Repudian la prisión domiciliaria para el hombre que mató a su nieta de un escopetazo

Pedro Gatica se encuentra en la casa de una de sus hijas, que es hermana de la mamá de la nena asesinada.  Desde el sábado circula a través de redes sociales un escrito para juntar firmas y que la Justicia anule la medida. Hoy, dos legisladoras acudirían al Consejo de la Magistratura.

La sociedad de San Antonio está profundamente conmovida por la autorización de la prisión domiciliaria a Pedro Gatica, el hombre de alrededor de 68 años que en 2009 mató a su nieta de 5 años, de un escopetazo en la cabeza, en Ingeniero Jacobacci.

“Te pego donde más te duele” le dijo Gatica a su ex esposa el 9 de mayo de ese año, antes de dispararle a la nena. Ahora, se supo que está cumpliendo el beneficio que le otorgó la jueza barilochense Sandra Ragusa en una casa de esta ciudad. Está bajo la supervisión de una hermana, de parte de padre, de la mamá de la chiquita asesinada. Una joven a quien Gatica reconoció como hija tras lo ocurrido.

La noticia trascendió el sábado a última hora, y, desde distintos sectores, dieron a conocer comunicados de repudio. Hoy, incluso, las legisladoras Marilin Gemignani (JSRN) y Helena Herrera, del circuito atlántico y de la región sur, respectivamente, acudirán al consejo de la magistratura provincial para solicitar que se revea la medida.

Gatica, al que conocen como “Coco” en su Jacobacci natal, fue condenado a prisión perpetua. Hasta ahora purgó 10 años. Por la calificación del delito por el que se lo condenó no calificaría para el beneficio de la domiciliaria, que se le otorgó durante el lapso que dure la pandemia. Ocurre que, pese a su edad y a poseer, según argumentan, enfermedades de base, Nación estableció las pautas para esas solicitudes, y los delitos graves escapan de esa opción. La jueza Ragusa, sin embargo, habría tomado la decisión el 16 de marzo, antes de que se diera a conocer ese protocolo. Y no contempló la naturaleza aberrante del crimen.

El hombre habría llegado a SAO días después de esa determinación, con tobillera y bajo la orden de no abandonar el domicilio de su hija.

Según trascendió, aunque Gatica no gozaba de un régimen de semi libertad en Bariloche, en los hechos se manejaba bajo ese beneficio, y contaba con autorización para salir del penal para trabajar. Comenzó a manejarse con esa posibilidad en 2015, tras completar, en la cárcel, sus estudios secundarios. A partir de ese año empezó a ir a una escuela de oficios ubicada fuera de la prisión, donde amplió sus conocimientos, debido a que es albañil. Incorporó otras habilidades como carpintería y restauración. Después, se lo autorizó a trabajar.

El último trabajo que hizo fue en 2019, en el edificio de radio nacional de Bariloche. Allí, hasta diciembre, restauró todas las aberturas de madera. De hecho, el titular de la emisora es uno de los que, a pedido de la jueza Ragusa, dejó constancia mediante un informe de la buena conducta del hombre.

La situación de Gatica abrió profundos interrogantes en la Provincia. Es que, una vez conocido el protocolo nacional para otorgar prisiones domiciliarias debido a la pandemia de coronavirus, en Bariloche ese régimen se les otorgó a 18 personas. Lo que se desconoce es el número previo a esa fecha, que podría incluir autores de delitos gravísimos, que no calificarían de ningún modo para la modalidad, como ocurre con el hombre de Jacobacci.


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