El subsecretario de Trabajo de Neuquén fue denunciado por acoso y abuso sexual contra una empleada
Un juez laboral ordenó el cese de los actos de hostigamiento y remitió las actuaciones a la fiscalía.
El funcionario se desempeñó en los gobiernos de Sobisch, Sapag y actualmente es parte de la administración Gutiérrez. Foto archivo.
Ernesto Seguel, el actual subsecretario de Trabajo de Neuquén, fue denunciado por acoso y abuso sexual contra una empleada de planta política. Un juez laboral ordenó el cese de los actos de hostigamiento, intimidación y perturbación. El funcionario depende del ministro de Desarrollo Social, Abel Di Luca, cuyo desempeño está teñido por la millonaria estafa con planes sociales.
Los hechos se perpeturaron aproximadamente durante dos años, fundamentalmente durante el desarrollo de la pandemia por covid-19. El 11 de octubre la trabajadora radicó la denuncia en el contexto de la ley 2786, que adopta la definición, tipos y modalidades de violencia de género de la ley nacional 26.485. Pidió que se «se adopten las medidas pertinentes para garantizar su continuidad laboral -en condiciones saludables y de bienestar- fuera de la órbita espacial y de injerencia del señor Seguel, a fin de que cese la violencia y el acoso sexual y laboral.» El funcionario es su superior jerárquico.
Además del trámite que se inició en el ámbito de la justicia, se hizo una presentación, al día siguiente, en el ministerio de Desarrollo Social. Aquí solicitó que se accione para evitar que en el futuro estas situaciones se repitan y se sancione, forme y capacite al personal del organismo.
La abogada Angélica Acosta Meza, que junto al servicio de Socorro Violeta de la Colectiva Feminista La Revuelta acompaña a la víctima, dijo que aún no se dispuso ninguna medida en el ámbito administrativo. Para la profesional esta omisión en la respuesta configura violencia institucional contra las mujeres.
El funcionario ha trabajado en los sucesivos gobiernos del Movimiento Popular Neuquino (en las gestiones de Jorge Sobisch, Jorge Sapag y en la actual de Omar Gutiérrez) tanto en la cartera Laboral como en Educación. Es abogado.
Tocamientos y reuniones a deshora
La trabajadora estuvo durante dos períodos no consecutivos en la subsecretaría de Trabajo. En el primero en 2012 fue víctima de acoso sexual: el denunciado le agarraba la mano e intentaba besarla.
Cuando reingresó se agudizaron los acosos. Comenzaron con comentarios inapropiados: referencias a su cuerpo, preguntas sobre si estaba en pareja. A partir del año 2020 la situación se agravó: se sucedieron las llamadas, los tocamientos, reuniones a deshora. En su denuncia manifestó que él buscaba la forma de llevarla hacia un sector privado para ejercer directamente violencia sexual.
La justicia laboral, además de disponer el cese del hostigamiento, le pidió a Di Luca que informe cuáles fueron las medidas que había resuelto en este contexto en el ámbito del ministerio y remitió las actuaciones a la fiscalía para investigar la posible comisión de delitos.
El funcionario negó todos los hechos.
Esta semana se conoció la denuncia contra el subsecretario de Diversidad, Adrián Urrutia, por un universo de situaciones tanto de maltrato laboral como de acoso sexual. Se ordenó que se «abstenga de concurrir a la oficina laboral por el plazo de 45 días«. Ministras, subsecretarias y secretarios se manifestaron en redes sociales, pero evitaron mencionar su nombre.
Hubo otro caso del mismo tenor en 2011 con una intervención errática. Facundo Gaitán, subsecretario de Gobierno, presentó su renuncia luego de que aparecieran videos en los que mantenía relaciones sexuales con mujeres en oficinas públicas, a las que filmaba sin consentimiento. En ese momento Sapag, que era el gobernador, declaró: “Es un tema privado, es un tema íntimo, yo soy muy respetuoso de las intimidad de las personas, y esto evidentemente ha sido utilizado como herramienta para el desprestigio y la especulación”.
Por el contrario, su vice, Ana Pechén, que competirá en la próxima campaña, afirmó: “No me caben dudas que se ha ofendido a mujeres, no solo a las que fueron objeto del abuso directo de poder, sino a todas las mujeres”.
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