Final con dientes apretados

Hugo Alonso

Jefe de Noticias. Nació en Allen, el 23 de enero de 1979. Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional del Comahue. Su ingreso a Diario RÍO NEGRO como pasante, desempeñándose luego como jefe de Agencia Roca, editor y jefe de Política. También fue editor responsable de LA COMUNA, desde el 2008 hasta el 2021. Es miembro e integró la Comisión Directiva del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA). También es integrante de la Red Ruido, una red nacional de comunicadores, especialistas en datos abiertos y referentes de organizaciones civiles. Desde el 2007, integró y lideró diversos equipos periodísticos en radio. Actualmente es conductor en CNN Radio Roca. En Diario RÍO NEGRO desde 1998.

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La administración provincial está pagando cara la factura por los impulsos de la gobernadora con ATE y por los dobleces en la comunicación con la Unter.


El vértigo mundialista no será suficiente para disimular los errores no forzados del gobierno rionegrino en el cierre del año.

La Unter terminó la semana con una decisión formal de no inicio de clases en el 2023, que tiene improbable ejecución, pero efectivo impacto en lo inmediato, generando al Ejecutivo la obligación de presentar una propuesta que descomprima las negociaciones.

La administración provincial está pagando demasiado cara la factura por los impulsos de la gobernadora, Arabela Carreras, que desató una crisis con ATE con su reacción destemplada por WhatsApp; y por los dobleces en la comunicación con el gremio docente.

Un ministro del gabinete confiaba el jueves en el encauce de la crisis con el sindicato liderado por Rodolfo Aguiar.

Esa sensación tiene base real, porque el gremio bajó los decibeles públicos esta semana y acordó la revisión puntual de las liquidaciones salariales, pero la tranquilidad lleva anexados costos extras: para mañana está prevista una reunión en Cipolletti, con el ministro de Educación, Pablo Núñez, y de allí surgirían anuncios para porteros, que estaban previstos para más adelante.

El gremio estatal ha perfeccionado con los años su sentido de la oportunidad y este diciembre lo encuentra en una cómoda posición: de un lado un gobierno que necesita despejar de conflictos el inicio de su camino electoral y del otro un gremio aliado -la Unter- con su malestar latente, al que puede adherirse rápidamente.

Nada bueno para la salud institucional de una provincia, pero real. Y la prueba se dio la semana pasada, cuando ATE lanzó un paro de 24 horas y lo extendió una jornada más, para plegarse a la protesta docente.

Con Unter el problema es más serio, porque el gremio contrapone a las palabras del gobierno una serie de planillas homologadas por el ministro de Trabajo, Jorge Stopiello, donde aparecen claramente las cifras a pagar en los últimos meses del 2022 y en enero y donde además se lee perfectamente que para octubre correspondía un 10% “retroactivo” y no un adelanto de noviembre, como liquidó Educación.

La rigidez sindical no sólo se expresó en el Congreso del viernes en Viedma, con el anuncio de que el 27 de febrero no empezarán las clases si no cambia el contexto. Esa amenaza es débil, porque antes habrá varias instancias, ya que las próximas paritarias están fijadas para el 20 de enero.

Lo que más aporta a la tensión son las causas judiciales que inició la Unter, con un amparo ante la Cámara Segunda del Trabajo de Roca por incumplimiento de la paritaria (ese organismo judicial libró el viernes un oficio para que el gobierno presente un informe en 48 horas) y con una denuncia penal al propio Stopiello, por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público.

La incomodidad de Alberto Weretilneck

Mientras tanto, la carrera electoral avanza y todos pensaban que la semana cerraba con el oficialismo provincial en el centro de la escena, por las molestias que la coyuntura del gobierno y del partido generan al senador Alberto Weretilneck.

Si se leyeran sólo encuestas de imagen personal y de intención de voto, el exgobernador llegaría a fin de año con soltura, pero el terreno preelectoral tiene mucho más que números y el presidente de JSRN no disimula sus malestares.

Días atrás se lo vio incómodo en el acto de respaldo al candidato roquense, Carlos Banacloy. “Fue a cumplir. Les dio el discurso, las fotos… ahora que laburen”, fue el crudo resumen que trazó alguien que conoce bien al exmandatario.

Cipolletti es otro laberinto. La candidatura de Rodrigo Buteler se afianza, pero después de una búsqueda que incluyó hasta una anécdota muy singular: Weretilneck y Aníbal Tortoriello le habrían ofrecido la intendencia a un mismo vecino.

Pero el hecho destacado de la semana fue finalmente la recepción del presidente, Alberto Fernández, en Casa Rosada, avalando a los dirigentes rionegrinos que rechazan un acuerdo electoral del PJ con JSRN.

El senador Martín Doñate reaccionó con desdén e ironía ante esa derrota interna. Posteó la foto de una lapicera, emulando el reclamo de CFK al mandatario en el acto por el centenario de YPF.

Un gesto para salir del paso, que no logra ocultar la encerrona. El peronismo quedó definitivamente dividido, Doñate y su sector aparecen ahora como representantes fieles del kirchnerismo duro y esas identificaciones extremas son las que Weretilneck intenta evitar, para que su partido no sea asociado al sector azul de la grieta nacional.

El “gran acuerdo rionegrino” deberá resolver esos problemas de identidad, si quiere presentarse con solvencia desde el inicio de la campaña electoral.


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