Desapareció parte de un humedal en el Paseo Costero: habían advertido que bajaban árboles para abrir calles de cemento

Uno de los vecinos de Neuquén capital que alertó cómo se rellenaban los humedales para ganar zona costera para loteos, señaló la zona de Saturnino y de Tronador al fondo, entre los que iban a ceder la flora y fauna autóctona.

«Ese humedal, en Saturnino Torres, en Tronador y en otras partes de la costa desde Linares hasta Hiroki fue parte de mi denuncia» en la Defensoría del Pueblo, dijo Cristóbal Amodeo, un vecino de Altos del Limay, en Neuquén capital, que vive en las inmediaciones del arroyo Todero. Su voz de alarma dio cuenta hace unos años de cómo camiones volcadores y palas de privados tapaban zonas costeras con escombros, basura y tierra para ganar espacio en los loteos que proliferan a la vera del río Limay.

La denuncia pública y en la Defensoría del Pueblo surgió en agosto de 2021 e intervino la justicia con advertencias y señales de alarma que, a la postre, no frenaron el avance de las desarrolladoras. La zona de Hiroki y el área del arroyo Todero siguen bajo amparo judicial.

Desde 2021, el conflicto se centró en las inmediaciones de la penísula de Hiroki y «se olvidaron de los otros sectores, como por ejemplo, el Todero, donde sigue desapareciendo humedal y río», se indignó Amodeo.

Tras la inauguración de diversos tramos del Paseo Costero sobre el Limay, en 2022 y 2023, las zonas de ribera, en manos de privados, cambiaron la fisonomía de zona anegable del río, con vegetación ribereña y árboles, a áreas en pleno desarrollo urbanístico, con anuncios inmobiliarios en algunos casos.

Primero se talaron árboles para hacer la huella e ingresar a la zona de humedales costeros con la maquinaria pesada y dejar allí escombros, tierra y restos de construcción. En tiempos de sequía, no se observaban los ojos de agua que emergían en la zona costera, al otro lado del camino de sirga.

Luego la zona se aplanó y en el lugar que parecía zona del río anegable, solo se encuentra zona de baldíos con basura y restos de ramas. Así ocurrió en la zona del brazo Todero (un ingreso del río Limay en la zona de Valentina sur) y río abajo, en la zona de los clubes hacia la península de Hiroki, donde el río Limay se encuentra con el Neuquén.

En Linares al 1.900, casi esquina con Saturnino, se necesitan varias toneladas más de relleno antes de la apertura de calles que la desarrolladora ya comenzó a mensurar sobre Boerr (foto Matías Subat)

Hoy, en la calle Saturnino Torres, vista desde el Paseo de la Costa o desde la vera del río Limay, no pareciera haber sido un humedal. Allí avanza un mega loteo de unas 5 a 7 hectáreas, más de cinco máquinas (palas y orugas) de la empresa Confluencia trabajan en el relleno del terreno y la diagramación de las calles, contratadas para la desarrolladora que presentó el proyecto en Cordineu (sociedad del Estado municipal y provincial).

El ente de desarrollo de la Costa (Cordineu), le dio vía libre al proyecto y se quedó con el 25% del terreno, como parte de los acuerdos concertados autorizados con los privados. El loteo, que no tiene cartel de obra, está ubicado entre Campamento 1 (terreno ribereño del CPE) y el centro recreativo del BPN.

Hace un mes que el trabajo es incesante de los privados para llegar a diagramar el terreno apto para ofrecer lotes. Comenzó la apertura de calles en la zona más alta. En la cercana al río, aún rellenan (foto Matías Subat)

Por la costa, entre el club ribereño del BPN y el centro Entrerriano o el campo recreativo policial, los sectores costeros presentan la misma forma de humedal del río, ahora que el cauce madre del Limay está alto debido a la necesidad de generación de energía eléctrica para CABA y costa bonaerense. En algunos lugares, lucen carteles precarios que dicen «propiedad privada», en medio de la basura de juncales, basura que lleva el agua del río y flora costera.

«Se supone que hay guardas del parque natural o del medio ambiente. En su momento, cuando se frenaron las obras de Hiroki, se les vencían los plazos y si no avanzaban, Nación no les enviaba el dinero, por eso avanzaron igual. El juez del amparo dividió la causa en partes y mientras eso ocurrió, (las máquinas pagadas por los privados) hicieron lo que quisieron en el Todero y en otras partes», cuestionó Amodeo.


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