Vaca Muerta, un sueño hecho realidad

Aquella apuesta que se vislumbraba entre 2010 y 2012 hoy marca un presente que alcanza el desarrollo de un 6% del total de la formación.

Por Alex Valdez (*)

Cuando se realizaron las correspondientes prórrogas o extensiones de las concesiones de explotación de hidrocarburos, otorgadas desde 2008 hasta 2010 por el Gobierno Nacional, dispuesto por las leyes 17319 y 26197, no se tenía tanto conocimiento acerca de la explotación no convencional que hoy conocemos.
En esos momentos se lograba invertir en los campos existentes casi 1000 millones de dólares, con lo que se lograba disminuir, en cierta forma, la declinación permanente de estos campos que parecían no tener piso y a su vez preocupaba al interés del Gobierno Provincial como también Nacional.

No aparecían grandes descubrimientos en la Cuenca Neuquina ni en las restantes activas en el país después del 2000.

Sin embargo, existía una gran cantidad de datos técnicos como consecuencia de las líneas sísmicas 2D y 3D, que realizaron en determinados momentos empresas del rubro, como también el aporte de los diversos legajos de pozos con todas las intervenciones realizadas en ellos.

A ello se suma el enorme desarrollo tecnológico de sistemas dedicados a esta actividad, que se practicó en décadas pasadas como para compilar, almacenar y analizar estos datos. Lo que posibilitaba realizar un banco de datos que las empresas privadas aprovecharon para realizar comparaciones entre diferentes campos, ubicados en diferentes lugares del planeta.

A grandes rasgos, un reservorio convencional se formó gracias a una roca generadora que, por presión y temperatura a grandes profundidades, generó el hidrocarburo que además, por las fisuras existentes, migró hacia un lugar donde quedó entrampado por una roca sello. Se conocen también algunos casos en que esa migración llego a superficie.

Teniendo la información, como consecuencia de los años de explotación de los yacimientos convencionales, se estudió cómo producir fisuras en la roca madre, pues allí se contenía una cantidad importante de hidrocarburos líquidos y gaseosos.

Así, tomando un desarrollo de una empresa americana de servicios en 1945, se inició la práctica de lo que se conoce como estimulación hidráulica, lo que consiste en aplicar volúmenes de agua con agregados de componentes químicos para lograr una práctica exitosa en la roca madre. De esta manera, se transforma en roca madre reservorio y se produce la explotación no convencional.

Estados Unidos logró estos desarrollos en diversos de sus campos y mejoró las tecnologías dedicadas que también llegaron a nuestra zona de la formación Vaca Muerta, a partir de 2010 y más intensamente desde 2012.

Informes de la Agencia Internacional de Energía (EIA) de 2011 dieron a conocer diversos potenciales campos de explotación no convencional. Allí se ubicó a Vaca Muerta como una formación preponderante, segundo en gas y cuarto en petróleo.

A partir de ahí, comenzaron a posicionarse las miradas en este nuevo potencial, sin embargo, las políticas de turno de nuestro país no colaboraron en demasía -ni lo hacen actualmente- en atraer inversiones que existen en otros lugares del mundo. Desembolsos necesarios para realizar desarrollos masivos o para incrementar capacidades de ductos.

En los primeros momentos, YPF inició operaciones en la conocida área denominada Loma Campana, en la que realizó pozos con objetivo Vaca Muerta, en forma vertical, los que tenían un máximo de unas 6 etapas de fractura.

En esos momentos el gobierno de Neuquén acompañó colaborando en todas aquellas acciones que se necesitó realizar para poner en marcha esta nueva oportunidad.

A partir de 2012 se fueron incorporando pozos, pero con tramos horizontales, que comenzaron con unos 1000 metros y unas 10 etapas de fractura. En 2015, prevalecieron los pozos con tramos horizontales que podían alcanzar distancias superiores a 3.000 metros con más etapas de fracturas.

A medida que se avanzó en la aplicación de los conocimientos de la explotación en la formación disminuyeron los costos y aumentó la producción que se obtenía, la que fue reemplazando a la convencional que persiste en una declinación constante.

A pesar de esto, todavía hay desafíos que afrontar, como la falta de política estratégica nacional que permita atraer inversiones continuas para este tipo de desarrollos, como también para la evacuación de producción futura; mejoramiento de infraestructuras viales y ferroviarias; terminales marítimas; agilización de trámites aduaneros, etc.

En cuanto a la ambiental, es un tema a no desatender, el Estado, tanto nacional como provincial, deben realizar los seguimientos necesarios.

En lo profesional técnico, por ley 26197, existen Autoridades Provinciales que realizan los seguimientos continuos de la actividad, y como mencioné anteriormente, existen desarrollos de diversos sistemas de aplicación para analizar información valiosa. Por lo cual requieren importantes presupuestos, pues, estos sistemas, tienen autorizaciones valoradas en moneda extranjera en su gran mayoría.

De esta forma, aquel sueño que se vislumbraba entre 2010 y 2012, hoy tenemos una realidad que alcanza un 6% del total de la formación Vaca Muerta, que ya se demostró que es de Clase Mundial, pero todavía la tenemos cercada.
Dependemos de nuestra inteligencia, sobre todo de los dirigentes actuales, como los que vendrán en el futuro próximo.

Sabemos que hoy deben disminuirse las emisiones del CO2, por lo cual está en cuestionamiento la explotación del carbón, en pasos siguientes el petróleo, esto por el cuidado de la salud de nuestro planeta.

Por lo cual tenemos un margen conocido y no tan amplio, hemos visto que se ha “enterrado” una cantidad importante de dólares americanos en Vaca Muerta, estamos cosechando los beneficios de esta nueva producción de hidrocarburos que podemos mencionar como no convencionales, entonces tracemos una línea de un plan para aprovechar ese margen, trabajemos en conjunto por nuestra Argentina.

(*) Alex Daniel Horacio Valdez, Ingeniero Industrial Orientación Química, egresó en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue. Desde 1986, desarrolló sus actividades en el sector hidrocarburífero de la Provincia del Neuquén, participando como representante provincial en la Organización de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI).

Desde 2008, fue Director Provincial de Hidrocarburos de Neuquén hasta noviembre de 2019, como también representante en el Directorio de Hidroeléctrica El Chocón S.A, cuyo mandato termino en marzo de 2020.

En la actualidad desarrolla, tareas de Asesorías y Consultorios relacionadas con la experiencia adquirida.


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