Las mellizas que adaptaron la planificación escolar en tiempos de crisis

Viviana y Ada Cifuentes tuvieron que amigarse con las nuevas tecnologías para continuar su práctica docente tras la aparición del coronavirus. ¿Cómo se modifica una metodología que se sostuvo a lo largo de los años ante un imponderable?

Viviana y Ada Cifuentes compartieron el vientre materno por nueve meses y hace más de 20 años que comparten su pasión por la docencia. Nacieron en Chos Malal, se criaron en Cinco Saltos y ambas enseñan en la provincia de Neuquén: Viviana es maestra de la Escuela 109 en Centenario y Ada es directora del colegio 240 en Plottier. Sin tener mucho conocimiento sobre las tecnologías, tuvieron que trasladar sus prácticas educativas desde las aulas hasta las pantallas.


Las mellizas sabían solo lo básico de computación, como encender la computadora, escribir textos y enviar mails. Viviana ya había aprendido a usar Excel para organizar sus planificaciones, pero jamás se imaginó que tendría que trabajar todo un año por medio de una computadora. “No me gusta para nada la tecnología”, enfatizó, aunque reconoció que no le quedó otra opción.

Ada, por otro lado, contó que le costó adaptarse, pero tiene toda la predisposición para aprender. “Es una herramienta que nos permite hacer nuevas formas de docencia”, subrayó la directora. Pese a su optimismo, admite que tuvo que sortear algunas dificultades, tal como su hermana.

Zoom, la aplicación que se volvió casi fundamental para mantener el contacto con el ámbito educativo durante la pandemia, fue el primer desafío al que se tuvieron que enfrentar. Viviana se encontró recluida en Cinco Saltos sola, con su madre que es paciente de riesgo, frente a la computadora sin saber qué hacer.

Viviana Cifuentes tuvo que amigarse con la tecnología para continuar con su tarea docente. (Foto: Gentileza).

Ada también conoció la herramienta en tiempos de cuarentena. Pero ella tuvo el acompañamiento de su hijo Franco, un adolescente “instruido en la tecnología”, quien le enseñó a utilizarla. Así, ella pudo asesorar a Viviana, para que pueda hacer reuniones por Zoom.

Tuvimos que adaptar la forma de trabajar y los contenidos que teníamos en el año. Se priorizaron los contenidos básicos”

aseguró Ada Cifuentes, directora de la Escuela 240 de Plottier.


Además de las dificultades propias de adquirir nuevos conocimientos informáticos, a las mellizas se les presentaron varios problemas técnicos. “Tuve tanta desgracia que se me rompió la computadora en plena pandemia en abril”, contó Viviana entre risas, como quien recuerda un obstáculo ya superado. “La lleve a reparar pero el chico no le encontró la vuelta. Con todo el dolor del alma me tuve que comprar una computadora. No me quedó otra”, continuó relatando.

Ada, por su parte, tuvo inconvenientes con la conectividad. Vive en un barrio de Plottier rodeado por muchos álamos y no tenía acceso a Wi-Fi. Señaló que llegó a pagar hasta 7000 pesos en datos móviles, para mantener las rutinas laborales virtuales, desde abril hasta junio. Recién allí pudo acceder al servicio a través de una empresa de internet satelital. Mientras tanto, transfería la señal de Wi-Fi a su computadora.

A la distancia, las mellizas Cifuentes se acompañan para sortear los desafíos de la docencia en tiempos de pandemia. (Foto: Gentileza).

Además de aprender a utilizar las nuevas tecnologías y costeárselas, las hermanas Cifuentes debieron adaptar los contenidos educativos al contexto.

Viviana relató que hizo las planificaciones del año lectivo en febrero, que quedó casi obsoleto para fines de marzo cuando se decretó la cuarentena. Contó que rediseñó la planificación, priorizando los conocimientos necesarios para que los estudiantes transiten su vida diaria, transformada totalmente por la emergencia sanitaria, entre ellos los cuidados de higiene para prevenir el contagio de coronavirus. “Me vi obligada a innovar en mi práctica docente”, señaló. 

“Tuvimos que adaptar la forma de trabajar y los contenidos que teníamos que trabajar en el año”, expresó Ada y contó que se puso eje en enseñar los temas más relevantes. A modo de ejemplo explicó que para primer grado se enfocaron en que los niños aprendan a leer y que sepan los números hasta el 100. “Se priorizaron los contenidos básicos, se trabajó la Educación Sexual Integral y  las emociones de forma transversal”, remarcó.

A través de zoom y desde su casa, la directora Ada Cifuentes coordina a su equipo de docentes. (Foto: Gentileza).



“Tuvimos que adaptar la forma de trabajar y los contenidos que teníamos en el año”, expresó Ada y contó que se puso eje en enseñar los temas más relevantes. A modo de ejemplo explicó que para primer grado se enfocaron en que los niños aprendan a leer y que sepan los números hasta el 100. “Se priorizaron los contenidos básicos, se trabajó la Educación Sexual Integral y las emociones de forma transversal”.


Dificultades tanto para enseñar como para aprender



Las mayores dificultades se les presentaron cuando vieron que, del otro lado de las pantallas, las necesidades básicas no estaban garantizadas para alumnos y docentes.

Viviana trabaja en la Escuela 109 en Centenario y es maestra de 77 alumnos repartidos en tres grupos de cuarto grado. A la distancia, por medio de la computadora o el celular, se reúne con 77 realidades diferentes, donde no siempre está asegurada la conectividad y el derecho a la alimentación.


Los directivos les acercaron módulos alimenticios y cuadernillos con las actividades, pero eso no resuelve la situación. Viviana contó que, pese a las diferentes estrategias, hay chicos que no pudieron estudiar durante el primer semestre porque no hubo acompañamiento en el aprendizaje. Explicó que algunos de sus alumnos estaban todo el día solos, ya que sus padres salían a buscar trabajo o comida.

Ada observó el mismo panorama, pero desde su cargo como directora de la Escuela 240 en Plottier. Explicó que la falta de conectividad es una problemática generalizada: “El derecho a la educación no está garantizado para todos”.

Remarcó que no es exclusivo del alumnado, sino que también alcanza a los y las maestras que deben enseñarles. Ada indicó que tres de sus docentes no pueden dictar clases porque no tienen Wi-Fi. “Yo no les puedo pedir que se lo paguen”, señaló.

«Unidas» y «coquetas», así festejaron su último cumpleaños las mellizas Cifuentes. (Foto: Gentileza).



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