Páginas de Neuquén: ¿Abel Chaneton presintió su muerte?

El periodista y presidente del Concejo Municipal publicó un texto en su periódico Neuquén, dos meses antes de ser asesinado. Algunos historiadores aseguran que sabía que su final llegaría.

El periodista y presidente del Concejo Municipal de la capital del Territorio del Neuquén, desde 1908 hasta 1914, Abel Chaneton, presintió su muerte. Su intuición le decía que sus días estaban contados, luego de denunciar en el periódico “Neuquén” que dirigió, la atroz matanza de presos en Zainuco y la falta de investigación para llegar a la verdad.

Dos meses antes de su muerte, el periodista neuquino publicó en su diario un texto titulado “incoherencias”, dedicado a su amigo entrañable Donato, recientemente fallecido, en el que una parte de la biblioteca histórica asegura haber dejando sentado su presentimiento de que llegaría pronto su final.
“Tú no te has muerto. En esta casa todo te recordamos hoy. Tu ausencia es breve, al menos para uno de los que fueron tus compañeros. Nos has precedido, amado gringo, donde sólo tienen un lugarcito los buenos, los que como vos no tuvieron otra debilidad que la de serlo en demasía”, comenzaba el artículo, que fue transcripto por Ángel Edelman en su libro “Recuerdos Territorianos”.

“Ha sido conveniente que anticiparas tu viaje t además, si habías de vivir siempre acá, hiciste bien. “Allí, si llevo mérito por mis cosas de este mundo y contando con tu cariño, habré, de seguro, de hallar a tu lado donde descansar yo también, de las fatigas de esta triste peregrinación de la que te juro, no llevaré rencores que desahogar, pero sí dolores que referirte. “Espérame, pues, amado amigo”, así finalizaba la carta, dos meses después Abel Chaneton fue asesinado al salir de una obra de teatro, frente al bar Alegría, ubicado en la esquinas de avenida Olascoaga y Mitre. El asesinato ocurrió la noche del 18 de enero de 1917.

El 23 de mayo de 1916, la ciudad capital despertaba con una de las noticias que mayor conmoción ocasionó en la población. Unos 150 presos lograron violar la debilidad seguridad de la penitenciaria 9, y lograron fugarse, en medio de un tiroteo con la policía.

Sorteado este primer obstáculo, divididos en bandos tomaron diferentes caminos. Uno de los grupos integrado por 17 hombres de entre 22 y 30 años, huyeron por la ruta 22 con destino hacia el oeste. Su destino final era Chile.

Pero la suerte les fue esquiva y el 30 de mayo fueron emboscados en el Valle de Zainuco, paraje cercano a Primeros Pinos. Fueron asesinados a balazos, por la espalda, mientras estaban agachados tomando agua de una laguna cercana.

Chaneton se comprometió hasta el último día a buscar la verdad. Reclamaba desde su diario que se realizara una investigación imparcial sobre lo ocurrido, ya que los relatos de vecinos de la zona que fueron testigos y la evidencia material contradecían a la versión oficial.


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