Stranger Things se pone oscura: llega la cuarta temporada
Eleven perdió sus poderes. Los amigos están separados. Pero la trama, que tanto apelaba a la nostalgia ochentosa se volverá macabra en esta, la anteúltima temporada, que regresa hoy, a Netflix. Tan macabra que se suma Robert Englund, el actor de Freddy Krueger.
Pasaron tres años desde la última temporada de Stranger Things, que tiene lugar en 1986, durante la explosión de la saga “Volver al Futuro”.
Lo que parecía pura nostalgia ochentosa, se volvió cada vez más turbio, enredado, incluso macabro. “Stranger Things”, esa serie con la que Netflix unió a padres e hijos frente a la pantalla, vuelve hoy para empezar a cerrar la historia.
Efectivamente, desde hoy se verán los primeros 7 capítulos de la cuarta temporada de la serie creada por los hermanos Matt y Ross Duffer, y el 1° de julio, los otros dos. Luego, sólo restará una temporada más para que nos despidamos definitivamente de ese maravilloso grupo de amigos que vive en Hawkins.
Lo ochentoso recuerda y recordó siempre a los “Goonies” (el filme de Richard Donner), y a “Cuenta conmigo” (esa espléndida obra de Rob Reiner). La ropa, las costumbres, la música, todo huele a los ochenta. Con el tiempo, la trama se volvió más cercana a Stephen King. Y esta cuarta temporada, prometen, será quizás incluso más macabra que de terror.
Un portal abierto hacia el Otro Lado, una dimensión poblada de monstruos; laboratorios secretos donde se realizan experimentos con niños y adolescentes; una base militar rusa operando a escondidas en el territorio norteamericano durante la Guerra Fría; chicos que desaparecen, superpoderes, muertes horripilantes. Todo eso hubo hasta ahora. Pero se pondrá peor.
La historia -la que veremos desde hoy- arranca seis meses después del final de la tercera temporada. Es 1986 y, por primera vez, los protagonistas principales están separados. Joyce Byers (Winona Ryder), sus hijos Will y Jonathan (Noah Schnapp y Charlie Heaton), junto con Eleven (Millie Bobby Brown), se mudaron a California. El resto de los chicos se quedó en Hawkins, con Mike (Finn Wolfhard), Dustin (Gaten Matarazzo), Lucas (Caleb McGaughlin) y Max (Sadie Sink) empezando la escuela secundaria; Nancy (Natalia Dyer) está a cargo del diario estudiantil, y Steve y Robin (Joe Keery y Maya Hawke) trabajando en un videoclub. Sin que nadie sepa cómo, el policía Jim Hopper (David Harbour), al que todos creen muerto, aparece en una cárcel soviética, en la remota Kamchatka.
“Han pasado seis meses desde la batalla de Starcourt que dejó al pueblo de Hawkins sumido en el terror y la destrucción. En este momento tan vulnerable, surge una nueva y horripilante amenaza sobrenatural que presenta un misterio truculento: si logran resolverlo, podrían poner fin a los horrores del Otro Lado”, reza la sinopsis de esta nueva aventura.
La nueva y horripilante amenaza está ligada a la incorporación, en la trama, del actor Robert Englund, el Freddie Krueger original.
Englund encarnará a Victor Creel, un vecino de Hawkins que asesinó salvajemente a su esposa e hijos y que actualmente está internado en un hospital psiquiátrico. La perturbada mente de Victor podría guardar la clave que permita entender la relación que une a Hawkins con el Otro Lado. Y que lo une a además con el diabólico ser que habita la casa de la familia Creel, abandonada desde que Víctor mató a todos, en los años 50.
Los creadores de la serie escribieron una carta para los fanáticos. Allí señalaron que “después de nueve guiones, más de 800 páginas, casi dos años de rodaje, miles de efectos especiales y casi el doble de horas que nos tomaron las anteriores, finalmente la cuarta temporada de Stranger Things está lista”.
Y no solo eso: revelaron que habrá una temporada más luego de este lanzamiento doble, la quinta, que será la última.
La pandemia les dio un largo tiempo para darle forma a esta despedida, que empieza a gestarse hoy. Eleven y sus amigos de Hawkins están de vuelta, para asustarnos, entretenernos y, al menos por unas horas, hacernos entrar en esa otra dimensión, la de la adolescencia, la de los ochenta y la de la nostalgia.
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