Los puentes y los codos en la escuela
El gobernador Omar Gutiérrez recibió semanas atrás al ministro de Educación de la Nación. Archivo
Dinamitar puentes o borrar con el codo lo que se escribió con la mano. Fueron dos frases que, dichas por el secretario general de ATEN, Marcelo Guagliardo, y por el gobernador Omar Gutiérrez le pusieron el marco a la disputa entre el gremio y el gobierno en un año electoral en la provincia que aún tiene mucho suspenso.
Hay coincidencia dentro del partido gobernante en que hay un desafío pendiente y todos miran lo que pueda llegar a hacer el gobernador Omar Gutiérrez casi en soledad porque no se pusieron en marcha mecanismos de búsqueda de opiniones dentro del MPN en sus expresiones legislativas, ejecutivas y partidarias.
Puertas adentro del gremio se reconoce que en los años impares las fórmulas de acción y reacción se relajan “con la debida anticipación” a los efectos de que se asfalte el camino a las urnas, pero este año hay dos condimentos que le agregan, no solo suspenso, sino también tensión.
Uno es que el gremio se desgañitó durante el año pasado –no electoral– para tener un lugar de negociación en función de que el sueldo de los maestros es igual al que cobraban en diciembre de 2019. El epítome fue la medida que llevó adelante la directiva del gremio en el ingreso a la Casa de Gobierno con una permanencia y huelga de hambre. Después el gremio llevó adelante medidas lícitas en los ámbitos de discusión formales cuando no daba quorum para tratar temas administrativos en el Consejo de Educación o cuando incorporó matices al protocolo de regreso a clases y después no lo votó, a sabiendas que se iba a aprobar igual por la mayoría que tiene el Ejecutivo. Como sabía que lo miraban con lupa, fue el gobernador quien les propinó un berrinche cuando dijo que borraban con el codo lo que escribían con la mano. La respuesta fue que si la discusión marchaba por esos carriles los docentes deberían salir a dinamitar puentes en boca del secretario general de ATEN.
El otro aspecto que este año lo hace especial es, justamente, la pandemia y el ciclo pseudolectivo que fue el año pasado. Hay 231.727 alumnos matriculados en todos los niveles educativos en la provincia, es decir, que el suspenso que tiene la situación afecta a un tercio de la población de Neuquén en forma directa.
Frente a un año electoral en el que se renovará la mitad del Concejo Deliberante de Neuquén y tres de los cinco diputados nacionales, el desafío que enfrenta el MPN es someter a las urnas el inicio de la segunda gestión de Gutiérrez. Es decir que se pondrán a consideración de toda la población los costados débiles de la gestión, y la relación con los docentes es el más urgente.
“A los niños y niñas de la provincia la pandemia les pasó y nadie los miró”, fue la conclusión de Fernanda Rodríguez, una madre de San Martín de los Andes que, frente al desafío de hacer oír la voz de quienes en esta disputa parecen invisibilizados, integró un grupo nacional de padres organizados.
Claro que deben superar la suspicacia que en otras gestiones de MPN implicaban estos grupos que escondían la identificación con el partido.
El grupo recabó información estadística que indica que las escuelas abiertas no incrementan los contagios y que por la edad de quienes se infectaron no son justamente niños.
La discusión sobre el protocolo y la probable infección quedó fuera de discusión en función de lo que se ha recopilado desde el año pasado cuando comenzó la pandemia. Poner en tela de juicio esto ahora sería como un argumento de trinchera. El gremio ha manifestado que son los más interesados en reclamar el regreso a las aulas y la condición es contar con elementos que permitan llevar adelante la tarea y relativizar el riesgo.
En términos oficiales se indicó que el año pasado se perdieron 21.000 millones de pesos por debajo de lo presupuestado y que es dinero que se perdió y que no se recupera por arte de magia. El déficit de 15.000 millones no creció más por el congelamiento salarial. Con esta radiografía piden cautela en suspenso.
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