La hija del «Ruso» Auer identificó a tres de los acusados del crimen
Intensa jornada de apertura en el juicio por jurados en Neuquén. La fiscalía y las defensas presentaron sus alegatos y declararon los primeros testigos. Ya empieza a dejarse ver la estrategia de cada una de las partes.
Sosa, de blanco, fue condenado como autor del disparo que mató a Auer. A su derecha está Livello y a su izquierda Castro Herrera. (Matías Subat)
Luciana, hija de Miguel Ángel «Ruso» Auer, identificó a Jorge Marcelo Sosa (52); Gabriel Castro Herrera (62) y Jorge Alberto Falconi (52) como las tres personas que el 24 de marzo del 2022 irrumpieron en la oficina de su padre, en pleno centro de Neuquén y le dispararon dos balazos que lo hirieron de gravedad. El comerciante murió el 4 de noviembre.
En tanto Juan Carlos Auer, hermano de Miguel, aportó una planilla en la cual figura el cuarto imputado, Miguel Franco Livello (58), como antiguo cliente de las agencias de quiniela del «Ruso»: está registrado con el número 0010, y pertenecía al selecto grupo a los cuales el agenciero le fiaba las jugadas.
Los testimonios de Luciana y Juan Carlos Auer abrieron la ronda de testigos en el juicio por jurados que se sigue contra los cuatro imputados por «robo agravado por el uso de arma de fuego, en grado de tentativa, en concurso real con homicidio triplemente agravado: criminis causa por no haber logrado el fin propuesto al intentar el otro delito, por el concurso premeditado de dos o más personas, y por haber sido cometido con arma de fuego».
La primera audiencia permitió entrever la estrategia de las defensas, que no es para nada pasiva. Cuestionan toda la prueba, incluida la causa de la muerte de Auer: tratarán de poner en duda que haya fallecido como consecuencia de los disparos y posiblemente busquen atribuirla a una infección intrahospitalaria.
«Todo fue planificado»
El juicio lo dirige el juez de Garantías Cristian Piana, quien al comienzo les impartió las instrucciones generales a los ocho varones y ocho mujeres que integran el jurado popular (cuatro son suplentes).
Después fue el alegato de apertura del fiscal jefe de Homicidios, Agustín García, quien proyecto un Prezi en los televisores de la sala 12 para señalar el lugar del hecho, el rol que le atribuye a cada imputado y las pruebas que aportará durante las siete audiencias previstas.
«Acá no hay coincidencias, todo fue planificado», le dijo García al jurado. «Usen la razón y el sentido común», les pidió.
Las defensas mueven sus fichas
El primer defensor en alegar fue Ricardo Mendaña, quien junto con Melina Pozzer asisten a Livello y Sosa. Criticó la hipótesis de la planificación, las pericias técnicas (videos y teléfonos, claves para resolver este caso) pero aclaró que no iba a discutir que «tres personas intentaron asaltar a Auer, una de ellas tenía un arma y disparó, y la víctima fue internada y murió».
Previsiblemente no admitió que las tres personas fueron los imputados, y dejó en suspenso la causa de la muerte.
La causa de la muerte
Carlos Tejeda dijo a su turno que su cliente, Falconi, «no estaba en el lugar». También puso en duda la hipótesis del robo, porque «había tanta plata en esa oficina que tendrían que haber llevado una carretilla, o al menos un bolso. ¿Y si fueron a hacer otra cosa? ¿Y si fueron a decirle ‘portate bien’ o ‘no va más la cosa’?».
Cuando declararon Luciana Auer y su tío Juan Carlos, Tejeda fue el que más les preguntó sobre las causas de la muerte de su familiar. «¿Qué les dijeron los médicos, de qué murió?», insistió. Al juicio están citados los médicos que realizaron la autopsia.
El último defensor en hacer su alegato de apertura fue Elio García, quien asiste junto a Maximiliano Gómez al imputado Castro Herrera. Lo definió como «una víctima de la persecución del sistema penal» y aseguró que su detención «es arbitraria».
El video de la agresión
El ataque a Auer, ocurrido el 24 de octubre del 2022 a las 13 en su oficina de Diagonal 9 de Julio 43, tercer piso A (donde compraba y vendía divisas), está filmado.
Al declarar como testigo, la hija de la víctima contó que ella vio lo que grabaron las cámaras de vigilancia.
«Vi a tres hombres vestidos raro. Uno con traje oscuro, como para usar de noche. Otro pelado con un parche en el ojo, el tercero una persona de más edad, con boina y lentes», relató Luciana.
«Ingresaron al edificio, dos bajaron en el segundo piso. Se ve que el de boina baja en el nuestro (el tercero)», continuó.
«Mi papá abre la puerta, el de traje saca un arma, la carga y la esconde en unas carpetas que llevaba. Mi papá tenía un revólver en la cintura, hace un ademán como para agarrarlo y le disparan», contó Luciana.
El reconocimiento
Dijo que nunca los había visto antes, pero cuando el fiscal Agustín García le preguntó si los había visto después, dijo que «los vi el día que los detuvieron, y cuando les hicieron la formulación de cargos».
«Sé que son las mismas personas» del video, afirmó, y señaló y nombró uno por uno a los imputados presentes en la sala, sentados detrás de las defensas. Castro Herrera era el de boina y bastón; Falconi el pelado con un parche en el ojo, y Sosa el de traje, autor del disparo.
Videos y teléfonos son las claves
Respecto de Livello, la fiscalía le atribuye el rol de haberle dado información sustancial a los otros tres para que cometieran el hecho. Según García, se aprovechó de su larga amistad con el «Ruso» Auer y la confianza que se había generado entre ambos.
Las defensas tratan de demostrar que muchas personas pudieron tener acceso a la misma información que Livello.
También remarcan que los imputados no se conocen entre ellos, y en el caso de Castro Herrera sus abogados dicen que no tenía celular y que ni siquiera sabe usar uno.
El rastreo de los teléfonos celulares y la identificación de los imputados a través de los videos de vigilancia de la oficina de Auer son las llaves que abren la puerta al esclarecimiento del caso. En la audiencia de apertura ya hubo un primer match con la declaración de la hija de la víctima.
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