a los que se sumará nada menos que Charles Darwin.

La novela de la cual les quiero hablar hoy ganó en el año 2016 el Primer Premio de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, también el Premio del Círculo de Críticos de Chile y fue elegida el libro del año por el periódico El Mercurio.


“Si te vieras con mis ojos” (Alfaguara 2017) es de algún modo una novela romántica, pero sobre todo de amor, pasión y erotismo, donde lo visual ocupa un espacio importante.

El pintor alemán Mauricio Rugendas y la escritora chilena Carmen Arriagada son sus protagonistas a los que se sumará nada menos que Charles Darwin. Los hechos se desarrollan desde 1835 hasta 1859.


Rugendas llega a Valparaíso como pintor viajero: “Vine desde México siguiendo el encargo de Humboldt de pintar lugares y personajes típicos de América Hispana para futuras ilustraciones de sus obras”. En el embarcadero divisa a una hermosa mujer que dirige con autoridad el desembarco de paquetes que le corresponden. Averigua en la pequeña aldea sobre ella, casada con un héroe de la independencia y dueña de fundos importantes y ricos, que pasa parte del invierno y la primavera en su mansión de Valparaíso.

A los pocos días se presenta de visita para ofrecer sus oficios de retratista. Enamorado desde el primer momento y sorprendido por lo ilustrada lectora que es Carmen, admira su curiosidad y sus conocimientos en literatura, filosofía, política y ciencias.

Tratar de conquistarla será su desafío y el inicio de una pasión incontenible en la cual los amantes, en palabras de Vargas Llosa, “viven en los límites, se amoldan a situaciones cambiantes y son capaces de probar los extremos más peligrosos del amor”.


En el puerto está anclado el MHS Beagle, bergantín que comanda Fitz Roy, y en él viaja Charles Darwin. Carmen lo invita a conocer su estudio y se interesa por las investigaciones, en especial de los picorocos, está presente Rugendas y en un chispeante intercambio de argumentaciones aceptan participar en un debate que organizará Carmen con los intelectuales de la zona.

Poco más tarde ambos compartirán duras y atrapantes aventuras que incluyen un terremoto en pleno Aconcagua.

En 1854, en Londres, el pintor y naturalista se volverán a encontrar; y miran entonces desde un presente grisáceo aquel pasado en rojo y el futuro incierto o al menos poco satisfactorio.

El relato de los hechos no es cronológico: en la primera parte un narrador en segunda persona nos muestra a Carmen narrándole cómo se enamoraron a Rugendas con las observaciones de cómo ella lo percibe, es decir una forma casi epistolar. También hay un narrador en tercera persona y con otra tipografía aparecen los comentarios de la escritora ya anciana que opina sobre lo que escribe.


Esta es una novela que juega entre la realidad y la ficción, entre el arte y la ciencia entre los dos continentes América y Europa, entre la ilustración y el romanticismo.

Un estilo muy rico, en especial en las descripciones de escenas y paisajes, a veces tan detallista que el lector se convierte en un Rugendas frente a su modelo.

Es también una novela larga, como señala un crítico. Para el lector impaciente por momentos podría parecer un poco lenta o quizás reiterativa, sin embargo su rico estilo, lo distinto del tema, el tratamiento de los personajes y de la época la hacen altamente recomendable.


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