Primer round en el Congreso: qué significa la moción de censura contra Guillermo Francos y cómo impacta en el Gobierno

Desde la Casa Rosada hablan de una "diferencia de criterios" con el Congreso y acusan a la oposición de actuar con fines electoralistas.

Guillermo Francos, jefe de Gabinete, en la Cámara de Diputados.

Mientras el presidente Javier Milei continúa con su gira internacional en Estados Unidos, donde mantiene reuniones con líderes mundiales y celebra la llegada de nuevos préstamos de organismos internacionales, en Buenos Aires la oposición redobló sus críticas al Gobierno y avanzó con un pedido de remoción contra el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

El reclamo surge a raíz de la negativa oficial a aplicar la ley de emergencia en discapacidad, sancionada por el Congreso tras el rechazo al veto presidencial. Si bien la norma fue publicada en el Boletín Oficial, el Ejecutivo aclaró en el decreto que no será implementada hasta que se determine de dónde saldrán los recursos para cubrir los aumentos previstos, informó Infobae.

En la Casa Rosada aseguran que no se trata de una desobediencia sino de una «diferencia de criterios» entre poderes.

«Es una diferencia de criterios entre dos poderes del Estado, porque no es que nosotros decimos que no vamos a aplicar la emergencia en discapacidad porque no queremos hacerlo, sino porque la ley de financiamiento dice explícitamente que todo proyecto votado en el Congreso que implique un aumento del gasto debe especificar de dónde sacará los recursos, lo cual no pasó en este caso», explicaron fuentes de Balcarce 50.

Además, el oficialismo confía en que los gobernadores no respaldarán la ofensiva opositora: «Francos siempre se mostró abierto al diálogo, y hay que ver si a las provincias les conviene cambiar de interlocutor», remarcaron.


Una moción inédita


La oposición presentó en ambas Cámaras una moción de censura contra Francos, acusándolo de incumplir su deber de respetar las decisiones del Congreso. Se apoyan en el artículo 101 de la Constitución, que establece que el jefe de Gabinete «puede ser removido por el voto de la mayoría absoluta de los miembros de cada Cámara».

En el oficialismo ven difícil que esa mayoría se alcance. Para que prospere el proceso, el pedido primero debe superar la comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por el libertario Nicolás Mayoraz, obtener dictamen y recién después ser votado en el recinto.

Lejos de confrontar, Francos aseguró que asistirá si es convocado: «En cuanto sea aprobado y me fijen una fecha, por supuesto que voy a concurrir y debatiremos, como lo he hecho en otras oportunidades, con la Cámara de Diputados, los puntos que sean necesarios. A ver, para ponerlo claro, es cierto que es la primera vez que pasa que un jefe de Gabinete va a ser, en el caso de que se apruebe la medida, interpelado y sujeto a una moción de censura, pero está dentro de la Constitución, así que yo no tengo más remedio que concurrir y someterme al Congreso a lo que decida, ¿no? Pero la verdad que no le tengo ningún temor a la discusión», señaló en una entrevista radial.

Incluso desde sectores aliados, como el PRO, calificaron la iniciativa de la oposición como «exagerada» y sin fundamentos sólidos.


Un final abierto


En Balcarce 50 insisten en que el pedido tiene un trasfondo estrictamente electoral. «Ahora hay mucho ruido por las elecciones, hay muchos en la oposición que se envalentonaron por la derrota que sufrimos, pero después va a bajar un poco la espuma. Claramente, este planteo es excesivo, electoralista y política», opinan.

De todos modos, en el Gobierno recuerdan que, aun si la moción prospera, Milei podría volver a nombrar a Francos en el cargo inmediatamente, lo que reduciría el impacto político de la medida.


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