Tras la muerte de Tolaba, cuestionan las condiciones de detención en Neuquén

La Defensa Pública volvió a cuestionar las condiciones en que se encuentra los procesados y condenados. El último año y medio se registraron otros dos suicidios y fugas masivas en las comisarías.

Con la muerte de Diego Tolaba, el femicida de Delia Aguado, la policía de Neuquén quedó nuevamente en el ojo de la tormenta y volvió a recibir críticas por las condiciones en que se encuentran las personas privadas de su libertad. Desde el traspaso de la cárcel de Senillosa al Servicio Penitenciario Federal, el sistema neuquino está colapsado.

El Ministerio Público de la Defensa realizó un llamado de atención a las autoridades. En un breve comunicado en el que confirman el deceso del condenado, los defensores públicos de Tolaba, Fernando Diez, y Eliana Lazzarini, exigieron que haya una «rápida investigación para determinar las circunstancias en las que ocurrió».

Hasta el momento se sabe que Tolaba estaba alojado en una celda individual de la Comisaría 18, que durante un rondín a las 5 de la madrugada la guardia de la alcaldía lo vio durmiendo y que a las 7, en un segundo control, lo encontraron sin vida y ahorcado.

Desde la defensa realizaron un «nuevo llamado de atención respecto de las condiciones de detención y de seguridad de las personas privadas de su libertad en Neuquén, en cárceles y, como en este caso puntual, en comisarías». Se trata de un reclamo que lleva tiempo pero que en contexto tiene varios antecedentes cercanos y similares.

Sin ir más lejos el pasado 25 de noviembre un hombre también fue hallado sin vida en la Comisaría Segunda de Neuquén en una celda individual.  Rubén Alberto Bello, de 51 años, había sido detenido por disturbios y por la madrugada lo encontraron sin vida. Se suma otro caso en la Comisaría 18, del 26 de junio de 2018, con la muerte de Juan David Cuellar, de 45 años.

No son lugares aptos

Las comisarías han sido noticias en el último año por incidentes con quemas de colchones de los internos e incluso dos resonantes fugas de condenados que estaban en las alcaldías.

La reiteración de hechos deja en evidencia que las comisarías no son lugares aptos para alojar personas procesadas, en primer lugar porque no cuenta con las condiciones mínimas para garantizar los derechos de los detenidos. En segundo lugar, y no menos importante, porque la comisaría es un lugar de acceso al público, donde cualquier incidente que se produzca con los detenidos puede poner en riesgo la seguridad ciudadana.

En varias oportunidades los funcionarios de la Defensa Pública han cuestionado la falta de atención del Gobierno provincial sobre las falencias del servicio e incluso este mes se comenzó un censo sobre la población carcelaria. El problema está relacionado a la sobrepoblación de internos en las cárceles de Neuquén capital, que actualmente son tres la U11, la U16 y la U12 -la cárcel de mujeres-, tan solo esas tres unidades albergan 300 internos.

Desde la Defensa explicaron que esto se debe al traspaso de la Cárcel de Senillosa al sistema Federal. En ese contexto detallaron que los detenidos fueron distribuidos en complejos de Neuquén y esto repercutió en la justicia, porque todos los condenados sin sentencia firme y los detenidos con preventiva pasaron a ser alojados en comisaría. En Neuquén capital hay cuatro comisaría que alojan detenidos, la Tercera, la 12, la 18 y la 44, se suma la Comisaría 46 del barrio Los Álamos de Plottier.


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