Estiman que la importación de GNL llegará este año a los 3500 millones de dólares

Representa más que triple que el costo registrado el invierno pasado. Pese a la obra del gasoducto, en el invierno de 2023 volverá el segundo buque regasificador.


A pesar de que los precios internacionales del gas natural licuado (GNL) muestran en las últimas semanas una leve tendencia a la baja luego de un pico en el invierno boreal que lo había vuelto casi prohibitivo, desde el gobierno estiman que para hacer frente a las necesidades de este invierno se deberán destinar 3500 millones de dólares a la importación de gas en buques, un poco más del triple de lo destinado el año pasado.

Así lo confirmó el presidente de Integración Energética Argentina (Ieasa), Agustín Gerez quien detalló que el volumen de GNL a comprar no es determinado por ese organismo sino por la subsecretaría de Planeamiento Energético que depende de la cartera de Darío Martínez.

El titular de la exEnarsa detalló que “tenemos hechos nuestros análisis y calculamos que vamos a estar en el orden de los 65 buques entre Escobar y Bahía Blanca”.

Ese volumen de cargamentos implica un incremento en la cantidad de buques a adquirir del 16% en relación con el año pasado cuando fueron 56 los cargueros que llegaron al país.

Este es uno de los ejes del salto del 219% en el costo de las importaciones, ya que no solo el precio será mucho más alto que el pactado el año pasado, sino que además el volumen de GNL a importar se incrementará debido a una suerte de “tormenta perfecta”.

Ieasa ya licitó la contratación de un segundo regasificador.

Esto es la conjunción de varios factores que harán que este invierno Argentina deba importar más gas en un contexto de precios internacionales por las nubes.

Entre estos factores se encuentran que la sequía que desde hace largos años viene castigando al Litoral y el Comahue implicará una menor disponibilidad de agua, haciendo caer por ello la generación hidroeléctrica.

Además, el contrato de importación de gas con Bolivia -que aún se negocia- marcará en todos los casos una menor disponibilidad de ese gas por la caída en la producción que tiene el país del Altiplano. Según las negociaciones, desde Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) podrían enviar hasta un 30% menos de gas que en el invierno pasado.

Y el último factor, y no menos importante, es la imposibilidad de contar en el sistema nacional con más gas desde Vaca Muerta, ante la saturación de los gasoductos existentes que meten presión a la pronta construcción del nuevo gasoducto Néstor Kirchner.

En ese escenario, los altos precios internacionales marcarán el salto final de las facturas de GNL.
En lo que hace al precio estamos en un marcado muy volátil”, indicó Gerez, y detalló que “observamos que en las últimas semanas se ha generado un descenso en el precio del GNL que hoy está en el orden de los 20 dólares y hace una semana estaba en 25 dólares”.

Y es por esto que anticipó que “apuntamos a que se consolide por debajo de los 20 dólares” por millón de BTU -la unidad de medición. Este valor, si bien es mucho menor que los 30 dólares que se llegó a pagar en enero, marca una multiplicación en el drenaje de divisas ya que el año pasado no solo el precio más alto pagado fue de 12 dólares por millón de BTU, sino que el precio promedio fue de 8 dólares, es decir que será un 150% más caro.

“Las variables del mercado son muchas y no sabemos en qué situación vamos a llegar al aprovisionamiento del próximo invierno”, anticipó Gerez en tono precautorio antes de indicar que “hoy por hoy, con los precios que estamos viendo, estamos en el orden de los 3500 millones de dólares de importación de GNL”.

El titular de Ieasa admitió que este costo de importación “es un monto muy importante para el Estado sobre todo en manejo de divisas, por eso el gasoducto Néstor Kirchner es de una trascendencia única, porque solamente el caño, sin compresión, nos estaría generando ahorros por más de 1.000 millones de dólares en importación de combustibles, esto es gas y combustibles líquidos, y 400 millones de dólares en ahorro de subsidios porque al tener un hidrocarburo más barato, te abarata toda la cadena de generación de energía eléctrica y demás”.

Pero los dolores de bolsillos en la importación de GNL no cesarán tras este invierno, y si bien Gerez remarcó que “está previsto que si nosotros llegamos al invierno del año que viene con el gasoducto operativo, el ahorro sería de 1.000 millones de dólares”, también advirtió que preventivamente se volvería a contratar un segundo buque regasificador para el 2023.

“Para mí, por una cuestión preventiva, es probable que el año que viene el regasificador -de Bahía Blanca- se vuelva a contratar”, advirtió Gerez, aunque indicó que aún así “si logramos poner en operación el gasoducto, los volúmenes de importación de GNL siempre van a ser inferiores”.

La semana pasada Ieasa recibió las ofertas para la contratación de este segundo buque regasificador que operará en el muelle de Compañía Mega, en Bahía Blanca.

“Nuestros equipos técnicos están llevando adelante el análisis de las ofertas y es probable esta semana pasemos a la etapa de adjudicación para la contratación del buque regasificador de Bahía Blanca”, precisó el presidente de Ieasa.


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