Faltan fondos pero también política

Martín Belvis

Prosecretario de Redacción. Nació en 1967 en Buenos Aires y comenzó en el periodismo a los 21 años. Durante 10 años cubrió noticias políticas de la provincia de Neuquén y más tarde fue el primer editor del suplemento de Energía del diario Río Negro, de cuya agencia Cipolletti fue jefe entre 2009 y 2013. Vivió una década en Bariloche, donde se desempeñó como jefe de su agencia. En Diario RÍO NEGRO desde 1991.

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El clima de conflicto que se vive en las escuelas, los hospitales y la administración pública no se desinfla. Por el contrario, hay una radicalización que es muy riesgosa.


Los conflictos con los docentes, los hospitalarios y los empleados públicos por reclamos salariales no dejan de provocarle al gobierno rionegrino una sensación permanente de zozobra. Como si la incertidumbre del país no fuese ya una complicación, el gobierno y los gremios juegan con fuego en un tira y afloje que lleva demasiados meses.

La gobernadora Arabela Carreras puso esta semana a su ministro de Economía, Luis Vaisberg, por primera vez en una rueda de prensa para dar las razones por las cuales no cederán a las presiones sindicales.

Vaisberg no cultiva el perfil político de su antecesor, Agustín Domingo, que dos años después de dejar el cargo se convirtió en diputado nacional por voluntad popular. Pero hace tiempo que el ministro se sale de la vaina por manejar la parte técnica de la negociación con los sindicatos, reservada al ala más política del gabinete.

Carreras pidió auxilio al gobierno nacional para pasar el invierno pero le mandaron sólo 600 de los 2.000 millones que reclamaba y por ahora no está claro a quién irán a pedirle el resto porque todo lo que pudieran haber avanzado con Silvina Batakis volverá a foja cero cuando Sergio Massa asuma en el nuevo ministerio de la Salvación.

La Agencia de Recaudación Tributaria metió presión en el mes que hoy termina para que la evasión en Bariloche no distorsione lo que debería ser un punto alto en la entrada de dinero por Ingresos Brutos.

Los controles fueron más intensos y durante un período de días mayor que años anteriores, aunque no trascendieron los resultados. A cierta informalidad que es propia del turismo (alojamientos no declarados, por caso) se le suma la tradicional conducta argentina de inventar cualquier artificio para violar una obligación, sobre todo si hay dinero de por medio.


El gobierno de Arabela Carreras pedía un auxilio a Nación que llegó diluido en menos de un tercio. En el gabinete falta muñeca para enfrentar ambos frentes.


Como casi dos tercios del presupuesto del Estado rionegrino proviene de aportes nacionales (coparticipación de impuestos y demás fondos), la suerte de la recaudación nacional será clave.

Hasta la mitad del año la coparticipación federal de impuestos había aportado al Estado rionegrino casi un 70% más de recursos que entre enero y junio de 2021. Los impuestos provinciales también crecieron pero unos puntos por debajo.

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Los llamados “aportes discrecionales” del gobierno nacional no podrían estar mejor etiquetados: no hay norma que regule el reparto. No son los aportes del Tesoro Nacional (ATN) ni los fondos coparticipables.

Alberto Weretilneck y Carreras se esforzaron por alinearse con el gobierno nacional; el senador con su dedo clavado en la perilla del “sí” cuando hay un proyecto que al Ejecutivo o al kirchnerismo les interesa, y la gobernadora con sus presencias en los foros de mandatarios del PJ.

En mayo de este año, Río Negro recibió el 7,83% de estas asignaciones que se reparten de manera discrecional. Santa Cruz, en cambio, atrapó el 9% de esos fondos y Neuquén, casi el 14%, según datos que difundió la agencia oficial de noticias Télam.

La justificación oficial es que son distritos que aumentaron su población sin que el reparto de la coparticipación federal tuviera en cuenta una nueva proporcionalidad, especialmente porque, dice Nación, en la ciudad de Buenos Aires vive menos gente que hace cuatro décadas.

La consultora Politikon relevó que las transferencias no automáticas de Nación a la provincia de Río Negro fueron este año de 3.700 millones de pesos, contra 7.900 millones de Neuquén y 4.400 millones de Santa Cruz.

Como ocurre con los gremios estatales, al gobierno rionegrino le falta despliegue político y gimnasia de negociación para quedarse con una porción mayor de los fondos que Nación distribuye entre las jurisdicciones.

De todos modos, no son tiempos de levantar demasiado la cabeza. En esta Argentina de la incertidumbre, no hay nada que venga con garantía a largo plazo.


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