Bariloche: la experiencia de navegar a vela el Nahuel Huapi con la fuerza del viento

La navegación en velero es una de las atracciones que San Carlos de Bariloche ofrecerá en su próxima temporada invernal.

Navegar en velero es una experiencia de paz y si se hace en un paisaje tan bello como en de Bariloche, es inolvidable. Por eso la ciudad ofrecerá en su próxima temporada invernal, a los turistas, que se dejen llevar por el viento a través del lago Nahuel Huapi.

La nieve no es el único atractivo que Bariloche y quienes lleguen este invierno hay una opción que gana terreno en los últimos tiempos. Si bien los paseos en barco por el lago son una de las atracciones frecuentes, este tipo de navegación suma adeptos y cada vez son más quienes se vuelcan a disfrutar la experiencia, a la que tuvo acceso un equipo de Télam.

El lago se encuentra en un período de bajante, por lo que las embarcaciones se encontraban a varios metros del muelle, aguas adentro, y para llegar hasta ellas fue necesario abordar una lancha que llevó al equipo hasta el Facundo, un velero de 40 pies de eslora, fabricado en el país en 1986, modelo Black 40, diseñado por German Frers.

Juan Manuel Pulleiro es el ayudante del capitán de la embarcación y el encargado de ubicar en la cubierta a los pasajeros de la misma a los fines de disfrutar del paso sin riesgos, en tanto Billy Marín, su capitán, aborda el timón y enfila, utilizando los motores del barco, hacia el centro del lago.

«Generalmente usamos el motor, que posee unos 25 caballos de fuerza, para movernos cuando estamos un poco ajustados con los horarios o para acercarnos a la costa, pero tratamos que la mayor parte del tiempo la navegación sea a pura vela, porque la experiencia es inigualable», explicó Juan Manuel mientras acomoda las cuerdas que sostienen el velamen.

Una vez que el velero está en «aguas abiertas», Pulleiro despliega la vela Génova, que es la que se encuentra más adelante en la proa.

«Con esta vela es suficiente como para navegar a una buena velocidad y sin problemas», explicó mientras tomó el timón al tiempo que Billy Marín se adentraba en el interior del barco para preparar una picada que se degustará más tarde.

Las excursiones pueden durar desde 3 horas, a un día completo en los barcos a vela (Foto Alejandra Bartoliche Télam).

Cuando el motor se detuvo y la vela se infló, todo cambió. El silencio invadió el ambiente y solo se escuchó el rumor del viento contra la vela y el mástil y el golpeteo del agua contra el casco del velero, mientras alrededor, los ojos se llenaban del azul intenso del lago y el paisaje, se potenciaba con los picos blancos de los cerros circundantes.

A lo lejos se podía ver la Isla Victoria, más acá la Huemul, también la visibilidad alcanzaba para divisar a la ciudad de Bariloche, el Cerro Otto y la pared posterior del Cerro Catedral.

«Navegar en velero no es riesgoso, pero hay que estar muy atento a los cambios del viento, a los imprevistos y, sobre todo, cuando buscamos acercarnos a la costa porque de las grandes profundidades del centro del lago, hay sectores en los cuales se puede encallar», detalló el capitán.

«La idea es que la gente disfrute y conozca la montaña, la ciudad y el entorno de Bariloche desde el agua», subrayó.

Los paseos salen tres veces al día y pueden ser compartidos. En el caso del Facundo su capacidad máxima es de 10 personas, más los dos tripulantes y los grupos pueden ser armados con personas que no se conocen entre sí o privados.

Vista de la Isla Huemul desde el Lago Nahuel Huapi

Opciones de paseos

-Una de ellas es al Puerto Venado e Islas de los Víveres, donde paseo comienza en Puerto Petunia, ubicado a 13.5 Km de Bariloche. Desde allí se navega por el Brazo Campanario, bordeando la península San Pedro pasando por Puerto Bueno, una bahía de aguas tranquilas y transparentes.

En este tramo también se puede observar Bahía Serena, Isla Huemul, Isla de las Gallinas e Isla de las Gaviotas, y teniendo en cuenta las condiciones climáticas, el viaje continúa por el Lago Nahuel Huapi, dirigiéndose hacia la Isla de los Víveres y Puerto Venado en la Costa de Neuquén.

– Otra opción es la de la Isla Victoria, en la que saliendo también de Puerto Petunia, se navega por el Brazo Campanario, bordeando la península San Pedro pasando por Puerto Bueno, una bahía de aguas tranquilas y transparentes.

Luego se continúa por la parte Norte de la Península de San Pedro donde se pueden observar los grandes paredones de piedra.

Pasando la península, se aprecia la magnitud del Monte Tronador con sus nieves eternas y los cerros aledaños, y ya en la parte Sur de la Isla Victoria, se sigue navegando hasta llegar a Piedras Blancas, un remanso de arenas blancas y aguas transparentes.

Las excursiones pueden durar desde 3 horas, a un día completo, según las preferencias de los navegantes.


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