Las mejores fotografías de naturaleza 2025: cuando la vida silvestre se ríe de sí misma
Los premios Nikon Comedy Wildlife volvieron a recordarnos que la naturaleza también tiene sentido del humor. Entre gorilas acróbatas, ranas en pleno “bautismo” y zorros bailarines, el concurso celebró su décimo aniversario con un récord de participación y una colección de imágenes que hacen reír y pensar.
Hay una forma distinta de mirar la vida silvestre. No desde la solemnidad del documental ni desde la quietud perfecta del animal posado, sino desde ese instante mínimo en el que la naturaleza se desarma y muestra algo profundamente humano: el juego, el error, la sorpresa. Eso es lo que premian, y defiendem, los Nikon Comedy Wildlife Awards, que este año reunieron más de 10.000 fotografías enviadas desde 109 países, la cifra más alta desde su creación en 2015.
El concurso nació casi como un chiste. El fotógrafo británico Paul Joynson-Hicks tuvo la idea después de reírse sin culpa frente a una serie de fotos de animales captados en situaciones inesperadas. Con el tiempo, esa risa se transformó en una poderosa herramienta de concientización: detrás de cada imagen graciosa hay una invitación a proteger la fauna y los ecosistemas del planeta.
El gorila que se llevó todos los aplausos
El ganador absoluto de esta edición se titula “Choca esos cinco” y tiene como protagonista a un gorila en Ruanda, suspendido en el aire como si estuviera dando un salto coreografiado. La foto fue tomada por Mark Meth Cohn, quien pasó cuatro días caminando entre montañas cubiertas de niebla hasta encontrar a la familia Amahoro.
“El joven macho estaba dando volteretas, patadas altas, parecía decidido a lucirse”, contó el fotógrafo. «Ver su actuación fue pura alegría”. Y eso mismo transmite la imagen: un instante de felicidad salvaje, sin poses ni cálculo.
Ranas, zorros y miradas que cuentan historias
En la categoría Junior, para fotógrafos menores de 16 años, el primer premio fue para Grayson Bell, quien capturó en Maine, Estados Unidos, a dos ranas verdes en una escena que parece una parodia de un ritual religioso.
“Todos pensamos que parecía que una rana estaba intentando bautizar a la otra”, dijo el joven fotógrafo. La imagen, descubierta recién al revisar las fotos en casa, confirma que a veces el azar también sabe encuadrar.
Entre los menores de 25 años, la ganadora fue Paula Rustemeier, con una foto de tres zorros rojos jugando sobre la arena en los Países Bajos.
“Es imposible no reírse al verlos jugar con sus peculiares personalidades”, explicó. Y es cierto: la imagen parece detenida en el ritmo de una música que no escuchamos, pero intuimos.
Una galería para sonreír
La edición 2025 sumó además una galería de menciones especiales que va desde una ardilla despeinada en Canadá, perfecta metáfora de los días de pelo rebelde, hasta un oso pardo que muestra los dientes como si posara para la cámara.
También hay aves en pleno aterrizaje forzoso, lémures pensativos en Madagascar y un águila marina de Steller en Japón que parece gritarle al mundo que no piensa compartir su pescado.
En tiempos de noticias duras y paisajes en tensión, estas fotos funcionan como una pausa necesaria. No banalizan la naturaleza: la acercan. La vuelven cercana, imperfecta, viva. Y nos recuerdan que protegerla también puede empezar con una carcajada.
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