Voces a favor y también algunas críticas en la audiencia pública por el reservorio de agua en Catedral

El reservorio artificial de agua que proyecta construir la empresa Capsa en el cerro Catedral para fabricar nieve dejó en claro el apoyo expreso de los clubes de esquí y también de vecinos de la villa, debido a la escasez de agua potable. Pero cosechó dudas por las consecuencias ambientales.

La audiencia pública convocada por el municipio para evaluar el enorme reservorio artificial de agua que proyecta construir la empresa Capsa en el cerro Catedral con el propósito de fabricar nieve dejó en claro el apoyo expreso de los clubes de esquí y también de vecinos de la villa, que verían solucionada la actual escasez de agua potable.

Pero el emprendimiento también cosechó el rechazo de quienes dudan sobre sus consecuencias ambientales y pusieron en duda la razonabilidad de la inversión, pensada solo para asegurar la fabricación de nieve “técnica” y contrarrestar así la disminución de las precipitaciones debido al cambio climático.

Una decena de oradores intervino en la audiencia, que fue presidida por la vicejefa de Gabinete, Marcela González Abdala, y comenzó con una marco general a cargo del subsecretario de Gestión Urbana, Claudio Romero, seguido de una larga presentación del geólogo Carlos Beros cuya consultora firmó el estudio ambiental del reservorio.

Entre los que sembraron los mayores interrogantes estuvo la bióloga de la UNRN Alhue Gavuzzo, quien observó que el consumo humano de agua en Villa Catedral quedó en evidencia como uno de los usos que tendrá el endicamiento, cuando “hay miles y miles de personas de barrios populares de Bariloche” que en verano carecen del mismo servicio.

También criticó que la empresa Capsa realice esa inversión y tenga en proyecto una triplicación de las plazas de alojamiento en el cerro, cuando “la misma empresa no moderniza los medios de elevación”, que en algunos casos tienen décadas de antigüedad y que provocaron un accidente mortal hace pocas semanas.

Gavuzzo opinó que “la contaminación de los ríos y arroyos no preocupa a los gobernantes, y la contracara de estos negocios es la mitad de la población de Bariloche excluida”. Dijo que la condición de Bariloche como epicentro de la actividad científica no garantiza soluciones para todos y “la ganancia de una empresa no puede estar por encima de la vida y de nuestros bienes naturales”.

Entre quienes manifestaron su abierta aprobación al proyecto estuvo el referente del Club Andino Bariloche Carlos Caride. A su entender, la fabricación de nieve traerá “beneficios a futuro” para Catedral y para la actividad que realizan las escuelas e instituciones de enseñanza del esquí. Señaló que el cambio climático marca un retiro progresivo de la nieve natural que debe ser resuelto de algún modo.

Según Caride, la garantía de nieve juega a favor de los instructores, de los equipos de esquí extranjeros y también de los clubes, porque contarán con una “certeza para planificar” que hoy no tienen. “Esto no puedo no verlo más que como una beneficio para toda la comunidad”, afirmó.

Está previsto que el reservorio de agua se abastezca del arroyo Cascada y genere una especie de pequeño lago, en la cota de 1.100 metros sobre el nivel del mar, que servirá como reserva para aplicar a la fabricación de nieve, suficiente para cubrir unas 23,2 hectáreas de pistas.

Un año de atraso

Según Romero, la obra está contemplada en el plan maestro de inversiones que comprometió Capsa en el contrato de concesión y que pasó a constituir una exigencia del municipio. Resaltó que el reservorio debió construirse el verano pasado, pero se retrasó un año “por la cantidad de estudios y el análisis de alternativas para garantizar la mejor localización”.

El geólogo Beros explicó que el agua llegará al reservorio por bombeo, con un caudal máximo de 300 m3/h y en el arroyo se garantizará un caudal “ecológico” mínimo de 200 l/s.

Entre los oradores también hubo beneficiarios indirectos de la obra, que viven en Catedral todo el año y esperan resolver sus faltantes de agua, agravados en los últimos años por la persistente sequía.

Beros reconoció que esa finalidad no es la principal del proyecto, pero habrá una reserva disponible con ese fin, aunque será necesaria una obra adicional de bombeo y potabilización. Otro uso secundario seria el de abastecimiento de agua para el combate de incendios forestales.

El presidente de la junta vecinal de Catedral, Julio Cocifi, dijo que los veranos en la villa son “siniestros”, debido a la falta de agua y aseguró que con el reservorio tendrán “resuelto el problema”. También manifestó su apoyo por el mismo motivo Leopoldo Peña, quien se presentó como “administrador e edificios” en Catedral. Aseguró que la necesidad de que se apruebe el reservorio es “imperiosa”.

Héctor Bergadá, dijo que vive en Catedral y padece en verano los prolongados cortes de agua, porque el servicio depende del deshielo, que cada vez se corta más temprano. “El reservorio trae solución para un problema humanitario -argumentó-. El medio ambiente también es el ser humano”.

Cofici despertó algunos murmullos cuando dijo que contar con agua suficiente les permitirá también regar sus jardines. Alguien desde el público le retrucó que si las plantas y el césped se ponen amarillos en verano no debería preocuparlo tanto porque “así es la naturaleza”.

La subsecretaria de Protección Civil del municipio, Patricia Diaz, apoyó la construcción del reservorio como un recurso que facilitará el combate de incendios forestales. Dijo que solo con la mitad del volumen de agua que será endicado alcanzaría para 65.000 cargas de balde de helicóptero.

La variable “temperatura”

Mario Aguirre, en cambio, dijo que trabajó en Catedral y también esquía en el cerro, pero opinó en contra del proyecto. “No lo veo necesario y lo veo muy lejano a cómo funciona hoy Catedral en el día a día, por el cambio que va a generar en el ecosistema”, señaló el expositor. Dijo que, aun con agua a disposición, la fabricación de nieve no estará asegurada porque “la temperatura es cada vez más alta”.

También pasó por el micrófono la defensora del pueblo Analía Woloszczuk, quien valoró la instancia de participación y abogó por un “modelo ambientalmente sustentable”.

Otro de los oradores, Tomás Espinoza Cónsoli, consideró que “hablar de que el impacto del reservorio es mínimo es una locura”. Subrayó que hará falta un enorme movimiento de suelos (cifrado en unos 130 mil metros cúbicos) que afectará el paisaje y señaló que ese tipo de intervenciones en la montaña entra en colisión con la expo 2027 de la que Bariloche aspira a ser sede, con la consigna de “privilegiar la diversidad y el medio ambiente”.

Consideró que “cosas para hacer hay un montón, y esto sería lo último” y propuso que los proyectos de esa envergadura sean sometidos “a votaciones populares, como hizo Chile (con su constitución), en un ejemplo de democracia”.


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