Copahue tapada por la nieve: las increíbles fotos de Nico, el único habitante de las termas en el invierno

El zapalino Nicolás Canter trabaja durante la temporada que termina en mayo en la villa termal neuquina y después se queda al cuidado de la hostería durante los meses más fríos. Ayer sacó estas asombrosas fotos después de las nevadas: "Vivo en un paraíso, espero todo el año este momento".

“Ahora sí esto es Copahue”, dice Nicolás Canter después de las nevadas. Ayer, en el primer día de sol luego de la tormenta blanca salió a recorrer la villa termal que queda sepultada por la nieve, este año con demora. Tiene 45 años, nació en Zapala, en los 90 descubrió la belleza de Copahue donde tenía empleo su madre y ahí se quedó: hace la temporada de diciembre a mayo en la villa termal y después se queda en el invierno al cuidado de la hostería en la que trabaja. Se queda por la más poderosa de las razones: no hay nada que le guste más que la montaña y la nieve. Y ahí puede salir con la tabla de snowboard cuando quiera para aventurarse sobre laderas vírgenes. “Igual en estos días hay que andar con mucho cuidado porque cayó mucha nieve de golpe”, explica.

Selfie. «Ayer fue el primer día lindo con sol después de las nevadas». Detrás, Copahue tapada por la nieve. Foto: Nicolás Canter

Las fotos de ayer las sacó para mostrarle a los propietarios de las cabañas y los complejos turísticos cómo el inmenso manto blanco cubrió las instalaciones. Y también para mostrarle al mundo ese lugar mágico en el que las termas conviven con las nevadas a unos 20 km de Caviahue y su centro de esquí en la cordillera neuquina.

Vive en un departamento en la hostería que se ve a la izquierda de los postes. Foto: Nicolás Canter

«Ahora sí que está lindo, era raro ver que hasta hace 10 días hasta se podía llegar con auto desde Caviahue. Ahora se parece a la Copahue de siempre», dice Nico en una comunicación por WhatsApp.

Desde la ventana se ven muchas de las construcciones cubiertas por la nieve y en algunos casos solo asoman las chimeneas. Es el único habitante estable de Copahue en el invierno. «El único particular», explica.

Las lagunas termales rodeadas del manto blanco. Foto: Nicolás Canter

¿Quiénes más están? Los efectivos del puesto de Gendarmería en la otra punta de la villa (cuatro que rotan cada dos semanas). Personal del Ejército que se aloja en un antiguo destacamento en Las Máquinas, antes de Copahue, para hacer maniobras en el invierno, como bucear en los lagos helados y pernoctar en iglúes sobre lagunas congeladas para acostumbrar a los militares a las condiciones extremas que les tocarán luego en la Antártida. Tres empleados de Termas que rotan cada semana para custodiar el complejo de Balneoterapia. “Es que un chico se metió por una ventana y se quemó un pie con el agua termal así que los muchachos vienen desde Loncopué y se instalan para cuidar todo”, explica Nico.

La laguna rodeada de nieve. Foto: Nicolás Canter

La otra novedad es que este invierno abrió en un refugio El Café del Viejo Montañés, a 100 metros de donde la Hostería Hualcupen, donde vive Nico. Ahí se puede almorzar y merendar y es la base de los movimientos de las excursiones de Caviahue Aventura en las que se llega en 4×4 adaptadas con oruga: caminatas con raquetas, trineos, sumergir los pies en las lagunas termales, travesías fuera de pista.

Sobresalen los techos. Foto: Nicolás Canter

Cada mediodía, llegan al refugio Fernanda y Abril y él las recibe con todo en marcha. “Les prendo a estufa a leña, el horno, me fijo que no se haya congelado el gas”, cuenta Nico. “Es genial que él esté ahí, me tranquiliza que pueda darle una mano a las chicas en lo que haga falta”, dice Adrián Sepúlveda, marido de Fernanda.

Mientras ella maneja el refugio, él se hace cargo de las excursiones. Los clientes de El Montañés pueden llegar también en motos de nieve o con equipos de travesía. Y antes de las grandes nevadas de estos días, en camioneta e incluso en auto.

El vapor sobre las lagunas. Foto: Nicolás Canter

“Nunca había visto tanta gente por acá en julio y hasta mediados de agosto”, dice Nico sorprendido. “Estaba abierto el camino desde Caviahue, se había corrido la bola y ya los veías bajar con la toalla al hombre para ir a las lagunas, la del Chancho y la Verde, que están al aire libre”, relata.

Copahue desde otra perspectiva. Foto: Nicolás Canter

La nieve está de regreso y en el departamento Nico tiene wifi, televisión satelital y cuando hace falta va a hacer las comprasCaviahue (1600 msnm) con su mochila de 60 litros. Como Copahue está más arriba (2.000 msnm) tarda una hora de ida y dos de vuelta en esos 20 km. Utiliza su tabla de splitboard, síntesis entre el esquí y el snowboard: puede ser dividida como hace él para caminar y evitar deslizamientos al sumarle piel de foca.

En estos días de frío extremo en la villa termal neuquina anda con bermudas y remera adentro porque las fumarolas calientan el piso como la mejor losa radiante natural: debe ponerse zapatillas para no quemarse. Afuera está su felicidad en esas montañas cubiertas de blanco. Como lo dice él: «Vivo en un paraíso, espero todo el año este momento».


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