El abandono del expeaje, otro motivo de disputa entre Cipolletti y Vialidad Nacional

Actualmente ningún organismo del Estado se encarga de mantener el espacio donde una vez funcionó la estación de peaje y el ingreso a la ciudad. Tanto Vialidad Nacional como el municipio de Cipolletti se desvinculan de las responsabilidades sobre el sector. 


Diariamente cientos de autos circulan por la zona del expeaje de la Ruta 22 de Cipolletti. A simple vista el sector se encuentra deteriorado por el paso de los años y la falta de mantenimiento. El titular de Vialidad Nacional en Río Negro, Gustavo Casas, dijo que el municipio de Cipolletti firmó un convenio con el organismo para que desde el Ejecutivo puedan ocuparse de mejorar el espacio. El intendente Claudio Di Tella desmintió la firma del acuerdo.  

Durante muchos años el sector estuvo abandonado. Allí funcionaron las cabinas de cobro de peaje que fueron instaladas en 1997. La empresa encargada de cobrar era Caminos Del Valle, pero luego de numerosos reclamos, en 2013 dejaron de recaudar. Finalmente, en 2018 comenzaron a remover la estructura donde una vez funcionó el peaje. 

A casi 10 años de haber dejado de operar las cabinas del peaje, el lugar se encuentra sin el mantenimiento adecuado que requiere el ingreso a una ciudad como es Cipolletti. Los diferentes organismos y gobiernos de turno no han adoptado las medidas pertinentes para mejorar el aspecto de un sector tan transitado.

Según explico el intendente Claudio Di tella el mantenimiento del sector corresponde a Vialidad Nacional. “Seguramente tendrá modificaciones cuando se comience con las obras de la avenida urbana de la Ruta 22, pero ahora corresponde a Vialidad”, dijo el mandatario local.  Hoy las intervenciones son mínimas, algunas luminarias en puente carretero y nada más.  

Actualmente desde el organismo Nacional de Vialidad, cedieron el espacio a la Agencia de Seguridad Vial para que utilice parte del predio que una vez fue área administrativa del peaje.  

Pero, del otro lado, en las banquinas abunda la maleza y la tierra seca. En el centro quedan algunos restos que pertenecieron al predio de la vieja estación. Donde antes circulaban los autos, hoy es un estacionamiento. Los rastros de las cabinas quedaron marcados sobre el conglomerado de cemento que abunda en el sector, pero después de tantos años nada pasó.  

Si se avanza un poco más se llega a los puentes carreteros que unen a Cipolletti con Neuquén. La estructura del viejo puente refleja el paso de los años, el transcurrir del tiempo y el olvido.  

Desde vialidad habían informado que se firmó un convenio con el municipio de Cipolletti, pero el intendente Claudio Di Tella aseguró que no firmo ningún acuerdo respecto a esta área del expeaje. Sin embargo, el ente nacional y el municipio están en dialogo por los trabajos que comprenden las obras de la avenida urbana, los trabajos en el puente ferrocarretero y la ruta 22 por la barda norte.  

Actualmente hay un equipo de Vialidad Nacional que trabaja para reformular el proyecto de la autopista de la Ruta 22 que solicitó Cipolletti. Tiempo atrás la disputa se dio porque la ciudad no quería puentes elevados en la zona urbana, debido a esto se firmó un convenio para continuar con el proyecto de la construcción de la autopista.


Las cabinas del expeaje


En 1997 la empresa Caminos del Valle comenzó a cobrar por cada auto que cruzaba el río. En 2011 se pagaban $0,50 centavos, pero luego se inició una campaña para juntar firmas para que se revea el canon del peaje. Los vecinos, gremios y agrupaciones sociales comenzaron a movilizarse en rechazo al impuesto. Incluso muchos gobiernos de turno se manifestaron en contra del cobro y durante años reclamaron las obras que se comprometió a realizar la empresa y nunca finalizó. 

El 30 de abril de 2013 los empleados de la empresa dejaron sus puestos de trabajo y levantaron las barreras para siempre. Aquel día las cabinas dejaron de cobrar y los vecinos comenzaron a cruzar a Neuquén sin problemas.  

En febrero de 2018 finalmente Vialidad Nacional contrató a una empresa para que iniciara con los trabajos para remover la estructura que funcionó por 16 años.  

Cuando dejó de funcionar la estación de peaje, muchas obras quedaron inconclusas. Según se había anunciado en la época la empresa debía realizar rotonda, derivadores y culminar trabajos de repavimentación. La incertidumbre sobre qué pasaría en ese espacio duró mucho tiempo, en la época nadie brindó detalles de los planes que había para el sector. Hoy ocurre lo mismo, hay muchas ideas, pero ninguna es precisa.  


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