Muchos perdedores y pocos ganadores en el comercio de Neuquén

Locales vacíos parecen convertirse en una mancha que se expande en las tres zonas comerciales de la capital de Neuquén: el Bajo, el Alto y la calle Godoy en el Oeste. La imposibilidad de abrir durante más de 70 días impidió continuar a quienes no tuvieran respaldo. Es la cara más dramática del escenario comercial en la ciudad.

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La mitad de quienes esperan hasta tres horas en la extensa fila de hasta 200 metros en una empresa de cargas son monotributistas o comerciantes que compran directamente al por mayor. José tiene una tienda en la calle Godoy y la adquisición de prendas por mayor en forma directa le conviene para ahorrarse la comisión del proveedor local. Una mujer que espera a su lado aprovecha la adquisición por internet directo de fábrica para vender entre sus contactos, con precios más económicos. Se podría decir que en conjunto con los comercios de cercanía que se rehabilitaron son como la cara positiva del panorama de la ciudad que se mueve, justamente, por el consumo.

El presidente de Acipan, Daniel González, calificó como “muy complicada” la situación para las empresas porque con el nivel de facturación que se tiene no se alcanza a cubrir los tres compromisos básicos: salarios, impuestos y servicios. Destacó la ayuda que significó la Asistencia al Trabajo y la Producción, ATP, que recibió más del 50% de los locales que fueron relevados por el observatorio económico que tiene la entidad mercantil. También mencionó los créditos que lanzó el Banco Provincia de Neuquén.

Atribuyó el visible incremento de las ventas por internet, no porque los locales de venta tradicional estaban cerrados, sino que “en la gente más joven se nota un cambio cultural” e indicó que “los comercios locales no han tenido mucho éxito con la venta online”.

Admitió que hay una búsqueda de productos por internet en lo referente a precios y variedad “probablemente a nivel nacional, pero a nivel local no fue exitoso”.

Hubo una experiencia cuando estaban impedidos de abrir los comercios y el resultado era de un 10 o 15% de lo que se vendía en forma presencial.

Hay una cuestión de escala e impacto impositivo. Las ventas online por plataformas reconocidas apuntan al precio y la variedad, pero las que se realizan por canales individuales (por Facebook para dar un ejemplo) no están reguladas y no pagan licencia comercial ni impuestos. “Está faltando una regulación por parte del Estado, el nacional, provincial y municipal”, apuntó González.

Gabriel Robles integrante de Comerciantes Unidos de Neuquén que se ubica en la zona oeste de la ciudad sostuvo que “siempre es mejor tener abierto y facturar algo que tener cerrado” e indicó que el miedo que se infunde a la gente implica que no salga en forma masiva a comprar cuando se inició la reactivación de algunos rubros. “Hay que educar respecto a cómo cuidarse con medidas de protección que corresponden”, reflexionó.

Contó que están frente a un problema que se vincula con el cobro de los alquileres. Los propietarios, legítimamente, sostienen que el cobro se realiza igual pese a que el local estuvo cerrado por decisión nacional, los trabajadores exigen su derecho a cobrar, los servicios y los impuestos nacionales y provinciales. Rescató la decisión del intendente Mariano Gaido de suspender el cobro de licencia comercial.

“Estuvimos cerrados, no facturamos y no tenemos derecho a ningún ingreso por nuestra propia vía de trabajo, todos tienen derecho a cobrar por servicios vigentes y postergados”, esgrimió.