Día Mundial de la Biodiversidad: el desafío de recuperar especies extintas en la Patagonia, ¿es posible?

Cada 22 de mayo se celebra una jornada para reflexionar sobre el valor de todas las formas de vida que habitan el planeta. La esperanza está en la protección y la restauración ecológica. 

“La definición más sencilla de biodiversidad es la variedad de especies que habitan la Tierra: animales, plantas, hongos, microorganismos”, cuenta Sebastián Di Martino, biólogo y director de Conservación de la Fundación Rewilding Argentina, a propósito del Día Internacional de la Biodiversidad. 

La efeméride fue proclamada por las Naciones Unidas (ONU) el 20 de diciembre de 2000, hace 25 años,​ con el objetivo de promover concientización sobre la importancia de la biodiversidad biológica.

Hace muchos años que la Fundación Rewilding trabaja por el objetivo de reintroducir especies extintas a nivel regional para restaurar los ecosistemas. 

Para el biólogo de esa ONG, no se trata solo de contar especies, sino también de darle la importancia que merece la diversidad genética dentro de cada una y la variedad de ecosistemas donde ellas mismas interactúan.

Foto: gentileza Rewilding Argentina.

El problema es que muchas ya se han extinguido. El biólogo explica que, aunque todas las especies forman parte del engranaje, algunas son clave y su desaparición puede desencadenar efectos “en cascada”. 

“La degradación del ecosistema se hace más visible cuando se extinguen esas especies que cumplen funciones fundamentales”, refleja Di Martino. 

En Argentina han desaparecido especies a nivel global, como el zorro de Malvinas, un animal emparentado con el aguará guazú que vivía en las Islas Malvinas o el guacamayo violáceo en el noreste argentino. «Se calcula que hay un millón de especies en peligro de extinción», detalló. 

Especies en peligro

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de especies a nivel global están en peligro de extinción en la actualidad, según investigaciones científicas.

Día de la Biodiversidad: ¿Se puede recuperar lo que se perdió?


Uno de los ejes del trabajo de la Fundación Rewilding Argentina tiene que ver con revertir las extinciones tanto a escala regional, como nacional. 

Un ejemplo de los más ambiciosos y exitosos en el país -y quizás en el continente- es el de Iberá, en el que se logró reintroducir -o está en proceso de reintroducción- más de diez especies extintas localmente. 

“Es uno de los proyectos de reintroducción multiespecies más grandes de América”, afirma el biólogo. Para el especialista, no se trata de una utopía, sino de una posibilidad. 

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza establece criterios para realizar una translocación: la especie debió habitar el territorio, debe haber ambiente suficiente para sostenerla, se requiere apoyo social y político, y es clave contar con una población fuente saludable, desde la cual extraer ejemplares sin ponerla en riesgo.

“Eso fue lo que hicimos con los choiques”, cuenta Di Martino. “Argentina ha hecho bien las cosas en Parque Patagonia (Santa Cruz), la población está en crecimiento y eso nos permitió trasladar algunos ejemplares a Chile, donde la especie está en peligro de extinción”. 

También se realizaron traslocaciones de guanacos a otras provincias, como La Pampa y el Chaco, con el mismo objetivo de restaurar ecosistemas.

El director de Conservación explica que lo primero es identificar qué especies habitaron un territorio en tiempos históricos y cuáles son las que hoy ya no están. Luego, verificar si las amenazas que causaron su desaparición fueron controladas. “Porque si no, uno trae de vuelta la especie y puede volverse a extinguir”, advierte.

Para el biólogo el gran desafío es la escala y la velocidad de la crisis de extinción en la que estamos. “Para mí es la madre de todas las crisis ambientales”, dice y argumenta: “Es irreversible y desencadena las demás (crisis): el cambio climático, por ejemplo, se agrava cuando los ecosistemas están degradados. La naturaleza es nuestra mayor herramienta para capturar carbono”, plantea. 

Día de la biodiversidad: esperanza para poner manos a la obra


Aunque la crisis de biodiversidad es profunda y avanza, Sebastián Di Martino tiene una cuota de esperanza “basada en hechos concretos”, asegura. Su respaldo son las décadas de trabajo en campo y de proyectos que lograron recuperar especies y restaurar territorios.

“Hoy todo se acelera. Los cambios que antes pasaban de una generación a otra, ahora suceden en una misma vida. Con la extinción de especies también pasa eso. Cada vez es más rápido. El cambio climático se está acelerando. Y eso requiere que nuestra capacidad de reacción también sea mayor”, explica. 

Para eso hace falta decisión, organización y cooperación. Desde su fundación, trabajan con más de 100 organizaciones e instituciones científicas y la mayoría apoya y promueve el “rewilding” como “estrategia de restauración ecológica”.

Si la humanidad tiene las herramientas, el conocimiento y la capacidad de haber dañado un ecosistema, también tiene la responsabilidad de intentar repararlo».

Sebastián Di Martino, biólogo y director de Conservación de la Fundación Rewilding Argentina.

“Si podemos sanar la naturaleza con conocimiento y tecnología, ¿por qué no hacerlo?”, cerró el especialista.

*Con información de la Agencia El Rompehielos.


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