Mónica, la maestra que solo pudo dar clase un día y hoy se convierte en emblema

La docente murió este lunes, después de 13 días de estar internada por las graves quemaduras que sufrió por la explosión de la escuela de Aguada San Roque.

Durante los últimos 13 días al nombre de Mónica Jara lo acompañó una palabra: «fuerza». Hoy se transformó en «justicia» porque la maestra murió por las graves heridas que le produjo la explosión de la escuela de Aguada San Roque. Su nombre se sumó al de las otras dos víctimas fatales, los operarios Nicolás Francés y Mariano Spinedi, y resuena fuerte junto al de Silvia Roggetti, la maestra que también murió herida por una escuela en obra.

La explosión ocurrió el martes 29 de junio. Antes, Mónica había recorrido los 135 kilómetros de distancia entre Aguada San Roque y Contralmirante Cordero, donde vivía con su esposo y sus dos hijas. Llegó a dar clases presenciales una vez y, luego, les avisó a los operarios que trabajaban en la construcción de la escuela que un calefactor del albergue de niñas funcionaba mal.

Ese martes ocurrió la explosión. Nicolás y Mariano murieron en el lugar, por «injuria térmica» según determinó la pericia. Mónica soportó el escarpado camino hasta el hospital de mayor complejidad de la provincia, el Castro Rendón. Alrededor, su familia, seres queridos y el sindicato docente ATEN armaron un campamento de «aguante» hasta el día siguiente, cuando la trasladaron a un centro especializado en Mendoza.

En esos momentos se empezó a conocer mucho más de Mónica. Dos meses antes de la explosión había logrado terminar la carrera de maestra. «Es una de las egresadas 2020 y, como todos, expandimos el ciclo lectivo, y terminó el 30 abril de este año. En mayo las convocamos al instituto a retirar su constancia de título. Vinieron muy felices. Un logro de haberse recibido en plena pandemia y ellas necesitaban trabajar «, contó Araceli Enrique, directora del Instituto de Formación Docente N° 9 de Centenario.

Desde el Instituto contaron que Mónica les había manifestado que tenía apuro por poder trabajar para poder ayudar económicamente a su familia. Es que, pandemia mediante, la cursada que debía terminar el año pasado se extendió hasta el primer trimestre de este. Desde ATEN Centenario la acompañaron a ella y a sus 35 compañeras en las gestiones necesarias y con el certificado de título en trámite, la flamante maestra consiguió una suplencia en Aguada San Roque.

En un principio dio clases desde la virtualidad, pero con la decisión del Gobierno de que las escuelas de toda la provincia y modalidades retornaran a la presencialidad. Mónica viajó a Aguada San Roque. El edificio aún estaba en obra y, según contó el presidente de la comisión de fomento, Claudio Moyano, habían ofrecido lugares alternativos, pero no habían sido aprobados por Educación.

Mientras la Justicia define responsabilidades y las seccionales de ATEN denuncian que son muchas las escuelas con problemas de infraestructura, lo que se sabe es que la escuela que no tenía que abrir, abrió, que se dieron clases y que hoy se cuentan tres muertes. Una semana después, Rosa Vega, la directora de la escuela 143 de Cutral Co, informó que un calefactor del aula de primer grado explotó poco tiempo del ingreso de los estudiantes. Ese día, la docente sentenció: «fue terrible el momento, es evocar lo de Aguada San Roque y cuando me dicen que ‘no pasó nada’ me indigna. No voy a esperar a que pase lo mismo«.


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