Una por una, cuáles son las grandes obras de infraestructura para potenciar Vaca Muerta

Se trata de oleoductos y gasoductos, pero también de instalaciones de almacenamiento. En qué estado se encuentra cada iniciativa, qué impacto pueden tener en el país y cómo les afecta el clima electoral y la disparada del dólar.

El clima electoral que se vive en este 2023 tiñó de colores de campaña un hecho más que importante para la industria energética, pero también para las arcas nacionales y es que este año es récord no por la producción de Vaca Muerta, sino por las grandes obras de infraestructura que se han puestos en marcha. En este artículo repasaremos cuáles son, en qué estado están, qué beneficios económicos pueden generar para el país y cómo les afecta el complejo contexto nacional.

A los efectos de ordenar los desarrollos en construcción y en carpeta los dividiremos en dos grandes grupos: por un lado los gasoductos, los caños destinados a transportar gas natural; y por el otro lado los oleoductos, los que transportan petróleo y sus instalaciones asociadas.

Si hablamos de gasoductos, el más famoso de este año es el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK). Esta línea va desde Tratayén, cerca de Añelo, hasta Salliqueló, en el centro de la provincia de Buenos Aires.

La obra se construyó en tiempo récord y el pasado 4 de agosto comenzó a transportar gas. Tiene una capacidad de 11 millones de metros cúbicos que es similar a lo que inyectaba desde Bahía Blanca el barco que regasificaba GNL importado y que desde el gobierno nacional aseguran que no volverá el año que viene.

Este gasoducto no apunta al mercado de exportación, sino a reemplazar la energía que el país importa, incluyendo en esa cuenta el GNL y el gasoil que queman las centrales eléctricas. Es por esto que se estima que este gasoducto que, pese a las polémicas mediáticas está en funcionamiento, permitirá un ahorro de importaciones de hasta 4.000 millones de dólares al año que es mayor al costo de todo este paquete de obras que tuvo un costo estimado de 3.000 millones de dólares financiados por el Estado.


Gasoducto Néstor Kirchner: falta terminar una obra


Esta obra forma parte del programa Transport.Ar, lanzado por el gobierno nacional, que tiene aún en la etapa de construcción otro gasoducto más, pero mucho más corto, de 73 kilómetros.

Se trata de la línea que va de Mercedes a Cardales, en la provincia de Buenos Aires, y que lo que permite es vincular las dos grandes redes de gas que tiene el país, la de Transportadora Gas del Sur (TGS) y la de Transportadora Gas del Norte (TGN) para permitir llevar más gas a dónde haya demanda.

Esto es clave en lo que queda de este año y hasta el invierno que viene, dado que por ejemplo esta semana el gasoducto Néstor Kirchner no funcionó al tope de su capacidad por falta de demanda, pero de haber podido redireccionar gas por este tramo de Mercedes – Cardales, sí podría haber funcionado a tope, para reemplazar así gasoil importado.

Esta obra viene atrasada, ya que estaba prevista su terminación a fines de agosto pero se espera que recién esté para el mes que viene. La demora se debe a que, en un intento de ahorrar costos, se destinaron a este gasoducto los caños que se recuperaron de la vieja obra del GNEA, ductos que habían sido robados y fueron recuperados hace largos años.

Sin embargo, la mayoría de los caños estaba en mal estado y su limpieza y puesta en condiciones es lo que demoró los trabajos, además de subir los costos.


La reversión del Gasoducto Norte


Otra obra que ya comenzó a recorrer el camino hacia concretarse es la Reversión del Gasoducto Norte, una serie de trabajos tan o más importantes que el Gasoducto Néstor Kirchner, ya que si no se llega con estos trabajos para el invierno que viene, no solo hay riesgo de desbastecimiento de gas para todas las provincias del norte argentino y sus 6 milones de habitantes, sino que también sacaría de funcionamiento varias centrales eléctricas, alterando el equilibrio todo el sistema energético del país, que tiene aún fresco el recuerdo de los apagones.

Los trabajos sobre el Gasoducto Norte son de dos tipos: por un lado la reversión de cuatro plantas compresoras desde Córdoba a Jujuy para que el gas fluya en el sentido opuesto al que tiene hoy, por eso la obra se llama reversión.

Estas tareas se complementan con dos loops -caños paralelos a los actuales- que suman 62 kilómetros de extensión dado que el actual gasoducto es más chico en la zona de Córdoba que en la frontera con Bolivia.

El segundo trabajo a realizar es un gasoducto nuevo de 122 kilómetros en Córdoba, entre las localidades de La Carlota y Tío Pujio, para poder llevar el gas de Vaca Muerta a este sistema, que hoy funciona con el gas que se importa desde Bolivia.

Esta semana se espera que la estatal Enarsa adjudique los trabajos a las empresas (o parte de ellas) que se presentaron que son Sacde-Techint, BTU y Pumpco, una empresa del mismo grupo empresario que controla en club Inter de Miami.

Las obras tienen un presupuesto estimado en 713 millones de dólares, de los cuales 540 millones de dólares serán financiados por un crédito ya aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (exCAF) y el 25% restante con los fondos que Cammesa reunió de la exportación de energía.

Los trabajos deberán realizarse a contrarreloj y estar listos para mayo del año que viene, dado que desde Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ya se anticipó que para el invierno del año que viene no podrán garantizar la entrega de gas a Argentina, no solo por la caída que tienen en su producción que hoy es menor a la de Vaca Muerta, sino porque además priorizan el contrato con Brasil sobre el de Argentina.

En números

US$ 6.000 millones
al año se estima que se ahorrarán en importación de energía por la puesta en funcionamiento del Gasoducto Néstor Kirchner y la reversión del Gasoducto Norte.

El ahorro en términos económicos que podrá generar la reversión del Gasoducto Norte es importante, cercano a los 1.900 millones de dólares al año. Pero además, permitirá llevar más gas a puntos que hoy no tienen ese servicio, como son los proyectos del litio que hoy trabajan con gasoil, e incluso planificar exportaciones al norte de Chile o a Brasil, si en este segundo caso se llega a un acuerdo con Bolivia para utilizar sus gasoductos.

Tanto en el caso del Gasoducto Néstor Kircher, como en la reversión del Norte, el reemplazo de gas y gasoil importado se da con gas de producción nacional, que no solo implica más trabajo en Vaca Muerta, sino en todo el cordón de empresas que están involucradas a lo largo y ancho del país.


Vaca Muerta y las obras para el petróleo


Si bien los trabajos en los gasoductos han copado la escena, sobre todo política, hay una serie de obras en marcha para el transporte del petróleo que son más que importantes, y que, a diferencia de las del gas, son financiadas íntegramente con fondos privados.

La primera obra a señalar está en funcionamiento desde mayo pasado y es la reactivación del Oleoducto Trasandino (Otasa), que une la zona de Rincón de los Sauces, con Talcahuano, en Chile. Estos trabajos fueron financiados por las empresas que forman parte de este ducto: YPF, Chevron y la par de YPF en Chile, Enap.

La reactivación de la línea permitió que el petróleo argentino vuelva a exportarse a Chile tras 17 años, y actualmente son unos 40.000 barriles por días los que se envían, representando exportaciones por cerca de 2,5 millones de dólares al mes.

Una segunda obra vinculada a este caño está en marcha: el Oleoducto Vaca Muerta Norte que realiza YPF desde el corazón de Vaca Muerta, en La Amarga Chica, hasta la cabecera de Otasa en Puesto Hernández.

Estos trabajos demandaron una inversión de 250 millones de dólares y están a puntos de ser inaugurados, permitiendo el transporte de hasta 160.000 barriles de petróleo por día para tanto la línea de exportación como también para la refinería que YPF tiene en Luján de Cuyo, Mendoza.

Una tercera obra nodal está en marcha en el segmento del petróleo y no solo es la más importante en términos de costos, sino que por la cantidad de crudo que podrá transportarse será la obra más grande que se haga en el siglo de historia del sector. Y se trata del plan Duplicar Plus de Oleoductos del Valle (Oldelval).

Estos trabajos consisten en la ampliación de la actual red de oleoductos, es decir de caños para el transporte de petróleo que van desde Vaca Muerta hasta Puerto Rosales, en cercanías a Bahía Blanca y que demandarán una inversión de 1.200 millones de dólares financiada por las mismas empresas petroleras.

Los trabajos ya están en marcha en varios frentes, dado que la obra no solo recorre 525 kilómetros, sino que además tiene distintos tipos de mejoras, desde tendidos de caños paralelos o loops, hasta la instalación y ampliación de plantas compresoras.

Oldelval sumó hace pocos días 20.000 barriles por día a su capacidad de transporte.

Hace pocos días se logró poner en funcionamiento una primera parte de esta obra para transportar 20.000 barriles más por día de los 300.000 que se sumarán en total al sistema a principios de 2025, cuando se espera que esté completada. La etapa intermedia se dará a mediados del año que viene cuando se sume capacidad para otros 60.000 barriles por día.

Como su nombre lo dice, el plan Duplicar Plus permitirá más que duplicar la capacidad de transporte del petróleo de la Cuenca Neuquina hacia el nodo que es Puerto Rosales, desde donde sale el crudo tanto a las grandes refinerías del país como hacia la exportación por barco.

Como actualmente el mercado nacional está abastecido, se estima que estos 300.000 barriles por día que se incrementará la capacidad tendrán por destino la exportación, pudiedo representar hasta 8.000 millones de dólares al año, según el precio del crudo.

En la zona portuaria la concesionaria de las instalaciones petroleras, Ebytem Oiltanking está también realizando una importante ampliación para recibir la nueva cantidad de petróleo. Los trabajos contemplan una inversión de 498 millones de dólares para sumar acopio y capacidad de carga para precisamente esos 300.000 barriles por día que entregará Oldelval.

El dato

US$ 6.000
millones de dólares suman las obras de transporte que ya están en marcha para el gas y el petróleo. A esos planes debe sumarse el proyecto portuario de YPF en Río Negro.

La última gran obra de transporte para el petróleo de Vaca Muerta está recién en la etapa previa de consulta pública y se trata del proyecto Vaca Muerta Oil Sur, de YPF. Esta iniciativa contempla una inversión de 2.500 millones de dólares ya que no solo prevé un ducto que una Vaca Muerta con la zona de Punta Colorada, cerca de Playas Doradas, sino también un nuevo puerto petrolero.

Este proyecto, que podría sumar a otras empresas para su financiamiento, debería comenzar a construirse el año que viene para llegar con los plazos que tiene la petrolera de bandera de iniciar las exportaciones en 2026.

Se trata de una obra que representa un salto de escala para Vaca Muerta pues podría sumar hasta 360.000 barriles de petróleo por día, todos dedicados a la exportación. Pero la iniciativa aún aguarda el visto bueno final del gobierno de Río Negro para poder iniciar, siendo la primera etapa a realizarse la del tramo del ducto que va desde Vaca Muerta hasta Allen, en donde empalma con la red ya existente de Oldelval.


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