El otro lado de la Regata: amores, promesas y recuerdos en el agua

Amores que nacieron en la orilla, juramentos hechos al final de la travesía y tragedias que el río abrazó sin olvidar. De esto habla también “Una historia escrita en el agua”, el documental de Río Negro.

Amores que flotan, recuerdos que no se hunden en un río que es testigo y vínculo de sueños que van detrás de la competencia. La Regata del Río Negro lleva memorias y relatos íntimos que afloran en el agua. Muchos de ellos formarán parte del documental “Una historia escrita en el agua”, el trabajo audiovisual producido por Diario Río Negro que se estrenará el próximo 15 de noviembre.

Hay promesas, deseos, casamientos y también tragedias que el río no se llevó, porque la Regata es más que una carrera. Las historias navegan por el tiempo junto a los botes y son parte viva de los 50 años de la travesía más larga del mundo.
Relatos a corazón abierto entre la orilla y la corriente, juramentos, revelaciones y descubrimientos en pleno contacto con la naturaleza, hacen que la Regata del Río Negro sea el lazo perfecto entre las emociones y la competencia.

En el largometraje que se estrenará en el Centro Municipal de Cultura de Viedma, el sábado 15 de noviembre durante la realización de la 15ª edición de la Feria Municipal del Libro, se verá la festividad ante el arribo de los seres queridos tras cumplir con las exigencias de la travesía, las muestras de afecto, las historias de amor que se forjaron junto al río y también se activará la memoria para recordar a aquellos que ya no están.
La celebración más allá de las ausencias y el recuerdo sentido que es capaz de llevar a las lágrimas, en un acto que confirma que no se trata de una evocación en vano, sino de una presencia que trasciende el tiempo.

Marcelo Barra no es de emocionarse, pero el recuerdo de Luis Marello y Gabriela Cassano fue capaz de romper con el muro de su coraza. Luis fue su hermano, en el agua y fuera de ella, su compañero en el deporte y su ejemplo. “El Gringo era un tipo duro, de no tener muchos amigos. Fue un gran remero que llegó a los Juegos Olímpicos. Tenerlo al lado cuando yo era muy joven y empezaba con esto del canotaje, no me lo olvido más. Era como un hermano mayor para mí”, nos cuenta el presidente del Club Náutico La Ribera.

“Cuando él tiene el accidente fatal junto a Gabriela , yo estaba con los chicos de la escuelita en El Cóndor, porque él me había puesto a su lado a trabajar en el club. Me tocó avisarles a todos que había muerto… Después de eso yo me fui del club, no quería saber más nada. El Gringo me contagió su amor al deporte, al canotaje…”.

Luis Marello y Gabriel Cassano, una pareja de palistas que está siempre en el recuerdo.

Las palabras de Barra se quiebran al recordar a Marello, que junto con Gabriela están presentes en cada lugar de la Comarca Viedma-Patagones. La guardería del Náutico La Ribera lleva sus nombres, al igual que la Playa de los Palistas donde año a año termina la Regata del Río Negro. Las enseñanzas de ambos siguen flotando entre aquellos que los conocieron y hoy los recuerdan con sentimiento.
Luis y Gabriela fallecieron en un accidente automovilístico a pocos kilómetros de Viedma, en la madrugada del 25 de enero de 1999.


Venir a correr la Regata y quedarse para siempre


Carlos Torres Bohorquez es un palista venezolano que se enteró que en la Patagonia se corría una Regata durante una semana y que era la más larga del mundo.
“Pensaba que estaban locos. Cómo era posible que estuvieran corriendo tantos días y cubriendo tantos kilómetros…”. Este palista caribeño no sólo vino a disputar la travesía, sino que también se quedó a vivir. Conoció a su mujer y formó una familia. “Todo fue un propósito. Quedé en paz con Dios, aquí en estas aguas tiré las cenizas de mi madre, este lugar me unió a mi mujer y tenemos una hijita. Todo esto fue gracias a la Regata”.

Carlos Torres, un venezolano que se enamoró no sólo del río y la Regata.

Una alianza que nació en el río y quedó en la memoria de la Regata


A Ricardo Ovejero y Analía Castro lo unió el río y la Regata. El canotaje, además de ser un vínculo deportivo entre los dos, fue algo que ayudó a Any a superar su fobia al agua. Su terapia fue esta competencia y el fin, ahuyentar su miedo a las corrientes.

En varias ediciones compartieron el bote -incluso llegando primeros a Viedma en su categoría- y también la vida, aún cuando Any luchaba por la suya. En enero del 2022 Ricardo le propuso casamiento en la playa de San Javier, antes de largarse la sexta etapa, y al final de la séptima, en Viedma durante la entrega de premios, se casaron.

Any Castro y Ricky Ovejero, un amor que nació en el río y tomó forma en la Regata.

“Fue uno de los momentos más hermosos de mi vida…”, nos cuenta Ricky bajo la lluvia durante el rodaje del documental, en el mismo lugar donde le propuso casamiento a su esposa, que falleció en noviembre del 2022.
“Una historia escrita en el agua” es también un viaje íntimo donde los relatos flotan en la memoria colectiva, donde el río es testigo y confidente. La Regata no siempre termina en Viedma…



Amores que flotan, recuerdos que no se hunden en un río que es testigo y vínculo de sueños que van detrás de la competencia. La Regata del Río Negro lleva memorias y relatos íntimos que afloran en el agua. Muchos de ellos formarán parte del documental “Una historia escrita en el agua”, el trabajo audiovisual producido por Diario Río Negro que se estrenará el próximo 15 de noviembre.

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