«Con este está todo mal»: lo mató de 9 puñaladas en El Bolsón tras una discusión por drogas y terminó imputado

La Justicia de Bariloche dictó prisión preventiva por cuatro meses contra Richard Luciano Salazar, acusado del homicidio de Julián Salvo en El Bolsón.

El único acusado fu imputado por homicidio simple en El Bolsón y seguirá en prisión preventiva por cuatro meses. Foto Alfredo Leiva.

La causa por el brutal homicidio de Julián Daniel Salvo en El Bolsón dio un paso clave este 1 de octubre. La Justicia de Bariloche resolvió dictar prisión preventiva efectiva por cuatro meses contra Richard Luciano Salazar, imputado como autor del crimen ocurrido en la madrugada del pasado 29 de septiembre.

El juez de Garantías César Ignacio Lanfranchi hizo lugar al pedido de la Fiscalía y convalidó la acusación de homicidio simple, desestimando la versión defensiva que planteaba legítima defensa. La medida cautelar se impuso tras una extensa audiencia en la que se analizaron las primeras pruebas recolectadas y la situación de vulnerabilidad de los testigos clave.


La acusación fiscal: homicidio simple


Los fiscales Gerardo Miranda y Nieves Papatello formalizaron los cargos contra Salazar. Según la imputación, el hecho ocurrió entre las 5:18 y 5:28 del 29 de septiembre, en la intersección de calles Las Heras y Cacique Linares, en El Bolsón.

De acuerdo a la reconstrucción, Salvo llegó en moto acompañado de otra persona. Salazar salió de su vivienda armado con un cuchillo de hoja de más de 25 centímetros e inició una discusión que derivó en el ataque. La Fiscalía sostiene que no fue una riña espontánea, sino una agresión por conflictos de «larga data».


La secuencia fatal: ataque, persecución y heridas mortales


La plataforma fáctica presentada por la acusación describe una escalada de violencia: primero, Salazar atacó a Salvo en el patio de su vivienda, causándole cuatro cortes no letales en la cabeza mientras la víctima estaba bajo los efectos del alcohol.

Luego, lo persiguió por más de 20 metros hasta alcanzarlo en la esquina. Allí, lo apuñaló en el tórax y la espalda, provocándole heridas mortales que derivaron en un shock hipovolémico. Salvo murió minutos después en el hospital de El Bolsón, pese a la intervención policial y médica.


Evidencia inicial: autopsia, cámaras y testigos


Para sostener la acusación, la Fiscalía presentó evidencia objetiva. El informe médico y la autopsia confirmaron nueve lesiones de arma blanca y la causa de muerte por hemorragia interna. Salazar no presentaba heridas de defensa, lo que descartaría una pelea mutua.

Además, se relevaron cámaras de seguridad y testimonios que ubican a la víctima y a su acompañante en el lugar. Un goteo de sangre en la escena confirmó la persecución desde el patio hasta la esquina donde ocurrió el ataque fatal.


La vinculación con la droga, los testimonios clave y el riesgo procesal


Entre las pruebas, la Fiscalía destacó declaraciones de allegados al imputado que confirmaron que Salazar conocía a la víctima y mantenía un conflicto previo con él. Uno de los testigos relató que el acusado le dijo: “Con Salvo está todo mal”, lo que refuerza la hipótesis de un ataque intencional.

«Lo que nos dice un testigo es que el conflicto se suscita porque el señor Salazar, cuando los ve llegar, se enoja porque lo conocía a Salvo y tenía un problema personal de larga data. Aparentemente por una relación con alguna señorita y que eso es lo que hizo que Salazar directamente vaya y ataque a la víctima», dijo Miranda.

De esta manera, el fiscal buscó desvirtuar la versión de la Defensoría, quienes habían dicho que todo fue «confuso» durante la noche y que Salazar no conocía a Salvo.

«El señor lo atacó porque lo conocía, porque tenía un problema con Salvo. No atacó a quien llevó a Salvo, atacó a la persona con quien tenía un problema y la atacó porque lo reconoció. Es una declaración que tiene que también protegerse», dijo el fiscal.

Además, sostuvo que el acusado hizo todo lo posible para mejorar su situación procesal, incluso estando rodeado con un montón de policías en la puerta. «Imagínese lo que puede llegar a ser capaz una persona así en caso de obtener la libertad y que sabe que lo único que tiene que hacer es influenciar a tres personas de su vínculo. Recordemos que la la defensa nos dice, ‘Entran dos personas de noche y lo molestan, pobrecito’. Pobrecito no, él vendía droga. A eso fueron, a comprarle a alguien que normalmente vendía droga a la gente«, reiteró el representante del MPF.

Miranda advirtió que los testigos tienen un vínculo cercano con el imputado, lo que exige su protección. Señaló que Salazar intentó manipular la escena escondiendo y lavando el cuchillo, además de cambiarse la ropa antes del allanamiento, lo que confirma un riesgo de entorpecimiento.


La teoría de la defensa: sorpresa y auxilio


La defensa pública, a cargo de Paola Del Río y Diana Violante, aceptó el plazo de investigación pero cuestionó la prisión preventiva. Alegaron que Salazar fue sorprendido de madrugada por Salvo y otro hombre, lo que generó un contexto de confusión y violencia.

Plantearon que hubo ingreso de piedras a la vivienda y recordaron que el primer llamado al 911 fue hecho por familiares del imputado, pidiendo auxilio. También remarcaron que la policía actuó con violencia contra los ocupantes de la moto y que Salvo no recibió asistencia inmediata.


El juez y el peligro de entorpecimiento


El juez Lanfranchi resolvió que el peligro de fuga no estaba objetivado, pero sí el riesgo de entorpecimiento. Consideró probado que Salazar intentó manipular evidencias y que, en libertad, podría influir sobre testigos clave de su entorno.

El magistrado concedió cuatro meses de prisión preventiva, hasta el 2 de marzo de 2026, como medida necesaria para proteger la investigación y resguardar a las víctimas.


Sin lugar a prisión domiciliaria


La defensa solicitó que la medida cautelar se cumpla en modalidad domiciliaria, argumentando malas condiciones carcelarias y posibles riesgos por la pertenencia de familiares de la víctima al Servicio Penitenciario.

El juez rechazó de plano ese planteo. Afirmó que Salazar no cumple con requisitos de excepción y que la domiciliaria no es suficiente para neutralizar el peligro procesal. Señaló que su accionar posterior al hecho refleja un comportamiento “temerario” incompatible con esa alternativa.


Lo que viene en la investigación


Con la prisión preventiva confirmada, la investigación avanzará en los próximos meses con el análisis completo de pericias forenses y la ampliación de testimonios. La Fiscalía insiste en que no hay elementos que permitan considerar el hecho como legítima defensa.


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