El tibio regreso de turistas extranjeros a Bariloche

Los idiomas europeos o asiáticos y los tonos del castellano comenzaron a escucharse nuevamente en una ciudad acostumbrada a recibir turistas de todo el mundo. Luego del boom del verano, aprovechan la disponibilidad de butacas en los aviones.

A dos años de la pandemia, con la flexibilización de los controles y de las restricciones para ingresar a Bariloche, los turistas extranjeros comienzan a sentirse nuevamente en la ciudad. Otros idiomas, otros acentos y hasta la forma de vestirse llaman la atención.

La presencia de público de otros países se intensificó en las últimas semanas en Bariloche de manera casi simultánea a la baja de turismo nacional tras la finalización del verano. Sucede que la merma de «locales» generó mayor disponibilidad en los vuelos de cabotaje que hoy les permite a los extranjeros desplazarse desde Buenos Aires con mayor facilidad.

«El viajero independiente no organiza con tanta anticipación y el Previaje los perjudicó porque no encontraban disponibilidad de hotelería. Solemos recibir reservas de viajeros con menos de una semana de anticipación», explicó Pablo Molteni, miembro de la Asociación de Hostels de Bariloche.

«El extranjero -agregó- está en Calafate y decide viajar a Bariloche al día siguiente. Al estar acá, le gusta el lugar y se quiere quedar cinco días en lugar de dos. O conoce a alguien en la ciudad que le recomienda algo que no estaba en sus planes y agarra viaje».

Tom y Aviv, dos turistas de Israel, llegaron a Bariloche el último miércoles desde El Calafate. Durante su viaje por Argentina, se encontraron casualmente con dos compatriotas que ya conocían, Nir y Jonatan, que, al igual que ellos, se lanzaron en busca de nuevos horizontes al término del servicio militar.

Reconocen que el viaje a la Argentina coincidió de casualidad con la flexibilización de los controles. No era algo que les preocupara. «¿Qué nos atrajo de Bariloche? La carne, el vino y las lagunas», señala Aviv.

El itinerario de este grupo arrancó en Buenos Aires, continuó por Ushuaia, El Chaltén, El Calafate y después de Bariloche, seguirá por Iguazú y Salta. El único cambio es la imposibilidad de cruzar a Chile, como era una costumbre para este público, ya que solo algunos pasos están habilitados.

Lioz, otro israelí de paseo por Bariloche durante más de una semana, aguarda unas empanadas junto a tres amigos. «Este viaje es algo muy tradicional después del servicio militar. La posibilidad es conocer India o América del Sur. Y Bariloche está dentro de los destinos muy recomendados por su buena carne, chocolates y postales», señaló el joven.

Ezequiel Barberis, presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche, coincidió en que el aumento del público extranjero es la consecuencia de que «no hay tanto argentino viajando con Previaje». La disponibilidad de vuelos y alojamientos seduce a este segmento para visitar el sur. «En mi agencia de viajes, solo en la tarde de ayer hemos atendido sudafricanos, israelitas, alemanes. La semana próxima llegan golfistas brasileños por una semana para jugar al golf», puntualizó.

Lioz, de Israel, explicó que Bariloche está dentro de los destinos muy recomendados por su buena carne, chocolates y postales. Foto: Marcelo Martínez

Los más jóvenes optan por alojarse en hostels y eligen los circuitos de aventura, trekking y cabalgatas. Consultan mucho para hacer rafting y alquilar bicicletas. Los adultos prefieren las propuestas tradicionales, como Circuito Chico, Tronador e Isla Victoria. Por otro lado, se alojan en los hoteles de más categoría aprovechando el cambio.

Molteni destacó que la estadía varía, aunque por lo general, ronda las 3 o 4 noche porque, entre medio, visitan refugios de montaña, donde pernoctan una noche y vuelven.

Los hoteles de menor categoría también perciben el impacto de la llegada de extranjeros. Silvana Camelli, propietaria del Hotel Venezia, advirtió que un 10% de los pasajeros proviene de otros países. «De 30 pasajeros, 3 son extranjeros. Tenemos gente de Brasil, España y Estados Unidos. Y nos referimos a un hotel de una estrella; con el cambio del dólar, este segmento aprovecha para alojarse en otro tipo de establecimientos. De todos modos, estamos por debajo de lo que estábamos acostumbrados, con un 50% de chilenos y brasileños», expresó Camelli.

Muchos hoteleros reconocieron que registran gran cantidad de reservas para julio y agosto por parte de brasileños, europeos, australianos y norteamericanos, a través de Booking. También abundan las consultas del público uruguayo.

«Habrá que ver qué pasa cuando se abra el paso Samoré porque hoy, muchos ya están con las reservas a tope para el invierno. Seguramente, en esto ganarán lugares alternativos», opinó Camelli.


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