Análisis: Medidas sui géneris para una situación límite en Neuquén

El tironeo entre el gobierno provincial y los municipios neuquinos, por las medidas para bajar la descontrolada curva de casos de coronavirus, está dando señales confusas a la población. El paquete de decisiones, a cuentagotas, que tanto la intendencia de Neuquén como el Gabinete provincial vienen anunciando parecen ser un bálsamo mediático. En paralelo las imágenes de los equipos de salud exhaustos dejan sin aliento a cualquiera que tenga algo de sensibilidad.

La decisión del gobernador Omar Gutiérrez de que los jefes comunales se involucren en el control de la pandemia para evitar un cierre de las actividades comerciales contrasta contra los números de casos diarios. Ayer la provincia tuvo un pico de 565 contagios y 10 muertes. Duplica los casos activos de su vecina Río Negro y, para ponerlo en perspectiva, solo capital neuquina supera al total rionegrino.

Las mini restricciones para el fin de semana largo, que se acaban de confirmar, no solo confunden entre tantos recortes sino que además parecen un rodeo liviano para no ir a una medida de fondo: que es la cuarentena estricta por una o dos semanas.

El embudo de contagios que no logran contener los gobiernos terminan impactando en el sistema de Salud que no solo no puede dar respuestas a las afecciones derivadas del coronavirus sino que impiden otros tratamientos, internaciones y hasta chequeos generales de las personas. Ayer se confirmó que son 556 los agentes de Salud que están contagiados en la actualidad.

¿Cuál es el fundamento de no tomar la única medida que está probada? El gobernador hasta hace un tiempo utilizaba la frase del presidente Alberto Fernández sobre el «botón rojo» y además, al inicio de la pandemia, siempre expresó que si la situación lo requería se volvería a fases más estrictas de aislamiento. Ahora no se entiende qué le ata las manos.

Uno de los motivos parece ser la actividad comercial. No hay consenso para cerrar comercios. El ejemplo de Cipolletti, con el fallido intento de la gobernadora Arabela Carreras de ir a Fase 1, todavía repica entre los funcionarios neuquinos. Ni el aval de la cámara de comercio alcanzaría para evitar una ruidosa queja del sector para seguir sin restricciones. Las 214 muertes por covid parecen ser argumento suficiente.

Lo cierto es que nadie quiere una restricción después de más de 200 días de limitaciones por el letal virus. Pero qué opciones quedarían ¿No funciona peor sobre el humor social, sí es lo que se está midiendo, un goteo de medidas sectorizadas? ¿Cuánto tiempo tardarán las personas en sortear las mini restricciones? Incluso, hasta se podría alegar confusión por el pliego interminable de lo que se puede hacer y lo que no.

Lo que sí está claro que, a juzgar por lo que ya ocurrió, las decisiones a medias no prometen resultados efectivos.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios