Los sistemas de salud de Río Negro y Neuquén colapsan en el inicio de la segunda ola

Las terapias intensivas ya tienen lista de espera en principales ciudades de la región. Las Guardias no dan abasto y muchos pacientes covid esperan allí un traslado que no llega. Afiliados a PAMI fueron a la Justicia; uno falleció. Ayer murieron doce personas en la región por el coronavirus.

La segunda ola de contagios de coronavirus ya está instalada en la región y las terapias intensivas la están sintiendo. Ya hay lista de espera de pacientes que necesitan una cama, las guardias están al límite de su atención y ya hubo pacientes que murieron allí esperando ser internados. Ayer los partes regionales indicaron que murieron 12 personas.

En Cipolletti el escenario de la terapia intensiva en pleno avance de la segunda ola de coronavirus es muy delicado, incluso más complejo que durante el pico de la primera ola, entre agosto y diciembre del año pasado. Hay menos profesionales y más cansados, menos camas porque la falta de recurso hace inviable sumar nuevas unidades al sector. Hoy hay 10 unidades en el hospital de Cipolletti, nueve ocupadas. Otro indicador que augura un escenario más complejo es la cantidad de días que demanda un paciente covid con el respirador. 

Un hombre de 68 años falleció ayer en la terapia intensiva de Cipolletti. Hacía más de 60 días que estaba conectado a un respirador. Es la única cama libre que queda en el servicio de salud pública, el privado está lleno. Mientras agentes sanitarios preparan esa unidad para recibir a otra persona, al lado hay un hombre de 71 años, cumplirá en breve 80 días con respiración mecánica para poder vivir. 

Pero no es la única ciudad de la región donde se viven situaciones extremas por la saturación del sistema de Salud. En Cinco Saltos, un hombre de 70 años que estaba afiliado a la obra social PAMI, falleció en tras un severo cuadro de covid-19 que afrontaba desde hace más de seis días.

El deceso se produjo luego de que un juez del fuero Federal respondió favorablemente a un recurso de amparo que había presentado su familia y por el cual solicitaban su inmediato traslado a una Unidad de Terapia Intensiva (UTI) de otro centro médico de mayor complejidad.

En Bariloche, la falta de camas de terapia intensiva también lleva a que pacientes no lleguen a recibir la atención necesaria. Después de 10 días de síntomas fuertes tras un hisopado positivo de Covid-19, Alberto llegó a la guardia del Hospital Privado Regional (HPR). Como no había camas disponibles, el hombre de 76 años estuvo internado una noche en una de las camillas de la guardia hasta que pudieron trasladarlo a la sala. Su cuadro ya era grave y murió 15 días después.

Lamentablemente, historias como las de Alberto se multiplican en las últimas semanas con la segunda ola que se traduce en un aumento estrepitoso de contagios y en más internaciones por casos comprometidos.

En Roca, la situación no es diferente. Equipamientos para habilitar nuevas camas hay, pero recursos humanos no. Las camas al 100% en la mañana de este lunes, un paciente que pasó 14 horas con asistencia respiratoria en la Guardia porque no le conseguían lugar y la falta de drogas para la sedación necesaria antes de realizar un intubado, son tres datos recientes que muestran la intensidad con la que se vive la segunda ola de covid-19 en la terapia intensiva del hospital de Roca.

En Neuquén, el parte del comité de emergencia informa que las unidades de terapia intensiva están ocupadas al 97%, pero los referentes de estos espacios en distintivos centros de salud aseguran que tienen pacientes en espera. Este panorama tomó especial gravedad por la muerte de una persona de Villa la Angostura que esperaba ingresar a terapia.


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