Femicidio de Marisa en Allen: el agresor despierta del coma lentamente en el hospital

Bajo supervisión médica; Pedro Acuña, acusado de matar a su pareja Marisa Galdame en Allen; empieza a salir del coma inducido. Su pronóstico es reservado.

Pedro Rafael Acuña (37), único acusado del brutal femicidio en Allen, sigue internado en terapia intensiva pero en las últimas horas hubo signos de evolución favorable.

Según información oficial del Ministerio Público Fiscal, el hombre comenzó a despertar del estado de coma farmacológico en el que estaba. El proceso médico es lento y está supervisado y dirigido a criterio de los profesionales de salud del Hospital Ernesto Accame. Su pronóstico es reservado.

Pese a versiones en medios de comunicación que apuntan a que el hombre habló y no recuerda nada sobre lo sucedido, Diario RIO NEGRO pudo confirmar que el imputado no fue entrevistado oficialmente por ningún funcionario judicial hasta el momento, debido a que su estado de salud aún no lo permite.

Acuña permanece en carácter de detenido y con custodia policial en el hospital, hasta que esté en condiciones de afrontar una eventual formulación de cargos, conforme avanza la investigación fiscal.

El agresor ingresó a emergencias el lunes por la madrugada luego de ser encontrado en la escena del crimen con graves lesiones en el cuello y el abdomen, que se habría autoinfligido con la intención de quitarse la vida.

Acuña yacía al lado de su expareja con un cuchillo en la mano, a quien él mismo habría matado con ese arma blanca. Luego de que sus hijos pequeños vieran la situación, fueron a pedir ayuda y luego de la policía, una ambulancia llegó al lugar. Por ese motivo, sobrevivió hasta ahora.

Femicidio en Allen: la hermana de Marisa pidió justicia


A dos días del asesinato, la hermana de Marisa habló con Diario RIO NEGRO, Marina Galdame. «No vamos a parar hasta que este asesino termine tras las rejas y pague lo que hizo, esto no puede quedar así», aseguró ayer. «Lo único que queremos es que se haga justicia y que esto no quede en la nada que el asesino pague lo que hizo», recalcó una de las hermanas de la víctima.

«Ella en varias ocasiones se quiso separar, pero como todo asesino; era un manipulador, decía que iba a cambiar», aseguró. Eran idas y vueltas, volvía a estar con él, siempre volvía a la misma situación; según el testimonio de la mujer.

En cuanto a sus sobrinos, menores de edad, dijo que ellos están con su madre, abuela materna de los pequeños. Son los dos hijos que Marisa tenía con el agresor y que ahora se quedaron sin madre.


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