«Tiene que ser una mujer», la campaña para que se mantenga el cupo femenino en el STJ de Río Negro

Las vacantes en el máximo tribunal de Justicia rionegrino reavivaron el debate por el cupo femenino en el poder judicial. Apoyan juezas, abogadas, trabajadoras judiciales y referentes feministas de la región y a nivel nacional.

Las dos vacantes que se produjeron en las últimas semanas en el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro reavivaron el debate en torno a la paridad de género y el acceso de las mujeres a los espacios de poder en el Poder Judicial provincial. Tras la renuncia de la jueza Adriana Zaratiegui, primero, y de su par Enrique Mansilla, después, cientos de mujeres de diferentes ámbitos de la vida pública de la provincia alzaron su voz para que se mantenga el cupo femenino en el STJ. El reclamo quedó cristalizado en la campaña «Tiene que ser una mujer», que tuvo alta repercusión no sólo en la comarca Viedma-Patagones sino también en las principales ciudades de la provincia y a la que ya adhirieron juezas, abogadas y destacadas militantes feministas de la región y el país.

Los datos del último informe (2020) de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación muestran la disparidad en el sistema judicial de todo el país. El 60% del personal administrativo son mujeres y el 40% varones. A nivel funcionariado, 61% son mujeres y el 39% varones. Magistradas, procuradoras y fiscales son el 44% mientras los varones representan el 56%. Y por último, en la cumbre de la pirámide judicial (Ministerio, Procuraduría General y Defensoría General), sólo el 31% son mujeres contra el 69% de varones.

La campaña local por el cupo femenino en el STJ surgió luego de que se hizo pública la presentación de la renuncia de Zariategui, que será formalmente aceptada hoy junto a la de Mansilla, en la reunión del Consejo de la Magistratura ampliado, encabezado por la gobernadora Arabela Carreras. «Cuando se empiezan a difundir los posibles candidatos vemos que los nombres que se barajaban eran, en su mayoría, varones cis«, contó a RÍO NEGRO María Paula Díaz, integrante «Acá Estamos», colectiva de mujeres y disidencias de la comunicación de Viedma y Patagones, al frente de la campaña que se difundió por las redes sociales.

«En la mayoría de las instituciones, el cupo femenino y la paridad se convierten en una cáscara vacía. La reparación histórica por la desigualdad de género es un debate que no termina de gravitar, pareciera que es accesorio o decorativo, no lo toman en serio. Por eso quisimos decirle a quienes toman las decisiones que el lugar de las mujeres en el STJ no se negocia«, declaró.

La adhesión a la consigna fue rápida. «Con mucha valentía y compromiso, participaron mujeres que trabajan para el sistema judicial. Sabemos que cada vez que exponemos la desigualdad de nuestro contexto laboral nos arriesgamos a ser sancionadas y a que en algún momento ‘nos cobren’ la participación», contó. «La institución judicial no escapa a las generales de las instituciones: se interesan en problematizar el asunto de la inequidad por razones de género pero a medida que subimos en la escala piramidal, el ejercicio del poder se masculiniza, se patriarcaliza y mayormente es ejercido por varones cis.

Sostienen que hasta hoy la proporcionalidad en el STJ es de tres varones y dos mujeres y aventuran que bien puede ser a la inversa: «Esperamos que el Consejo de la Magistratura, que tampoco tiene paridad, y la representación circunscripcional de abogadas y abogados decidan de una manera justa: que no sólo la vacante de Zaratiegui sea ocupada por una mujer sino que también la de Mansilla».

También cuestionan por qué no ir más allá de una vacante para una mujer: «¿qué pasaría si planteamos que no sólo sea una mujer sino que sea un juez o una jueza trans? En esos espacios el no binarismo no existe. Es algo también para pensar y pensarnos: cómo a medida que se eleva en la pirámide empiezan a invisibilizarse otras identidades no masculinas».


Las voces de las mujeres: «no es un capricho sino un acto pedagógico»


«En la provincia, hay que ver la pirámide para darse cuenta que los semilleros están llenos de mujeres y cuanto más vas subiendo en las jerarquías, hay menos. En toda la historia del STJ en la provincia ha habido sólo cuatro mujeres. No tenemos leyes de paridad, de cupo, ninguna regulación ni normativa en la ley del Consejo de la Magistratura que haga inclinar la balanza en favor de convocar mujeres», señaló a RÍO NEGRO Marcela Pájaro, jueza de Cámara de Bariloche.

«Mi adhesión tiene que ver con la historia personal de todas las mujeres que ocupamos espacios de relevancia o de poder. Todo lo que nosotras tenemos, más allá de nuestros méritos personales, se lo debemos a nuestras ancestras y a las que vienen después de nosotras. Esto se pelea por todas y para todas», dijo, «por sororidad y por estar convencida de que las mujeres tenemos que estar presentes en todos los espacios donde se dirimen cuestiones relevantes».

Por su parte Beatríz Mosqueira, militante feminista de Viedma consideró que «estamos hablando de avanzar hacia normas y prácticas que aseguren el cumplimiento de los derechos humanos dentro del poder judicial, a la consecución del acceso igualitario a gozar de esos derechos, pero al mismo tiempo de transformar la justicia. El acceso democrático, transparente y en igualdad de oportunidades entre varones y mujeres es un derecho necesario a cumplir a todas y todos aquellos que se postulan y concursan por acceder a la magistratura, pero también se trata de un deber fundamental de cara a la ciudadanía que espera y reclama una justicia que pueda dar el ejemplo y haga eco de las demandas sociales».

La campaña también tuvo eco fuera de la provincia donde dos importantes referentes del feminismo a nivel nacional expresaron enfáticamente su apoyo. La abogada feminista Marisa Herrera, profesora e investigadora del Conicet, consideró que «repensar la justicia en clave de géneros constituye un largo y complejo camino, muy fácil de motorizar siempre que haya voluntad política» y que por lo tanto «cubrir las dos vacantes que se acaban de abrir con dos mujeres sería el gesto político más concreto y coherente entre lo que se dice y lo que se hace«.

Herrera destacó el hecho de que el ejecutivo rionegrino está a cargo de una mujer, «quien debe convivir día a día con las desigualdades y discriminaciones existentes en un ámbito aún tan patriarcal como la política», reconoció. «¿Cómo no va a poder comprender la importancia de que la máxima instancia judicial de la provincia – otro ámbito como la justicia también absolutamente patriarcal- pueda empezar a revertir o saldar una vieja deuda pendiente en clave de géneros?», interpeló.

La investigadora feminista Dora Barrancos, asesora presidencial en cuestiones de género, señaló que «la integración de los tribunales superiores debe ser paritaria» ya que «la sustitución de algunas de sus figuras miembros tiene que hacerse con relación a ponderar el ascenso a la paridad representacional en esos organismos». «Necesitamos que en el tribunal de justicia rionegrino haya efectivamente esa compensación para que los dos cargos sean ocupados por mujeres. No es un capricho de las militancias feministas, es un mandato de la sensatez elemental. Por eso, nos empeñamos en que en Rio Negro haya un acto fundamental y pedagógico, de todo derecho y justicia», declaró.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios